En diálogo con representantes de la empresa europea, indagamos sobre el nuevo concepto Wingman que la empresa presentó en el salón ILA en Berlín entre el 5 y el 9 de junio pasados con una maqueta a escala real, y que apunta a una de las tendencias que se están observando en la aviación de caza hacia el futuro, que es el empleo de aeronaves no tripuladas (UAS por sus siglas en inglés) que asisten a otra que sí está tripulada. El Wingman sería un UAS de combate que sería comandado por un piloto en un avión de combate actual, como el Eurofighter, y podrá asumir misiones de alto riesgo que supondrían una mayor amenaza para los aviones tripulados. Su objetivo es aumentar las capacidades de los aviones de combate tripulados actuales con plataformas no tripuladas que puedan llevar armas y otros efectores.
“Actuando como multiplicadores de fuerza, los Wingman permitirán asumir riesgos en entornos denegados similares a los de Ucrania, al tiempo que garantizan que el caza tripulado se mantenga alejado de las zonas de alta amenaza. El Wingman contribuirá a la relevancia del Eurofighter a partir de 2030 y ampliará sus grandes capacidades operativas probadas en combate para hacer frente a las amenazas orientales de nueva generación” explican desde Airbus.
El modelo Wingman por ahora es solo un concepto en su etapa inicial y el modelo exhibido en ILA muestra todas las capacidades requeridas previstas, como la baja observabilidad, la integración de varios armamentos, sensores avanzados, conectividad y soluciones de trabajo en equipo, aunque es posible que no todo ello encuentre su camino hacia la producción en serie.
Según indicaron desde Airbus, “el programa aún no se ha puesto en marcha. El proyecto Wingman es un concepto autofinanciado de Airbus de una plataforma autónoma de colaboración de nueva generación y alto rendimiento.
Por ejemplo, la Fuerza Aérea alemana ha expresado una clara necesidad de contar con un vehículo no tripulado que vuele con sus cazas tripulados y les brinde apoyo en sus misiones antes de que el Sistema Aéreo de Combate del Futuro (FCAS, Future Combat Air System) esté operativo en 2040. Seguiremos impulsando y afinando esta innovación para poder ofrecer a la Fuerza Aérea alemana una solución asequible con el rendimiento que necesita para maximizar los efectos y multiplicar la capacidad de su flota de cazas (por ejemplo, Eurofighter) para la década de 2030. Actualmente, Airbus está en conversaciones con Alemania y España sobre este concepto”.
Consultados sobre la visión que tiene la empresa sobre el futuro de la guerra aérea al sumar este tipo de sistemas, explicaron que “la guerra aérea evoluciona constantemente, por lo que la incorporación del Wingman pretende aumentar las capacidades de los aviones de combate tripulados actuales con plataformas no tripuladas que puedan llevar armas y otros efectores.
Como ya se ha mencionado, el Wingman permitirá asumir riesgos en entornos denegados, al tiempo que garantizará que el caza tripulado se mantenga alejado de las zonas de alta amenaza”. En este sentido, el Wingman está pensado para cumplir tareas que pueden abarcar desde el reconocimiento hasta la interferencia electrónica de objetivos y el ataque a objetivos en tierra o en el aire con municiones guiadas de precisión o misiles.
En cuanto a cómo cambiarán la actividad de los pilotos y qué nivel de independencia tendrán los sistemas de IA de la aeronave para tomar decisiones, desde Airbus afirmaron que “los pilotos de aeronaves tripuladas como el Eurofighter actuarán como «cazas de mando», darán instrucciones al Wingman (cualquier efecto cinético o no cinético será autorizado por un humano) y tendrán el control de la misión, pero la ejecución será realizada de forma autónoma por el vehículo no tripulado. El piloto es siempre la autoridad final en la toma de decisiones, al tiempo que se beneficia de la protección y la menor exposición al riesgo que ofrece la delegación de tareas tácticas a los sistemas no tripulados”.
Actualmente, la empresa apunta a comenzar el programa de diseño y desarrollo a principios de 2027 para cumplir el ajustado plazo de entrada en servicio a principios de la década de 2030.
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