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Foto del escritorSantiago Rivas

Conflicto bélico entre Armenia y Azerbaiyán, escenario de Drones.

Por Emanuel Ruz


El conflicto entre estas dos naciones, situadas entre el mar negro y el mar caspio, y quienes en primera medida poseen una gran diferencia cultural: los armenios como indogermánicos de religión cristiana ortodoxa y por otro lado Azerbaiyán como un pueblo turcomano o túrquico, de religión musulmana.

Además de las diferencias culturales, existen también las económicas entre estos dos estados, siendo Azerbaiyán un país rico en petróleo y que tiene la explotación de recursos marítimos en el mar caspio, a diferencia de Armenia que no posee recursos significantes. Esta diferencia económica se refleja claramente en la capacidad y los tamaños de sus Ejércitos, pero al mismo tiempo Armenia posee un sentido nacionalista mayor que los azeríes y con un pasado con tantas tragedias que han definido su historia, marcándolos de tal manera que cada vez que se encuentran en un campo de batalla se juegan su existencia.





Los pueblos turcomanos y cristianos conviven con luchas esporádicas y disputas sobre territorio desde la alta edad media. Si nos trasladamos a un tiempo más reciente de esta historia, la disputa actual es por el territorio llamado Nagorno Karabaj, geográficamente ubicado en Azerbaiyán, pero que su población es Armenia.

Mientras estas dos naciones se encontraban bajo soberanía de la Unión Soviética, quien era un Estado con una constitución atea, lo que permitía que se encuentren apaciguadas las diferencias étnicas y religiosas, pero sucede que a finales de la década del 80 cuando se empieza a acelerar la descomposición de la Unión Soviética, los armenios empezaron a preocuparse porque estas discrepancias que tenían con Azerbaiyán empezaron a incrementarse, volviendo las disputas territoriales, en este caso, de Artsaj para los armenios (el nombre equivalente a Nagorno Karabaj), a finales del mes de septiembre de este año.

Este escenario fue clave para ambos Países en el uso de sus tecnologías no tripuladas, pudiendo afirmar que la robotización de la Guerra llegó a Nagorno Karabaj. Los drones han surcado la zona de conflicto entre estos dos países, sembrando destrucción y pánico en el transcurso del combate.

Estos drones han logrado destruir blindados y sistemas de armas antiaéreos. Asimismo, las fuerzas armadas de Armenia y Azerbaiyán también han logrado derribar estos vehículos aéreos no tripulados en un buen número, siendo estos vehículos los dispositivos de combate más utilizados en la guerra.

Esta tecnología es una innovación en el arte militar, cambiando completamente la táctica en el campo de batalla. Los azeríes han sabido aprovechar su rendimiento por el bajo costo y eficacia con una simple lógica, sin la aviación es imposible vencer, pero en lugar de gastar millones en adquirir un avión y entrenamiento del piloto, Azerbaiyán compró drones que son pilotados remotamente.

En la actualidad un misil antiaéreo es muchísimo más costoso que un dron, cuando el misil es mucho más barato que un avión. De esta manera los azeríes se prepararon comprando sistemas no tripulados a Turquía e Israel, y que, si bien no pueden cargar toneladas de explosivos, son difíciles de detectar y muy eficaces en su operación. Un aspecto considerable es que muchos consideran como un arma “para castigar a la población”, creando una muy mala condición de vida para la población, ya que también muchas veces atacan infraestructuras civiles como plantas eléctricas, de gas y agua.

No es la primera vez que esta arma, considerada como el arma del siglo XXI, es utilizada entre los conflictos entre armenios y azeríes. Las Fuerzas armadas de Azerbaiyán ya emplearon sistemas aéreos no tripulados “Harop” de fabricación Israelí, en la llamada guerra de los 4 días en 2016.



UAV “Harop”, de industria israelí.


Ahora se han convertido en actores “habituales” en las operaciones militares en la zona de conflicto de Nagorno Karabaj, particularmente del Ejército Azerí, que cuenta con una superioridad en estos sistemas no tripulados.

Además de los Harop, los azeríes cuentan con otros modelos Israelíes, como el Orbiter, el Hermes, y muchos aseguran en Stepanakert (Capital de Nagorno Karabaj) haber visto sobrevolando versiones del UAV Bayraktar de origen Turco.



UAV “Hermes”, de industria israelí.


UAV “Krunk” de origen armenio.


UAV “Bayraktar”, de fabricación y origen turco.


Según expertos militares las ventajas son amplias y como ya se describió que no pueden cargar toneladas de bombas o explosivos, son eficaces y difíciles de detectar por las defensas antiaéreas. Permiten realizar una observación preliminar de un área determinada para una toma de decisiones acertada. También algunos de estos sistemas no tripulados permiten el lanzamiento de explosivos a zonas claves o muy específicas, que, si comparamos con el riesgo de personas realizando estas tareas, podemos afirmar que no es lo mismo la pérdida de un sistema de este tipo en relación a los del recurso humano.





UAV “Orbiter”, también de industria israelí.


Por otra parte, y una de las caras más complejas de la utilización de estos sistemas es que carecen de “humanidad” o “sensibilidad”, viéndolo desde un punto de vista ético y porque el escenario del operador del Dron es totalmente distinto al de una tropa que se encuentra desplegada, atentos y listos para realizar un ataque o repelerlo, mientras que el operador o piloto del UAV se localiza muchas veces alejado de todos estos riesgos. De esta manera es como han sucedido ataques a civiles, familias que perdieron sus hogares, destruyendo ciudades, con daños y pérdidas muy difíciles de remediar en el corto plazo y en el que todos nos encontramos a la expectativa de cómo seguirá y de que se tiene que encontrar la manera de resolverlo….



Dron destruido en la zona de Nagorno Karabaj.


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