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La tecnología antidrones brasileña reforzó la seguridad de la COP30 en Belém

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La presencia de líderes mundiales en la COP30 impulsó un fuerte despliegue de seguridad en Belém, donde el Ejército Brasileño incorporó el sistema DroneBlocker, una tecnología antidrones 100% nacional desarrollada por la empresa IACIT. El equipo se convirtió en una de las principales herramientas para proteger el espacio aéreo durante el encuentro climático más importante del año.

El DroneBlocker es un sistema de bloqueo electrónico capaz de detectar y neutralizar drones no autorizados que ingresan a áreas restringidas. Su operación permite interrumpir la comunicación entre el dron y su operador, obligando al aparato a aterrizar, regresar al punto de origen o perder control. Además, la tecnología impide la transmisión de datos, un aspecto clave para evitar usos indebidos del espacio aéreo en un evento de alta sensibilidad política.

No es la primera vez que el sistema participa en operaciones de gran escala. Ya fue empleado en los Juegos Olímpicos Río 2016, en la cumbre del G20, en reuniones del BRICS y en misiones del Gabinete de Seguridad Institucional (GSI). También ha sido utilizado en acciones contra el tráfico ilegal y el narcotráfico en la Amazonia, demostrando versatilidad operativa.


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Para Luiz Teixeira, CEO de IACIT, la incorporación del DroneBlocker en la COP30 es una muestra del avance de la industria de defensa brasileña. “Es una tecnología 100% nacional, diseñada para responder a amenazas reales y complejas. Representa soberanía, empleos calificados y capacidades propias para enfrentar situaciones críticas”, afirmó.

Desde el Ejército de Brasil, el Teniente Coronel Ávila, comandante del 1° Batallón de Guerra Electrónica, destacó la efectividad del sistema y recordó que su uso se consolidó desde 2016. “Ha mostrado resultados muy satisfactorios frente a una amenaza que es una realidad”, sostuvo y contó que “hoy está presente en todos los Comandos Militares de Área”.

La implementación del DroneBlocker en la COP30 no solo garantizó la protección de autoridades, delegaciones y centros estratégicos, sino que también refuerza el papel de Brasil como desarrollador de tecnologías de guerra electrónica y cibernética. Su aporte en la Amazonia, región central del debate climático, contribuye a un entorno seguro para las negociaciones globales que definirán la próxima agenda ambiental.


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