Según indica hoy el medio guatemalteco Soy502, la Fiscalía contra la Corrupción de Guatemala pidió desestimar el caso por la compra de dos aviones FAdeA IA-63 Pampa III, ocurrida en el año 2019. La causa había sido iniciada contra el gobierno del por entonces presidente Jimmy Morales por haberse realizado de manera directa y sin licitación, además de que el gobierno negaba dicha compra hasta el mismo momento en que, en la I Brigada Aérea de la Fuerza Aérea Argentina, Morales, junto al por entonces presidente argentino Mauricio Macri, y los titulares de la empresa FAdeA, firmaban el contrato, en una operación gobierno a gobierno, de compra por los aviones.
Cuando la noticia de la firma del contrato llegó a Guatemala, ante la presión de grupos políticos de izquierda, la Contraloría General de Cuentas (CGC) de dicho país recomendó no realizar la compra y el Ministerio de la Defensa decidió suspenderla.
Ante las críticas de grupos de izquierda, el Ministerio Público de Guatemala, a cargo de Consuelo Porras, inició una investigación de oficio, aunque luego de dos años, la Fiscalía contra la Corrupción informó que concluyó la investigación y determinó que no existen indicios de delitos y pidió a un juez que el caso sea desestimado.
El juez Octavo de Primera Instancia Penal programó para el 2 de febrero de 2022 la audiencia donde se discutirá el cierre del expediente.
Vale la pena destacar que, por tratarse de una operación entre los dos estados, donde el estado de Guatemala contrataba a la República Argentina para la provisión de un sistema de defensa aérea, sin la participación de intermediarios, era muy remota la posibilidad de un acto de corrupción.
La venta incluía, además de los aviones, repuestos y el entrenamiento básico de los pilotos, la realización de un programa de entrenamiento similar al CEPAC (Curso de Estandarización de Procedimientos para Aviadores de Combate) de la Fuerza Aérea Argentina, para que los pilotos de la Fuerza Aérea Guatemalteca estén calificados para operar el avión en operaciones de combate, como la intercepción de aeronaves en vuelos ilícitos, entre otras.
Actualmente, la Fuerza Aérea Guatemalteca carece de cualquier tipo de aeronave con capacidad de combate en servicio, mientras que sus pilotos han perdido la capacitación para realizar operaciones de tiro, ya que desde hace más de una década que no las llevan adelante. La capacitación, además de brindarles los conocimientos para realizar operaciones de tiro, también incluiría la operación del Pampa III en misiones como la intercepción de aeronaves con guía por radar o de manera visual, para poder cumplir con su misión de manera eficiente. A la vez, el personal de tierra también carece de experiencia reciente en la manipulación de bombas o cohetes, por lo que era fundamental capacitarlos en ese sentido para una operación segura de las aeronaves. Además, la Fuerza Aérea Argentina brindaría asesoramiento en el desarrollo de la infraestructura aeroportuaria necesaria para la operación de las aeronaves.
Con una creciente actividad de vuelos ilícitos empleando jets y aeronaves de vuelo lento, la Fuerza Aérea Guatemalteca necesita urgente la incorporación de aviones de combate que permitan tanto alcanzar a un jet como poder volar a baja velocidad para seguir a una aeronave que opera a baja velocidad. Dentro de las ofertas recibidas, el Pampa III era uno de los modelos que mejor cumplía las necesidades de la fuerza.
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