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La Marina de Brasil avanza en la construcción de dos patrulleros clase Macaé

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La construcción naval desempeña un papel estratégico en el desarrollo económico y tecnológico de un país: impulsa la industria pesada, impulsa complejas cadenas de producción y genera miles de empleos directos e indirectos, desde la ingeniería hasta la logística. En este sentido, la construcción de los Buques Patrulleros Clase Macaé actualmente en marcha en el Arsenal de la Armada de Río de Janeiro (AMRJ), es crucial no solo para la Marina de Brasil (MB), sino también para el desarrollo nacional.

“Al invertir en embarcaciones e innovación, el país fortalece su soberanía sobre ríos, lagos y, sobre todo, su litoral, garantizando una mayor autonomía en el transporte, la defensa y la explotación de los recursos naturales. Impulsar la industria naval, que impulsa la economía, también es fundamental”, afirmó el Capitán Maury Cid Sambiase, Superintendente de Construcción de Recursos de Superficie de la Dirección Industrial (DIM) de la Armada.

Con entrega prevista para 2026, el Buque Patrullero (NPa) Mangaratiba (P75) ya ha alcanzado más del 50% de avance. Diseñado como el cuarto buque de la Clase Macaé Mangaratiba contribuirá significativamente a la Marina y a la protección de los intereses nacionales en el mar. La relevancia del proyecto se evidencia en la inclusión del Programa de Adquisición de Buques Patrulleros (PRONAPA) en el Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC) del Gobierno Federal. Esta medida aseguró parte de la inversión destinada a la construcción y modernización de la infraestructura de talleres especializados en AMRJ, el astillero en activo más antiguo del país.

 

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Características principales

Con casco de acero y superestructura de aluminio, el NPa Mangaratiba es un buque de 54,2 metros de eslora y un calado máximo (medido en la parte sumergida del buque a plena capacidad) de 2,48 metros, diseñado para realizar múltiples funciones operativas de forma eficiente y autónoma. El buque tendrá capacidad para una tripulación de hasta 43 militares, incluyendo 8 reservas, y tendrá una autonomía de crucero de 2.500 millas náuticas (más de 4.000 kilómetros), equivalente a aproximadamente seis días de autonomía, que varía según la cantidad de provisiones, agua y otros suministros a bordo.

La existencia de una línea de ensamblaje dedicada a la construcción de buques patrulleros en el AMRJ contribuye a la eficiencia y precisión del trabajo, tanto en curso como planificado. Este modelo de producción estandarizado reduce errores y optimiza las etapas, promoviendo la entrega continua. El proceso de construcción por bloques (una técnica que facilita el ensamblaje del casco y los sistemas) mejora la agilidad y el control de calidad, reforzando la capacidad del Arsenal para satisfacer las demandas operativas de la Marina.

En este sentido, actualmente existe un movimiento para revitalizar la construcción naval, lo que refuerza el papel estratégico del Arsenal en el fortalecimiento de la industria de defensa. Por lo tanto, dado que reorganizarse para construir no es tarea fácil, la continuidad del proyecto es esencial para mantener la curva de aprendizaje y asegurar que no se pierda el conocimiento adquirido. Mantener el ritmo de producción es, por lo tanto, una necesidad tanto técnica como estratégica para la soberanía marítima del país y para la industria naval.

El proceso de construcción del Mangaratiba involucró a aproximadamente 70 profesionales, entre civiles y militares, lo que demuestra la integración entre la industria naval y la Marina para consolidar las capacidades estratégicas nacionales. El buque combina robustez estructural, versatilidad y un amplio alcance para misiones de patrullaje, apoyo logístico u operaciones especiales.

En los años posteriores a la entrega del Mangaratiba se sigue planeando la finalización del Miramar (P74). El quinto buque de la clase se encuentra actualmente en construcción en el mismo Edificio 17, junto al Mangaratiba. El diseño será el mismo, con la posibilidad de mejoras específicas, como un vehículo no tripulado para la guerra de minas.

 

Dirección Industrial de la Armada

El DIM es la organización militar responsable de establecer las políticas industriales de la Marina de Brasil, gestionar los proyectos de mantenimiento programado para buques de superficie y submarinos, y supervisar los buques de superficie en construcción en el AMRJ. La Dirección contribuye a la gestión del ciclo de vida de los activos navales y los sistemas estratégicos, además de brindar asesoramiento técnico en el ámbito de competencia del Sector Material. Sus departamentos subordinados incluyen el Arsenal de la Armada de Río de Janeiro (AMRJ), la Base Naval de la Isla de Cobras (BNIC), el Centro de Mantenimiento de Sistemas (CMS), la Escuela Técnica del Arsenal de la Armada (ETAM) y el Astillero de Mantenimiento de la Isla de Madeira (EMIM).

La mayor parte de la mano de obra empleada en la construcción de Mangaratiba y Miramar proviene de contratos específicos firmados entre la Administración del Estado de Río de Janeiro (AMRJ) y empresas de la industria naval brasileña, un modelo de negocio que busca la rentabilidad y la eficiencia en la construcción, impactando directamente en la infraestructura y la integración nacional. Una industria naval cualificada fortalece el transporte fluvial, haciéndolo más eficiente, sostenible y económico que otros modos de transporte. Esto favorece el flujo de la producción agrícola e industrial, especialmente en regiones de difícil acceso, contribuyendo al desarrollo equilibrado de las diferentes zonas del territorio. Promover la construcción naval es una inversión en progreso económico, seguridad estratégica y cohesión territorial.

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