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Hacia una política de defensa del siglo XXI para la Argentina (2º parte): Ministerio de Defensa

Esta segunda parte de una propuesta de política de defensa para la Argentina plantea el rol del Ministerio de Defensa y sus principales organismos, con ideas sobre cómo pueden potenciarse sus funciones y capacidades en beneficio de la defensa nacional.

Por José Javier Díaz

El Ministerio de Defensa debe ser una repartición con un plantel técnico idóneo en cada una de las áreas que precisa la formulación y gestión cotidiana de la Política de Defensa Nacional, reservando todos los cargos de nivel Dirección Nacional, General y Simple para los profesionales formados en la Universidad Nacional de la Defensa (UNDEF), dejando a criterio del Poder Ejecutivo Nacional (PEN) la designación de los titulares de las instancias orgánicas de nivel Subsecretaría, Secretaría y Ministro, aunque siempre sería conveniente que el PEN elija los responsables de cada área idealmente entre el personal de planta del Ministerio de Defensa.

A nivel orgánico, el MINDEF se debería organizar, esencialmente, en las siguientes áreas, a saber:

1. Secretaría de Defensa y Estado Mayor Conjunto de las FFAA (a cargo del jefe del EMCO).

1.1. Subsecretaría del Ejército Argentino (su titular será el jefe del Ejército).

1.2. Subsecretaría de la Armada Argentina (a cargo del jefe de la Armada).

1.3. Subsecretaría de la Fuerza Aérea Argentina (su titular será el jefe de la Fuerza Aérea).

1.4. Subsecretaría de Inteligencia Estratégica Militar (cargo rotativo cada dos años por FFAA, de ella dependerían las Direcciones Generales de Inteligencia de cada Fuerza Armada).

2. Secretaría de Estrategia, Personal y Asuntos Militares.

2.1. Subsecretaría de Articulación Nacional (interministerial y entre las Provincias y la Nación).

2.2. Subsecretaría de Cooperación Internacional (Fuerzas de Paz, ejercicios, compras, etc.).

2.3. Subsecretaría de Respuesta ante Emergencias (incendios, inundaciones, etc.).

2.4. Subsecretaría de Planeamiento y Personal Militar (estrategia, planes, ascensos, etc.).

Ø Instituto de Ayuda Financiera, Retiros y Pensiones (IAF).

Ø Obra Social de las Fuerzas Armadas y de Seguridad (OSFAS).

Ø Universidad Nacional de la Defensa (UNDEF).

3. Secretaría de Logística, Investigación y Producción.

3.1. Subsecretaría de Logística.

3.2. Subsecretaría de Investigación, Desarrollo e Innovación Tecnológica.

Ø Agencia de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa (CITEDEF).

Ø Servicio Geográfico Nacional (SGN).

Ø Servicio Hidrográfico Nacional (SHN).

Ø Servicio Meteorológico Nacional (SMN).

3.3. Subsecretaría de Mantenimiento y Producción .

Ø Fábrica de Aeronaves Sociedad Anónima (FASA), integraría la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA) y la planta de bombas Sistemas Tecnológicos Aeronáuticos (SITEA) -también con asiento en Córdoba Capital- que debería ser reestatizada.

Ø Fábricas de Armamento Militar Sociedad del Estado (FAMSE) sobre la base de Fabricaciones Militares.

Ø Complejo Industrial Naval Argentino (CINAR), integrado por el Astillero TANDANOR, el Astillero de Submarinos Almirante Storni y el Astillero Río Santiago (ARS).

Ø Instituto de Vivienda e Infraestructura de las Fuerzas Armadas y de Seguridad (IVIFAS).

3.4. Agencia Logística de la Defensa (ALD)

4. Secretaría de Coordinación Administrativa

4.1. Subsecretaría de Administración y Personal Civil.

4.2. Subsecretaría de Asuntos Jurídicos.

4.3. Subsecretaría de Presupuesto.

4.4. Unidad de Auditoría Interna.

Resulta preciso destacar la conveniencia de darle dependencia orgánica y nivel de Secretaría al Estado Mayor Conjunto; de este modo, el Presidente de la Nación mantendría su actual rol de Comandante en Jefe de las FFAA, el Ministro de Defensa sería el Segundo Comandante de las FFAA y el Jefe del Estado Mayor Conjunto sería el Comandante del/de los Teatro/s de Operaciones, ejerciendo el rol de máxima instancia de asesoramiento y conducción militar de las FFAA.

El hecho de que el EMCO tenga nivel jerárquico de Secretaría y que cada una de las FFAA obtenga jerarquía de Subsecretaría, serviría para favorecer y potenciar la articulación y cooperación de estas instituciones con el resto de los organismos de la Administración Pública Nacional (APN).

El actual Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa (CITEDEF), sería transformado en una Agencia, a fin de darle mayor autarquía y flexibilidad -administrativa, presupuestaria y operativa- manteniendo su acrónimo de CITEDEF.

La creación de la Agencia Logística de la Defensa (ALD) facilitaría las gestiones de compras de material y contratación de servicios para las dependencias del MINDEF, logrando una optimización de las inversiones al centralizar las adquisiciones de mayor monto y/o cantidad, obteniendo beneficios por economía de escala, disponer de un marco normativo más ágil y flexible que el actual Régimen de Contrataciones de la APN vigente (Decreto 1023/2001).





La jerarquización de la actual Dirección Nacional de Inteligencia Estratégica Militar (DNIEM) dependiente del MINDEF al transformarla en Subsecretaría de Inteligencia Militar permitiría darle mayor nivel formal -en estructura orgánica- y operativo en interacción con otras agencias de la APN.

La hoy Dirección Nacional de Inteligencia Criminal (DNIC) -dependiente del Ministerio de Seguridad de la Nación (MINSEG)- debería ser jerarquizada como Subsecretaría y, junto con su homóloga del MINDEF deben trabajar coordinadamente con la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), las cuales en conjunto conformarían el Sistema de Inteligencia Nacional (SIN) de la Argentina.

Recursos humanos y defensa nacional

El personal civil y militar que integre el Sistema de Defensa debe reunir las mejores condiciones académicas, intelectuales y psicofísicas posibles. Además de valores morales y profunda vocación por la carrera militar. Es preciso recuperar el respeto y valoración de las instituciones castrenses y de los hombres y mujeres que eligen servir a la nación luciendo orgullosamente el uniforme de las FFAA o trabajando en el MINDEF, los servicios y plantas industriales de la jurisdicción. Para ello se deben incrementar los salarios, mejorar la asistencia sanitaria, modernizar el equipamiento de las FFAA y potenciar la actividad operacional (días de campaña, de navegación y horas de vuelo), etc.

Respecto a la actividad operacional, ésta permite mantener intacta la vocación militar y contribuye a retener a los talentosos profesionales que tanto cuesta formar, particularmente en el caso de los pilotos y mecánicos de aviación, quienes en el sector privado (o incluso en la mismísima aerolínea de bandera) tendrían salarios tres o cuatro veces mayores a los que perciben en las FFAA.

Los desfiles del 25 de mayo y 9 de julio, las jornadas de puertas abiertas, etc., son actividades que deben realizarse todos los años porque permiten acercar a la sociedad civil con el personal militar, lo cual genera un mutuo conocimiento e interacción, así como a alimentar el legítimo orgullo de los miembros de las FFAA que sienten el reconocimiento del pueblo al que sirven y del cual se nutren.

La estructura de personal debe responder a una pirámide en cuya base se hallan los profesionales -civiles y militares- que ostentan las jerarquías más modernas de las tres FFAA (de Oficiales, Suboficiales y Soldados Voluntarios) y en la cima las máximas autoridades.

Las condiciones de ascenso deben basarse en estricto orden de mérito, basándose mayormente (al menos en un 90%) en parámetros de calificación objetivos (títulos y promedios académicos, nota de pruebas físicas, presentación de iniciativas o proyectos de mejora del Servicio, publicación de artículos en medios de prensa, cumplimiento de actos de arrojo, premios, etc.), entre otros.

Las FFAA deben maximizar la incorporación de personal civil y militar para cumplir funciones clave de combate, apoyo, logística, tecnologías, etc., eliminando o reduciendo al máximo posible las vacantes para roles sin relevancia para afrontar situaciones de guerra, como, por ejemplo: oficinistas y administrativos, choferes de guarnición, camareros, peluqueros, técnicos de instrumentos, etc.

Se debe tener la posibilidad de contratar -en relación de dependencia o contratos temporales, con y sin dedicación exclusiva, con salarios similares a los del mercado- profesionales y especialistas de diversas disciplinas de Ingeniería, Sistemas, Telecomunicaciones, Inteligencia Artificial, Robótica, Medicina, Bio y Nanotecnologías, Pilotos de aeronaves (tripuladas y no tripuladas), Técnicos y Mecánicos, entre otras profesiones de interés para la Defensa Nacional.

Es preciso mejorar las condiciones salariales (incremento y blanqueo total de salarios, viáticos, etc.); flexibilizar el régimen de traslados a distintas zonas geográficas (priorizar los cambios voluntarios, analizar la situación familiar, etc.); fortalecer la cobertura médico-asistencial; fomentar la capacitación académica y ofrecer becas para estudios terciarios, de grado y postgrado en Universidades públicas y privadas para el personal civil, militar y sus familiares; replantear el régimen de retiros y pensiones, flexibilizando las condiciones de continuidad en servicio activo, retirado en servicio y retiro efectivo; reforzar la asistencia a los Veteranos de Malvinas y sus familiares así como también a los deudos de personal caído en acto de servicio (comisión de familiares Submarino ARA “San Juan”, etc.).

Formación de militares y civiles

La selección, formación y adiestramiento de Soldados, Suboficiales y Oficiales debe hacer foco en sus condiciones psicofísicas, capacidades intelectuales e intachables valores morales, no pudiendo incorporarse ni mantener entre los Cuadros a efectivos con problemas de adicciones, juego, prostitución, antecedentes por causas penales, etc. Este tipo de personas representan una vulnerabilidad de alto riesgo para sus propias vidas y las de sus camaradas al estar en contacto con armamento y también para el Sistema de Defensa, ya que pueden facilitar información confidencial al enemigo, ser susceptibles de actuar como agentes de otras potencias, etc.

Se estima conveniente que el último año de la formación de Oficiales y Suboficiales de las tres FFAA sea cursado a nivel conjunto, siendo de rotativo cada dos años en las Instituciones educativas de cada Fuerza. Anualmente se realizarán Torneos Deportivos Interfuerzas del personal que integra los establecimientos educativos; Competencias Académicas; la participación de Oficiales y Suboficiales en los establecimientos de formación de cada FFAA; Jornadas de Puertas Abiertas conjuntas, etc.

La formación de los futuros Oficiales y Suboficiales debe contemplar mayormente el cursado de materias duras (de Ingeniería, Administración y Contabilidad), Técnico-Militares (conducción de personal, navegación, tiro, etc.) e Inglés, aunque también deben recibir conocimientos sobre Derechos Humanos, Derecho Internacional Humanitario, Relaciones Internacionales, etc.

Los ascensos del personal militar deberían basarse, esencialmente (al menos un 90% de la ponderación de la calificación de desempeño) en estrictos parámetros objetivos (promedios académicos, rendimiento en pruebas físicas, cantidad y tipo de carreras terminadas, ejercicio del mando en Unidades de Combate, aptitudes especiales como paracaidista, comando, etc.) que determinen un orden de mérito imparcial. Los ascensos que requieran aprobación del Poder Legislativo no deberían poder invocar motivos subjetivos como portación de apellido (por ejemplo, ser familiar de un criminal), pertenencia a un credo particular u otra causa que no sea estrictamente relacionada con la aptitud militar y el cumplimiento de los deberes del causante.

Se fomentaría el cursado de materias y/o carreras por parte del personal militar en las Universidades nacionales y la inscripción de civiles no pertenecientes al Sistema de Defensa en carreras online y presenciales que dictan los institutos educativos de las FFAA, para fomentar el vínculo cívico-militar.

El personal del Ministerio de Defensa y/o de las FFAA debería poder realizar cursos online y presenciales de nivel terciario, grado y postgrado en carreras afines a la Defensa, Logística, Inteligencia, etc., las cuales se dictarán en las unidades académicas de la Universidad Nacional de la Defensa (UNDEF).

Sería conveniente establecer un sistema de selección, formación y plan de desarrollo profesional para los civiles que deseen especializarse en Defensa Nacional, que sea similar al actualmente implementado por la Cancillería argentina, el cual plantea un sistema de reclutamiento por puntos, con cierta cantidad de vacantes que son asignadas por estricto mérito académico y cuyos beneficiarios perciben una beca mensual para cubrir sus gastos mientras se forman en el Instituto Superior para el Personal del Servicio Exterior de la Nación (ISEN).

Los retiros, pensiones y créditos preferenciales para el personal de las FFAA deberían estar a cargo del Instituto de Ayuda Financiera (IAF); en tanto que el acceso a la vivienda familiar (ya sea a través de créditos hipotecarios o de construcción de viviendas, dentro y fuera de barrios militares) y el desarrollo de infraestructura (hospitales, viviendas fiscales, etc.) deberían ser responsabilidad del Instituto de Vivienda e Infraestructura de las Fuerzas Armadas y de Seguridad (IVIFAS).

Por su parte, la cobertura médico-asistencial debería estar a cargo de la Obra Social de las Fuerzas Armadas y de Seguridad (OSFAS), la cual administraría los hospitales de las FFAA y FFSS, el Laboratorio Conjunto del EMCO (producción de fármacos), la sanidad de campaña y los convenios con otras dependencias y empresas sanitarias, públicas y privadas, nacionales y extranjeras (para el personal de las FFAA, FFSS y sus familiares, cumpliendo funciones de servicio o de vacaciones).




Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i)

Se deberían fusionar las Direcciones Generales de Investigación y Desarrollo de las tres FFAA y sus medios y personal pasar a depender de la Jefatura VII Investigación y Desarrollo del EMCO, instancia de la cual también debería haber una dependencia funcional del Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa (CITEDEF), organismo que sería transformado en “Agencia de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa” (manteniendo el acrónimo de CITEDEF) a los fines de lograr una mayor flexibilidad administrativa, presupuestaria y operativa.

CITEDEF debería incrementar sus capacidades de I+D+i con nuevo equipamiento, instrumental, máquinas-herramientas, laboratorios, bancos de ensayos, talleres, etc., además de incrementar su plantilla de investigadores, tecnólogos y técnicos civiles y militares.

Se debería prever un régimen de cooperación y asistencia técnico con Universidades nacionales, empresas públicas (ARSAT, INVAP, Astillero Río Santiago, etc.) y privadas, nacionales e internacionales; organismos gubernamentales como el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), etc.

Además del presupuesto anual de la Jurisdicción Ministerio de Defensa, CITEDEF podría acceder a otras fuentes de financiamiento, públicas y privadas, nacionales e internacionales, tanto para proyectos con fines militares como también para aquellos de uso dual (civil y militar). Es conveniente que todos, o al menos la mayoría, de los proyectos tengan presupuesto plurianual, a fin de llegar a prototipos para su evaluación, certificación y transferencia tecnológica para su producción en serie.

El CITEDEF debería priorizar proyectos de Sistemas de Armas (artillería de campaña y antiaérea, armamento de Infantería y Caballería); Municiones (de todo calibre, carga hueca, cargas múltiples eyectables, etc.); Vectores guiados y balísticos (cohetes y misiles); Sistemas No Tripulados (aéreos, terrestres y navales); Sistemas de Navegación, Guiado y Control; Visión Nocturna (Infrarroja y Térmica); Sensores (radar, sonar, optrónica, etc.); Ciberdefensa; Informática y Telecomunicaciones; Guerra Electrónica; etc.

Además de CITEDEF, los Servicios Hidrográfico, Meteorológico y Geográfico -que dependen del MINDEF- llevarían a cabo actividades de I+D+i en sus áreas de incumbencia técnico-operativas, para las FFAA y otros organismos (Cancillería, ANAC, etc.). El actual Instituto Geográfico Nacional (IGN) adoptaría la denominación de Servicio Geográfico Nacional, a fin de estandarizar terminología con el Servicio Hidrográfico Nacional (SHN) y el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).




Mantenimiento, modernización y producción

Las capacidades técnicas e industriales que poseen las FFAA a través de sus Talleres, Arsenales y Grupos Técnicos deben ser potenciadas y aprovechadas integralmente a partir de su articulación con las empresas estatales tractoras de cada sector de la industria para la Defensa.

En el Sector Aeroespacial, se debería transformar la actual Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA) en “Fábrica de Aeronaves Sociedad Anónima” (FASA), la cual debería incorporar a su patrimonio a la ex planta de bombas y municiones “Sistemas Tecnológicos Aeronáuticos” (SITEA), ambas con sede en Córdoba. La futura FASA sería la responsable de producir, mantener y modernizar los aviones y helicópteros de las FFAA y FFSS federales, además de explotar comercialmente (a nivel nacional e internacional) las capacidades de mantenimiento, producción y modernización de los Talleres, Áreas de Material y Grupos Técnicos de la Aviación del Ejército, Armada y Fuerza Aérea. FASA debe poder diseñar, fabricar y modernizar aviones, helicópteros, drones, paracaídas, bombas, cohetes, etc.

Por su lado, el Complejo Industrial Naval Argentino (CINAR), que actualmente incluye al Astillero TANDANOR y Almirante Storni (especializado en Submarinos), debería sumar al Astillero Río Santiago (hoy dependiente de la Provincia de Buenos Aires) y potenciar sus capacidades de I+D+i, producción, mantenimiento y modernización de buques, barcazas, submarinos, lanchas, etc. El CINAR debería articular y administrar las capacidades de todos los Talleres y Arsenales Navales dependientes de la Armada Argentina, abarcando rubros como carenados y pintura, tanques y tuberías, motores, hélices y líneas de ejes, generadores, sensores (radares, sonares, etc.), municiones (torpedos, misiles, etc.), paralaje y sistemas de armas, sistemas de comando, comunicaciones y control tiro; entre otros.

Fabricaciones Militares S.E. pasaría a llamarse “Fábricas de Armamento Militar Sociedad del Estado” (FAMSE), y tendría a cargo la gestión de las plantas industriales de la actual FM, la Sastrería Militar, los Talleres, Arsenales y Bases de Apoyo Logístico del Ejército, la Armada y Fuerza Aérea. FAMSE debería asegurar la provisión de armas, municiones, granadas, bombas, cohetes, torpedos, misiles de todo tipo, sistemas de artillería, radios, vehículos a rueda y oruga, etc.

Tanto FASA como el CINAR y FAMSE deberían disponer de capacidades tecnológicas, industriales, comerciales y financieras (a través de Banco de la Nación Argentina y del Banco de Inversión y Comercio Exterior - BICE) para asegurar el mantenimiento y producción de los sistemas de armas en dotación de las FFAA, a fin de evitar o reducir al máximo la dependencia de proveedores extranjeros, además de fomentar las exportaciones y la innovación de las empresas estatales y de las compañías privadas que desarrollen y fabriquen sistemas y equipos para Fuerzas Armadas y de Seguridad.

Las fábricas de producción para la Defensa dependientes del MINDEF trabajarían coordinada y sinérgicamente con otras empresas estatales (con foco en INVAP, ARSAT, etc.) y las demás agencias de la Administración Pública Nacional como el INTI, CONAE, CNEA, etc.

A través del FONDEF y de la Ley de Producción para la Defensa se articularían y complementarían las capacidades tecnológicas e industriales estatales y del sector privado que serían apalancadas a través de la implementación de Proyectos Estratégicos Tractores de las FFAA (algunos de uso dual), entre los cuales podemos destacar los siguientes: aviones IA-70, Pampa III y cofabricación del caza FA-50; Helicópteros (ligeros y medianos); Cohetes y Misiles (antitanque, antibuque, antiaéreos, etc.); Vehículos Blindados a Ruedas; Camiones militarizados (reemplazo de Unimog por nuevo modelo 4x4/6x6 a producir localmente); Radares (de defensa aérea, detección de personal, etc.); Cañones de Artillería de 105mm (CALIV) y de 155mm (CALA); armas portátiles; municiones; equipos de radio; visores nocturnos por amplificación de luz, infrarrojos y visión termal; entre otros.

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