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La muerte en directo – La guerra entre Rusia y Ucrania en las redes sociales

La muerte en directo [1]

 

Por CR(R) Lic. Enrique J. Tonazzi Dieterich


El presente artículo fue publicado en la edición 2022 de TEC1000 en https://www.fie.undef.edu.ar/ceptm/wp-content/uploads/2023/12/TEC1000-2022-Digital.pdf

 



La imagen, envuelta de una atmósfera de música de rock pesado, nos muestra primero un paisaje boscoso y nevado para, luego, centrarse en unas pequeñas figuras que emergen del suelo como si fueran insectos saliendo de su nido. De repente, un rápido zoom les da forma humana y podemos ver que se trata de soldados (da lo mismo si rusos o ucranianos, hay de ambos) que están en posiciones defensivas preparadas en la tierra sin caer en la cuenta del ojo que, desde el cielo, los observa atentamente. Comienza a sobrevolarlos y se posa sobre algunos de ellos y entonces, tan de repente como llegó, arroja una granada que explota entre los desprevenidos soldados que solo atinan a tratar de identificar desde dónde les llegó la muerte. Antes de irse del lugar se detiene unos pocos segundos, evaluando el daño producido, mientras se oye una voz en off contando las bajas y la música sube de volumen.

Lo expresado en el párrafo anterior describe buena parte de lo que a diario observamos en esta nueva dimensión en la que se libran las guerras: Las redes sociales. Muchos de estos clips, armados con el ritmo de un videojuego, nos llegan diariamente por centenares a nuestros teléfonos.


La muerte llega desde el cielo y se muestra por las redes

¿Es esto algo nuevo? En realidad, no tanto, si consideramos que la aparición de este tipo de videos en las redes sociales se ha visto en el conflicto de Siria, en el de Yemen del Sur y, en menor medida, en el África y que, sin lugar a dudas, fueron el vehículo de propaganda efectista más impactante utilizado por ISIS, cuando mostraba las decapitaciones de aquellos que habían caído en sus manos. En todo caso, lo que ahora llama la atención es su profusión y cantidad, así como el alcance global que dichos videos están teniendo, en muchos casos retransmitidos por otros medios de comunicación.

La masividad de las redes, además, se ha visto incrementada por el hecho de que muchas personas han abandonado la lectura de los medios tradicionales y se informan, casi exclusivamente, por medio de las redes sociales.[2]

Trataremos, a continuación, de describir este fenómeno, cómo él se inscribe en el marco general de lo que se ha dado en llamar Guerra de la Información y cuáles han sido sus características novedosas. Obviamente, y dado que la guerra aún está en curso, lo que se exprese tendrá carácter de preliminar, hasta tanto el tiempo permita conocer y analizar con mayor profundidad el alcance real de las redes sociales en el conflicto.

 

Operaciones de información y operaciones/acción psicológica

Desde muy antiguo el hombre ha sabido que podía aprovechar la psiquis del adversario para lograr sus objetivos. En efecto, ya en la Biblia, en el Libro de Jueces (Cap VII, versículos 16 a 22)[3] vemos como Gedeón apeló al miedo y al instinto de conservación de los madianitas y, haciéndoles creer que estaban frente a un ejército cien veces mayor, los obligaron a emprender la fuga cuando, en realidad, solo estaban enfrentando a 300 hombres.

Para entender el encadenamiento entre los términos del título de este punto, acudiremos a sus definiciones.

Respecto de las Operaciones de información, el Reglamento “Conduct of Information Operations” del Ejército de los Estados Unidos de América (ATP 3.13.1 Edición 2018) las define de la siguiente manera: “Las operaciones de información son el empleo integrado, durante las operaciones militares, de las capacidades relacionadas con la información, de conformidad con otras líneas de operación para influir, interrumpir, corromper o usurpar la toma de decisiones de los adversarios reales y potenciales mientras protegemos las nuestras”.[4] Dicho reglamento parece haber recogido y ampliado un documento de carácter secreto del Departamento de Defensa titulado Informations Operations Roadmap, del año 2003, que contemplaba la inclusión, expresamente dentro de las Operaciones de Información, del engaño militar, las operaciones psicológicas, la guerra electrónica, las operaciones de seguridad y las operaciones ofensivas y defensivas en las redes.[5]

Conforme lo expresado, para la doctrina de los Estados Unidos (y, muy probablemente, la de toda la OTAN) las operaciones de información cubren un espectro tremendamente amplio, ya que toda la información proveniente del enemigo o adversario es su objetivo. Como ya lo habían previsto Alvin y Heidi Toffler en su libro Guerra y Antiguerra, los países hacen la guerra de la misma manera en que producen su riqueza y, hablando de la primera potencia del mundo, su guerra es una de la tercera ola, una guerra de conocimiento.[6]

En gran medida, las Operaciones de Información se dan en el dominio del ciberespacio y es por ello que algunos autores, como David Alberts y otros hablan de la Superioridad de la Información y de las guerras centradas en las redes[7]

Por su parte, la Acción Psicológica fue brillantemente descripta por el entonces Mayor D Jorge Heriberto Poli en su libro clásico “Acción Psicológica – Arma de Paz y Guerra” que la define diciendo: “…. (es) el recurso de conducción que regula el empleo planeado de todos los medios que influyen sobre determinadas mentes sociales, a través de los más variados métodos y procedimientos, coadyuvando con los esfuerzos físicos en el logro de objetivos establecidos” [8]

A continuación, agrega un aspecto que es vital para comprender la importancia de estas operaciones, y es que su ámbito de lucha son la inteligencia y el espíritu del hombre y que, en tal sentido, no busca influir sobre determinados individuos, sino sobre la psiquis de la sociedad o parte de ella.

En el mismo sentido, el Reglamento Operaciones Psicológicas (derogado) de 1968, definía así a la Acción Psicológica: “Es un recurso permanente de la conducción que regula el empleo de métodos, procedimientos, técnicas y medios que influyen sobre el campo síquico (sic) de determinado público” y a las Operaciones Psicológicas como el empleo planeado de la acción psicológica para influir en las conductas y actitudes de determinados públicos.[9]

Si consideramos las definiciones mencionadas anteriormente, podemos observar que, mientras las Operaciones de Información se enfocan en toda la información relevante del enemigo, las Operaciones/Acción Psicológica procuran, dentro de ese flujo de información, influir sobre las conductas y actitudes de determinados públicos blanco (la población civil enemiga, sus fuerzas armadas, los propios integrantes de las fuerzas armadas, etc).

En tal sentido, y a la luz de lo visto en las redes sociales respecto de la guerra entre Ucrania y Rusia, no todo puede considerarse parte de una acción/operación psicológica, pero muchas de ellas sí, ya que buscaron afectar e influir sobre públicos bien determinados del enemigo o propios y, además, quedó demostrado que respondían a un planeamiento previo y a una conducción centralizada, como veremos más adelante.

 

Análisis de lo visto en las redes sociales durante el transcurso del primer año de guerra

El año transcurrido desde el inicio de la guerra entre Ucrania y Rusia ha sido muy pródigo en imágenes difundidas a través de las redes sociales.

En efecto, las redes sociales se vieron desbordadas por un tsunami de mensajes, desde el momento mismo de la entrada de las fuerzas rusas en Ucrania, subidos no solo por los civiles de las zonas por las que pasaban las tropas de uno y otro bando sino por los propios combatientes. Así, pudimos ver un mosaico informe de información de todo tipo, inconexa e incomprobable que, en muchos casos, “creaba” situaciones que aún no se habían vivido realmente (causando pánico en las retaguardias o galvanizando la resistencia). Pero, en cualquier caso, resultaba muy difícil poder tener un panorama más o menos aproximado a la realidad.  

Para el análisis de lo visto nos concentraremos en las siguientes redes sociales, de acceso normal en la Argentina, a saber: Youtube, Facebook, Tik Tok y, fundamentalmente, Telegram. No se van a analizar otras redes, aunque ellas eran y son muy populares en Ucrania y Rusia, como VK (VKontakte) u Odnoklassniki, dado que no son utilizadas por los países occidentales y su alcance, en términos de audiencia global, es mucho más limitado (aunque la cantidad de los usuarios de ambas en Rusia, por ejemplo, sea realmente significativa y que, en lo referido a VKontakte, como está disponible en 85 idiomas, ya tiene cerca de 650 millones de usuarios a nivel global)[10].

Antes de proseguir, es interesante destacar que Rusia adoptó de inmediato medidas para evitar que las redes sociales fueran usadas como vehículos de operaciones psicológicas en su contra y, a tal efecto de inmediato comenzó a bloquear redes sociales y sitios de internet. A las redes acusándolas de diseminar falsedades y, a muchos de los sitios, por referirse a la invasión de Ucrania como tal o por llamarla “guerra” y no “Operación especial militar”. A tal punto llegó esa actividad de censura que, a mediados de agosto de 2022 ya se habían bloqueado 138.000 sitios de internet.[11] No solamente eso, sino que el 11 de marzo de 2022, a solo dos semanas del inicio de la invasión, y frente a las inmediatas sanciones europeas y norteamericanas, el gobierno ruso ordenó que todas las entidades estatales rusas migraran sus páginas a proveedores de internet rusos y que reemplazaran los certificados de seguridad occidentales por similares rusos.[12]

Asimismo, un blanco prioritario de las fuerzas rusas, al comienzo de su operación, fue la infraestructura de comunicaciones de Ucrania, probablemente con la intención también de aislarla y evitar que la propaganda en su contra, originada en ese país, pudiera llegar a Occidente. Pero se debe tener en cuenta que, aun cuando se pudiera destruir toda la estructura física de comunicaciones de un país, siempre podría tener acceso a comunicaciones vía satélite, por lo cual es muy difícil pensar en un aislamiento 100% efectivo en estos casos.

Tampoco Occidente se quedó atrás, ya que la Unión Europea bloqueó al canal Sputnik y sus subsidiarias, a Russia Today, Rossiya RTR, Rossiya Planeta, Rossiya 24, Rusia 24, Rosiya 1, TV Centre International, NTV/NTV Mir, REN TV y Pervyi Kanal, acusando a todos ellos de difundir “fake news” y de desinformar a la opinión pública. [13]

Las medidas adoptadas por Rusia y la Unión Europea se enmarcan, sin duda alguna, dentro de las Operaciones de Información, buscando negarle al oponente el acceso a sus propios públicos internos.  

También las propietarias de algunas de las redes sociales más importantes, como Meta (dueña de Facebook, Instagram y Whatsapp[14], que no solo prohibió la difusión de los medios rusos en su plataforma, sino también la posibilidad de monetizar los contenidos publicados en ellas) e incluso Twitter, cerraron las cuentas de organismos y personajes rusos.[15]

En Facebook y Yotube, las voces pro-rusas prácticamente desaparecieron, sobre todo en los idiomas occidentales. Una de las pocas excepciones, en ambas redes sociales, fue la de Tribun Timur, una página de origen indonesio que, lógicamente está en Bahasa Indonesia, el idioma oficial de ese país, lo que limita su capacidad de impacto en las sociedades occidentales.

Obviamente la disponibilidad de traductores on-line a disposición de cualquier internauta o la de lograr la traducción simultánea de los videos de Youtube, en algunos idiomas, ayuda a interpretar su contenido, pero es una limitación importante para su poder de penetración.


Página de Tribun Timur en Youtube. Es interesante destacar el título del video, que expresa: “¡Tratando de contraatacar, 15 vehículos militares ucranianos se retiran! ¿Incapaz de enfrentar a Rusia?”

Por el contrario, resulta muy fácil encontrar páginas pro-ucranianas en inglés, dedicadas a brindar la visión de ese país sobre la guerra que enfrenta, tanto originarias de la propia Ucrania, como de otros países. Algunas de ellas tratan de brindar una información lo más real posible, no escondiendo los propios fracasos e, incluso, apelando a imágenes de fuentes rusas para ello. Ejemplo de estas páginas son las de Denys Davydov, en las que se brinda un panorama diario de la evolución del conflicto y la que responde al apodo de Suchomimus, en la que se muestran videos, generalmente de fuentes ucranianas, a los que se geolocaliza.

Las páginas de medios europeos y norteamericanos, en general, también brindan una visión de la guerra acorde con los intereses de Kiev (que son también los de Washington, Londres y Berlín, sobre todo), por lo cual logran una de las reglas prioritarias que tiene la propaganda, cumplir con lo que se ha dado en llamar la  “orquestación”, es decir, una pluralidad de medios diciendo prácticamente lo mismo, con lo cual quien quiera saber si una información es verdadera o no, encontrará todo un coro de voces que dan la misma visión sobre los hechos.

De esa manera se facilita imponer una visión casi unánime de los hechos, con lo cual las voces disonantes tendrán serias dificultades para poner en tela de juicio la “verdad” que es presentada, como en una orquesta (de ahí el nombre que recibe esta regla) con cada medio de difusión tocando un instrumento diferente, pero siempre buscando el mismo efecto propagandístico.

Otras, por el contrario, solo sirven a efectos propagandísticos, por lo cual la veracidad de la información que brindan debe ser permanentemente contrastada con otras fuentes ya que, siguiendo las reglas básicas de la propagada, sobre la base de algunas cosas ciertas se monta un andamiaje de medias verdades y mentiras absolutas para lograr los efectos buscados.

Respecto de esto, haremos una reflexión que, en realidad se aplica a todo lo que vemos en las redes sociales. Las posibilidades que brindan la edición de videos e, incluso, la Inteligencia Artificial hacen que, “prima facie” haya que desconfiar de la veracidad de lo que vemos hasta que podamos confrontarlo con otras fuentes. Ello es particularmente cierto cuando vemos acciones que pueden involucrar a alguno de los contendientes en crímenes de guerra tan aberrantes que pueden inclinar la balanza de la opinión pública mundial a un lado u otro. En tal sentido, y a modo de ejemplo, podemos citar un video, supuestamente ruso, que mostraba la castración de un soldado ucraniano que se había rendido[16] a manos de sus captores rusos y otro, en este caso supuestamente ucraniano, que mostraba cómo soldados ucranianos disparaban en las piernas de soldados rusos que se habían rendido, mientras asesinaban a otro[17], al momento de escribir este artículo se conoció un nuevo video, esta vez de la supuesta decapitación de un soldado ucraniano a manos de sus captores rusos[18]. Respecto de todas estas situaciones los organismos internacionales han pedido sendas investigaciones sin que, a la fecha de edición de este artículo, se conozcan sus resultados y, ni siquiera se sepa fehacientemente si fueron verdad o no.

Durante la guerra civil Siria ya hubo denuncias de cómo muchas veces se montaban escenas para demonizar a un lado y justificar las acciones bélicas emprendidas por la comunidad internacional contra él, amparadas por el llamado “derecho de injerencia” ante la ocurrencia de crímenes contra la humanidad.[19] Tampoco ellas llegaron a nada concreto, sencillamente porque hay actores internacionales interesados en que dichos hechos no se esclarezcan.

En lo que se refiere a la red social Tik Tok, la misma ha sido ampliamente utilizada por ambas partes. Respecto de esta red, su algoritmo ofrece su contenido conforme las tendencias que se van produciendo. Por ese motivo, cuando se produjo el inicio de la operación y los usuarios ucranianos comenzaron a subir videos de los combates, una cantidad muy importante de usuarios fue alcanzada por esa información, aun cuando no estuviera dentro de sus intereses actuales, potenciando el alcance de lo subido.

Es interesante notar que las fuerzas chechenas enviadas por Ramzán Ajmátovich Kadírov (jefe de gobierno de la República de Chechenia que integra la Federación Rusa y, en tal carácter, aliado de Vladimir Putin) llamados por los ucranianos y la media occidental como los Kadirovitas, fueron usuarios asiduos de esta red social (tanto que, en algunos sitios de internet comenzaron a ser denominados como TikTok Army), en la que aparecieron muchas veces haciendo llamamientos a los fieles musulmanes a emprender una yihad contra los infieles ucranianos.[20] En otros se ven imágenes de la guerra que, en algunos casos, han sido aprovechadas por los ucranianos para mofarse de ellos.


Video de TikTok subido por los chechenos y aprovechado luego por los ucranianos

Telegram fue la red más usada por ambos contendientes. Probablemente porque, por su origen ruso, era la red más usada en el este europeo y, además, por la posibilidad que brinda de abrir canales indexados a disposición del público, lo cual permitió que éstos surgieran en gran número.

La mayoría de dichos canales se emite en cirílico, con lo cual es obvio que sus públicos-blanco son los de los respectivos países (si bien diferentes, los idiomas ruso y ucraniano guardan similitudes que los hace bastante comprensibles para ambos, a lo cual debe sumarse que la población ucraniana de más de 40 años fue educada prioritariamente en ruso cuando Ucrania formaba parte de la ex URSS).

Existen pocos canales en inglés (un ejemplo de ellos del lado pro ruso es Rybar International que expone la situación diariamente, y por sectores del frente, acompañándolo con mapas de buena calidad; por el lado ucraniano el ya mencionado Denys Davydov también tiene un canal de Telegram en el que sube la misma información que en Youtube).


Imagen de la página en Youtube de Denys Davydov

De ambos lados hay canales que, aunque poseen nombres en inglés, en realidad se emiten en cirílico, entre ellos Omega Company, British Intelligence y Pentagon Live del lado ucraniano y Face of War (bastante equilibrada en la información que provee) y War Gonzo del lado ruso. La mayoría de estos canales sirve de vehículo a la propaganda de ambas partes. Finalmente, la mayoría de los canales de ambos bandos tienen también sus nombres en cirílico.

Un párrafo aparte merecen algunos videos que muestran escenas de combates muy detalladas y que, en realidad, son sacadas de video-juegos. Algunas de ellas se viralizaron con rapidez adjudicando acciones victoriosas (generalmente a los ucranianos) sin darse cuenta (o a pesar de ello) de que no eran reales. Un video-juego, en particular, llamado Arma 3, ha sido usado para ese tipo de mensajes falsos debido al realismo de sus imágenes.

También circularon videos mostrando supuestamente un mensaje del presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, ordenando entregar las armas, rindiéndose o huyendo de Kiev y uno del presidente de Rusia, Vladímir Putin, ofreciendo la paz a Ucrania. Ambos se demostraron falsos, pero están hechos con gran calidad y, probablemente mediante el uso de Inteligencia Artificial (AI), lograron que sus voces fueran parecidas a los de los protagonistas mencionados, lo cual llevó a mucha gente a creer que eran verdaderos. [21]

En otros casos se han usado imágenes de conflictos anteriores, sobre todo aquellos en los que podía haber indicios de crímenes de guerra, utilizándolos como si fueran de la guerra entre Ucrania y Rusia. Asimismo, fueron utilizadas también imágenes de películas comerciales, mostradas como si fueran reales (un ejemplo de ello fue una imagen desgarradora de la despedida de los soldados ucranianos de sus familiares mientras iban al frente que, en realidad fue sacada de un filme llamado “La guerra de las quimeras”, de ese origen pero filmado en 2017 (ver nota 18).

En general los mensajes subidos a Telegram se enfocan en los siguientes ejes temáticos:

-       La efectividad de sus armas (sobre todo de los drones ya que, al enviar imágenes durante los ataques, los clips hechos con ese material son los más atrayentes y espectaculares). En muchos casos, cuando se trata de drones y tal como se describe al inicio de este artículo, se puede ver, literalmente, el momento de la muerte de los enemigos al recibir las granadas o proyectiles que les arrojan desde dichos drones.

-       Los cadáveres de sus enemigos, como una forma de apelación al instinto de conservación del otro bando para que evite la guerra (en este sentido es interesante destacar que, en muchos de los clips de fuentes ucranianas, se muestran esos cadáveres destrozados con una música pegadiza de fondo cuyo estribillo repite la frase “Welcome to Ukraine”).



-       Las imágenes de los cementerios de guerra de ambos, seguramente con la misma finalidad mencionada en el párrafo anterior.



-       La destrucción provocada por uno y otro contendiente en las ciudades y, sobre todo, en las instalaciones civiles como hospitales, escuelas y museos o centros culturales para desvirtuar la justicia de la causa del oponente.


Imágenes de destrucción de hospitales y otros edificios civiles

-       Los nuevos armamentos a disposición (en el caso ucraniano armas occidentales y, en el caso ruso, sus nuevos desarrollos o materiales provistos por Irán) como una forma de mostrar poderío y voluntad de lucha.

-       Las fotografías de los oficiales muertos (por el momento esto solo se ha visto del lado ucraniano, llamando la atención que, si bien muchas fotos parecen haberse obtenido directamente mediante inteligencia de fuentes abiertas sobre las redes sociales, otras parecen ser fotografías de legajos).

-       Heridos del otro bando, sobre todo cuando las condiciones de evacuación son penosas y/o se puede ver su sufrimiento.

-       Todas aquellas imágenes que muestren condiciones desventajosas del material, equipo o condiciones de vida del enemigo.

-       Materiales y equipos del enemigo destruidos (en el caso de las páginas pro-rusas eso se manifiesta con profusión de fotos y videos, sobre todo cuando esos equipos son de origen occidental).


Oficiales rusos muertos en combate – fotografías publicadas en sitios ucranianos

-       Detenciones de espías y saboteadores de ambos bandos y, eventualmente, su juzgamiento.

-       Manifestaciones de apoyo o repudio en el resto del mundo (de acuerdo a la conveniencia de quien la sube al canal).

-       Operaciones exitosas, en muchos casos mostrando los carteles de acceso a las ciudades y pueblos como forma de confirmar sus avances y coadyuvar a mantener la moral de sus fuerzas y sus frentes internos.



-       Prisioneros de guerra capturados y en situación de indefensión. Respecto de este punto, y sobre todo al comienzo de la guerra, los ucranianos filmaron a prisioneros de guerra rusos (sobre todo los más jóvenes) llamando por sus celulares a sus madres para informarles que estaban prisioneros y que, en realidad, habían sido llevados a la guerra Ucrania mediante engaños. Semejante exposición de los prisioneros de guerra está prohibida por los Convenios de Ginebra, pero servían muy bien a los objetivos de la propaganda ucraniana. El uso de los prisioneros de guerra fue, incluso, objeto de un pedido específico de la ONG Human Rights Watch a Ucrania, para que dejaran de hacerlo.[22]



-       Por último, y sobre todo a partir de febrero de 2023, imágenes del conflicto religioso entre los ortodoxos que siguen al Patriarca de Kiev y quienes permanecen fieles al Patriarca de Moscú. En los canales ucranianos los últimos son presentados como traidores al servicio de los invasores (denominados casi siempre como “ocupantes” u “orcos”) y en los canales rusos los primeros son mostrados como cismáticos y herejes.

 

¿Qué aportaron de nuevo las redes sociales?

En lo que se refiere a las actividades de Guerra de la Información y, si bien no es la primera vez que un país o países en conflicto bloquean la Internet ya que, de hecho, en 2011 Egipto bloqueó todo acceso a ella en oportunidad de registrarse manifestaciones multitudinarias contra el entonces presidente Hosni Mubarak[23], probablemente esta sea una de las primeras veces en que ese bloqueo haya sido dirigido específicamente a algunos sitios (y no a toda la Internet), pero en una escala casi inimaginable, como la mencionada en la nota 9 de este artículo.

En lo que se refiere a las acciones psicológicas es importante destacar que, aunque en esencia no han cambiado demasiado, las redes sociales les han impreso una impronta diferente debido a:

 -            El alcance de su difusión, llevando el mensaje deseado no solo a los públicos-blanco deseados (como en la era analógica) sino a públicos de todo tipo a lo largo del mundo, de una manera prácticamente incontrolable. Esto presenta ventajas, ya que es seguro que el mensaje golpeará rápidamente en donde queremos, pero también desventajas, ya que su viralización a nivel global permitirá que más personas muestren las falsedades que el mensaje pudiera tener, por lo cual se deberá tener que extremar el cuidado en la confección de los mismos.

-            Su inmediatez, a partir del momento de la difusión, también a escala global. Si el mensaje está bien preparado, su viralización estará asegurada. En tal sentido, no es casualidad que ambos contendientes hayan acudido al formato de videoclips, con músicas que recuerdan a videojuegos. Para las generaciones “milennials” y “centennials” (todos ellos nacidos a partir de 1981) esto les resulta conocido y atrayente y, por lo tanto, un excelente medio de penetración para el mensaje dirigido a ellos. La comunicación que antes tardaba días o, incluso, meses en lograr la masividad pretendida, hoy puede alcanzar a millones de personas en 24 horas o menos. Podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que las redes sociales nos permiten “vivir” la guerra casi en directo.

-            Su espontaneidad, ya que, a diferencia de la propaganda tradicional, que se emitía a través de órganos del estado o controlados por él, las redes sociales se nutren de lo que, de manera permanente y asistemática, suben sus usuarios. Ello puede estar directamente en línea con el pensamiento estatal manifestado a través de sus órganos tradicionales o no. En tal sentido, es dable observar que tanto rusos como ucranianos están empleando bots y personas que suben información e imágenes en forma permanente, para poder mantener cierto grado de control sobre el contenido de lo emitido e influir entonces en los públicos-blanco designados. Sin perjuicio de ello, la tarea de controlar todo lo que se sube es casi imposible.

 En este punto es interesante destacar que, del lado ucraniano, ha sido posible ver que la ejecución de las acciones psicológicas se ha descentralizado a nivel brigadas. Es posible ver, entonces, que muchos clips tienen incluso los logos de las brigadas que los produjeron, como se puede ver en la imagen más abajo, de la 72da Brigada Mecanizada Independiente.

Por el lado ruso eso no se ha observado, por lo menos hasta el momento, pero algunos mapas subidos a sitios de ese origen permiten suponer que hay “manos oficiales” por detrás de ellos y otros sitios (War Gonzo en ese sentido es paradigmático) completan las imágenes con entrevistas a oficiales y funcionarios que, evidentemente, transmiten la visión gubernamental y los mensajes deseados. El problema de tales entrevistas es que su alcance queda acotado porque sólo se oyen en ruso.

 


Logo de la 72da Brigada Mecanizada Independiente ucraniana en sus videos

Aprovechamiento militar de las redes sociales

No cabe duda de que la conducción militar enfrenta un gran desafío frente a la propia existencia de las redes sociales.

La masa de los combatientes (los menores de 40 años) han crecido utilizando profusamente las redes sociales y los más jóvenes (en donde encontraremos casi toda la tropa, y los oficiales y suboficiales más jóvenes) encuentran absolutamente normal subir a las redes hasta los acontecimientos más nimios de su vida.

Eso produce una cantidad enorme de información que escapa al control de las censuras tradicionales, agravada porque el hecho de poseer un teléfono móvil, para esa generación, es normal y usarlo casi un acto reflejo.

Durante esta guerra el hecho de subir información, incluso lo que podría parecer más inocente, ha llevado a desastres a los contendientes. Entre los hechos más conocidos podemos citar los siguientes:

 -       El 01 de enero de 2023 seis misiles HIMARS ucranianos impactaron en un acantonamiento de soldados rusos en Makiivka mientras participaban de la cena de fin de año causando una gran cantidad de bajas[24]. Ese acantonamiento fue geolocalizado por la inteligencia ucraniana debido a que los soldados usaron sus teléfonos celulares[25].


Lugar de concentración de tropas rusas en Makiivka, alcanzado por misiles HIMARS

-       Al mismo motivo, la geolocalización de sus emisiones de telefonía celular, se le adjudicó la muerte de algunos generales rusos ya que, según se informa, al comienzo de la guerra habrían estado utilizando teléfonos encriptados, pero como eran antiguos y las comunicaciones se hacían engorrosas, terminaron usando teléfonos celulares civiles.[26]

-       Por la misma causa, un cañón autopropulsado ruso de 203 mm 2S7M Pion (también conocido como Malka) fue destruido luego de que su tripulación fuera entrevistada por un canal de televisión ruso y se mostraran imágenes de su lugar de emplazamiento (detrás de una fábrica destruida).

-       Del lado ucraniano también se han producido situaciones parecidas a causa de la emisión de imágenes en las redes sociales que fueron aprovechadas por los rusos para destruir instalaciones o tropas.

 

Obviamente, el aprovechamiento de la información proveniente de las redes sociales puede dar grandes frutos, pero también puede servir para desinformar. Y, dado el cúmulo de imágenes que se suben diariamente a dichas redes, se hace necesario contar con una organización dedicada casi exclusivamente a su rastreo y aprovechamiento, pero no caben dudas de que la posibilidad de geolocalizar imágenes está cambiando el uso que se le puede dar a la OSINT (Open Sources Information) proveniente de las redes.

Asimismo, obliga a los mandos a adoptar medidas destinadas a tratar de minimizar el uso de las redes sociales por parte de las propias fuerzas, lo cual no es una tarea fácil para generaciones que se han acostumbrado a que el teléfono sea casi una prolongación de sí mismos. Luego del ataque en Makiivka, los mandos rusos ordenaron impedir que los soldados siguieran subiendo imágenes a las redes sociales. Algún grado de éxito se le debe atribuir a dicha orden ya que, a partir de mediados de enero de 2023, la cantidad de imágenes provenientes de la primera línea rusa han disminuido drásticamente y, las que se ven, se nota que han pasado por el filtro de la censura.

De todas maneras, dada la cantidad de imágenes disponibles en la web y en las redes, el cuidado que se debe tener al subir cualquier video o fotografía debe ser extremo, ya que siempre existe la posibilidad de que alguien pueda informar cuál es la localización más o menos exacta de lo registrado en ellos.

Desde el punto de vista de las acciones psicológicas, las redes sociales son, al mismo tiempo, una oportunidad única de hacer llegar el propio mensaje a millones de personas de manera casi instantánea y una pesadilla por la necesidad de contrarrestar la misma posibilidad que el enemigo tiene de afectar a nuestros propios públicos y fuerzas.

Una cuestión importante a tener en cuenta es que, ante la existencia de una verdadera catarata de informaciones falsas, surgen como contrapartida sitios (independientes o no) que tratan de verificar la veracidad o no de las informaciones. Ucrania apeló a la creación de héroes para fortalecer la moral de su población, como el “Fantasma de Kiev” o los “Héroes de la Isla de las Serpientes” que, luego, fueron desmentidos por sitios dedicados a estas verificaciones como Chequeado (www.chequeado.com) o Maldita (www.maldita.es)[27]. Es absolutamente necesario, antes de comenzar a crear esos mitos, balancear cuáles pueden ser las consecuencias para la propia credibilidad en los públicos internos e internacionales, si se llegara a comprobar su falsedad. No hacerlo así puede implicar tener que afrontar consecuencias negativas superiores a aquellas que se pudieran haber logrado con su difusión.

 

Algunas conclusiones

a.    La Guerra de la Información es una capacidad que hoy no puede estar ausente de los arsenales de los estados, so pena de verse inundados por la propaganda enemiga sin tener posibilidad alguna de defenderse. Sin embargo, y dado que la internet de las cosas ha llegado para quedarse y que buena parte de nuestra vida diaria está sujeta a ella, medidas como las que adoptó Egipto a comienzos de este siglo (un virtual “apagón” digital) no pueden ponerse en práctica sin trastocar al país entero. Por ello, se debe estar en condiciones de detectar y bloquear solo aquellos sitios desde los cuales se propague la propaganda enemiga y buscar, al mismo tiempo, que nuestra propia propaganda llegue a los públicos-blanco del enemigo. Al mismo tiempo, siempre se debe tener que presente que cualquiera que posea un teléfono celular se puede transformar en un transmisor de imágenes o información a través de las redes sociales.

 

b.    Obviamente, lo anterior requiere de una estructura que, desde tiempo de paz, prepare las acciones a tomar en tiempo de guerra y de personal permanente especializado y, sobre todo, a movilizar (dada la cantidad de personas que, a priori, sería necesario para esa tarea), que deberá estar debidamente instruido y en condiciones de ser rápidamente incorporado a la estructura de defensa en caso necesario. Es fundamental entender que la guerra hoy también se gana o se pierde en las redes sociales.

 

c.    De todas maneras, como estas redes se caracterizan por su descentralización (al existir personas que suben mensajes sin ningún tipo de “orientación” y solo porque los encuentran atractivos o interesantes) y por la casi inmediatez con la que sus mensajes alcanzan cifras altísimas de audiencia, las estructuras de análisis deben poder actuar con el “timing” suficiente como para salir casi de inmediato con una respuesta acorde con los propios intereses en los casos de difusión de mensajes contrarios a la propia causa. En las redes sociales el silencio, muchas veces, equivale al asentimiento.

 

d.    Podemos afirmar que, hasta la fecha, ambos contendientes están empleando la Guerra de la Información y las acciones psicológicas con gran contundencia y efectividad y utilizando una gama muy amplia de medios en las redes y en la televisión. La aparición pública de los líderes de ambas naciones, tanto en las redes como en la televisión, refiriéndose al conflicto, nos muestra la importancia que le asignan a la información como arma de guerra.

 

e.    Desde el punto de vista de inteligencia, las redes sociales han demostrado ser tanto una fuente invaluable de información, como también de desinformación. En ese sentido, también es necesario contar con personal y medios capacitados para la geolocalización y análisis de las imágenes subidas a dichas redes para poder detectar cuáles se pueden transformar en blancos susceptibles de ser batidos por los propios sistemas de armas y, al mismo tiempo, para poder determinar cuáles son los ejes temáticos y los públicos-blanco de la propaganda enemiga a los efectos de poder contrarrestarla debidamente.

 

f.     Como contrapartida de lo anterior se debe estar en capacidad de monitorear las redes para detectar quién o quiénes, en las propias fuerzas, están subiendo información que puede poner en peligro a personal, instalaciones o material y estar a tiempo de adoptar contramedidas.

 

g.    Al mismo tiempo, se deberá contar con especialistas en redes sociales que asesoren respecto de la mejor manera de subir a ellas la información necesaria para las propias acciones psicológicas, destinadas a fortalecer el apoyo a nuestras operaciones.

 

h.    En algunas instalaciones muy sensibles, como puestos de comando, se deberá contar con inhibidores de señales de celulares que impidan que, por descuido o negligencia, alguno de sus integrantes emita señales que puedan facilitar la acción enemiga contra ellas.

 

i.      En sentido contrario, la inteligencia de los niveles Gran Unidad de Combate y de Batalla debería contar con equipos de interceptación y localización de telefonía celular para detectar las comunicaciones que el enemigo pueda realizar empleando esos materiales y con analistas de OSINT que busquen en las redes sociales las informaciones que se puedan estar difundiendo a través de ellas.

 

j.      El mayor esfuerzo, se aprecia, será el de reeducar a los integrantes de las propias fuerzas para que entiendan que las redes pueden ser una amenaza real a su propia existencia cuando se usa en tiempos de guerra. Además, el mal uso de las redes sociales cuando, por ejemplo, se suben imágenes de hechos que constituyen crímenes de guerra o violencia innecesaria contra civiles, pone en entredicho la justicia de la propia causa e impregna de esa conducta criminal a todas las fuerzas.

 

 

(*) Enrique J. Tonazzi Dieterich es oficial retirado del Ejército Argentino, donde alcanzó el grado de Coronel de Artillería. Oficial de Estado Mayor de los Ejércitos de la Argentina y del Brasil. Oficial de Inteligencia con la especialidad de Actividades Psicológicas. Fue Jefe de la Compañía de Contrainteligencia 201 y el primer Jefe del Destacamento de Inteligencia de Combate 601. Se desempeñó como Jefe de los Departamentos Prensa y Comunicación Institucional de la Secretaría General del Ejército y en puestos y cargos de Inteligencia hasta su retiro en 2010 cuando era Subjefe II – Inteligencia del Estado Mayor Conjunto de las FFAA. Integra el Foro Argentino de Defensa y el Centro de Estudios Visión 21. 


[1] Este era el título de un film francés de 1980 en el cual el protagonista observaba la vida de una mujer con una enfermedad terminal. Resulta apropiado para describir lo que se ve en las redes.

[3] La Santa Biblia – Ediciones Paulinas, Madrid, 1964 – Página 280

[4] The Conduct of Information Operations” – Headquartes Department of the Army – ATP 3.13.1 – Octubre de 2018 – Cap I - Página 1-1

[5] Informations Operations Roadmap – Departament of Defense, Estados Unidos de América – Octubre 2023

[6] Guerra e Antiguerra – Sobrevivência na aurora do terceiro milenio – Toffler, Alvin y Heidi – Editora Record, Rio de Janeiro, 1993

[7] Understanding Information Age Warfare – Alberts, Davis y otros autores – DoD Command and Control Research Program Publications Series – 2da Edición - 2002

[8] Acción Psicológica – Arma de Paz y de Guerra – Poli, Heriberto Justo – Círculo Militar Biblioteca del Oficial, volumen 476. Buenos Aires, 1958. Página 24

[9] Operaciones Psicológicas (RC-5-2) Edición 1968 (derogado) – Ejército Argentino – Instituto Geográfico Militar, Buenos Aires, 1968.

[26] Ver nota anterior

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