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Cazas A-4 Skyhawk de la Marina de Brasil se entrenan para interceptar drones

Los vehículos operados remotamente (VOT) son una amenaza cada vez más presente en cualquier entorno operativo, ya sea submarino, en superficie o sobrevolando áreas de interés estratégico. Localizar, identificar y neutralizar estos dispositivos es un desafío debido a su pequeño tamaño y la baja velocidad a la que muchos de ellos operan.

Con el objetivo de proteger la flota y las instalaciones estratégicas, y mantenerse al día con las doctrinas de interceptación y destrucción de drones en el contexto de la guerra naval, el 1° Escuadrón de Interceptación y Ataque (1º Esquadrão de Aviões de Interceptação e Ataque, VF-1), con base en la Base Aérea Naval de São Pedro da Aldeia, Río de Janeiro, realizó recientemente una serie de ejercicios de entrenamiento, completando con éxito varias misiones.

El escuadrón empleó cazas A-4 Skyhawk, que se sometieron a un exhaustivo programa de modernización por parte de Embraer. Este proceso abordó varios problemas de obsolescencia e incorporó tecnologías y capacidades esenciales para el combate moderno, como una cabina digital, una pantalla de visualización frontal (HUD), nuevos sistemas de misión y armamento, y el radar EL/M-2032 de ELTA Systems, indispensable para este tipo de operación.

El entrenamiento probó y definió los perfiles de vuelo ideales para la adquisición de objetivos, la ejecución de disparos y el arma más adecuada.

La interceptación se realizó con el dron Banshee, fabricado por la empresa británica QinetiQ, que mide tan solo 2,84 metros de longitud, 2,49 metros de envergadura y 0,86 metros de altura, volando a una velocidad máxima de 200 km/h.

Uno de los principales retos fue detectar el Banshee y lograr la alineación adecuada para el disparo del cañón de 20 mm del A-4, ya que su pequeño tamaño dificultaba su adquisición visual incluso a corta distancia.

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