Un plan de paz con sabor a rendición
- Ignacio Montes de Oca
- hace 10 minutos
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Por Ignacio Montes de Oca
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Se conoció el Plan de Trump para la guerra de Ucrania redactado por su representante, Steve Witkoff y el delegado de Putin, Kirill Dimitriev. Incluye un ultimĆ”tum a Zelensky que vence el 27 de noviembre, una amnistĆa para los crimines rusos y comisiones por mediación.
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El plan de 28 puntos ya fue rechazado por Ucrania. El motivo de ese rechazo de basa en que, ademĆ”s e imponer una capitulación humillante, fue redactado sin consultar a los ucranianos y porque refleja todas las ambiciones de Putin sin obligarle a hacer ninguna concesión. El plan tiene contradicciones insuperables desde el inicio. El punto 1 dice que āse confirma la soberanĆa de Ucraniaā para luego obligar en el punto 21 a cederle a Rusia Luhansk, Donetsk y Crimea y que Kiev admitirĆ” el despojo territorial. Pero la humillación va un poco mĆ”s allĆ”. La soberanĆa de Ucrania es un hecho desde 1991, por lo que el Plan presenta tal hecho como una gracia concedida por Rusia y la administración Trump. Y esa misma soberanĆa es recortada en el punto 7 al decidir sin consulta con Kiev que Ucrania no integrarĆ” la OTAN en el futuro.
Las obligaciones impuestas a Ucrania siguen. En el punto 6 se limita el tamaƱo de sus fuerzas armadas a 600.000 efectivos, es decir la mitad de los que tiene en la actualidad, sin poner una limitación semejante para las de Rusia. Desde Versalles gritan que aquello es un plagio. AdemĆ”s, prohĆbe el desplazamiento de tropas de paĆses miembros de la OTAN en Ucrania, una garantĆa que estĆ”n considerando los estados europeos, y limita un despliegue de sus medios aĆ©reos a Polonia. Otra vez, no hay medidas similares para restringir a Rusia. Esto implica que Rusia podrĆ” rehacer sus fuerzas con absoluta libertad para un tercer intento de invasión como en 2014 y 2022, pero como garantĆa Trump solo ofrece la firma de un compromiso por parte de Putin en la forma de imprecisas āgarantĆas de seguridad fiablesā. Esta imprecisión es un punto crucial porque repite la fórmula de los acuerdos de Minsk que condujeron directamente a la invasión de febrero de 2022. La ausencia de mecanismos de respaldo a Ucrania son una invitación para que haya una tercera invasión apenas Rusia se rehaga.
Esa reconstrucción se facilita ademĆ”s porque en el punto 13 se estipula que Rusia āvolverĆ” a ser parte de la economĆa globalā, lo que significa que se levanten todas las sanciones en su contra. Al menos EEUU como patrocinante del Plan, podrĆ” hacerlo de inmediato con su firma. AdemĆ”s, Trump reclama que Rusia sea reincorporada al G8, el grupo de paĆses mĆ”s poderosos del mundo, con lo que se avala su regreso con miembro de derecho pleno a un cuerpo del que fue suspendido el 24 de marzo de 2014 por haber invadido a Ucrania y haberse anexado a Crimea. Trump propone un indulto polĆtico a Rusia y otro para Putin. La vastedad del indulto tiene una clĆ”usula que lo favorece personalmente en el punto 26 en la causa por delitos de lesa humanidad que se tramita en los tribunales internacionales por el rapto de 20.000 niƱos ucranianos. El presidente de EEUU reclama que Putin sea indultado y que con Ć©l haya un olvido total de parte de Ucrania de cualquier crimen de guerra cometido. La denominada āamnistĆa completaā actuaria sobre 220.000 delitos recopilados por Ucrania. Es como Nuremberg, pero con jueces nazis.

Si firmara el plan de Trump, Ucrania deberĆa renunciar a la acusación de delitos que van desde el bombardeo a escuelas y hospitales, el fusilamiento de prisioneros, miles de casos documentados de vejĆ”menes a niƱos, ancianos y mujeres o la deportación forzada de 340.000 personas. La propuesta tiene cierto hedor Epstein y supone que los criminales involucrados ya no puedan ser perseguidos por sus delitos, lo que ademĆ”s tiene un aspecto económico porque debilita cualquier reclamo futuro de parte de Ucrania o de los individuos afectados a hacer una demanda.
Pero, ademĆ”s, Trump incluyó en el punto 14 una comisión del 5% a favor de EEUU por su intervención. AllĆ se deja claro que esa serĆ” el monto que embolsarĆ” por desbloquear U$S 100.000 millones de activos rusos congelados que serĆ”n destinados a la reconstrucción de Ucrania. El resto de los activos rusos congelados por un valor total de U$S 320.000 millones serĆ”n destinados a āinversiones ruso-estadounidensesā, es decir que regresarĆan a Rusia estimulados por acuerdos bilaterales que beneficiarĆan a empresas de los EEUU y rusas en partes iguales.

En el punto 12 tambiĆ©n se crea un estĆmulo para promover la explotación de los recursos naturales ucranianos, pero evita el apoyo privado o estatal de EEUU y se prevĆ© que sea el Banco Mundial el que invierta para ese objetivo. Las empresas estadounidenses tendrĆan la prioridad. Pero esa comisión se amplĆa con mĆ”s beneficios porque Trump reclama ser el jefe de un āConsejo de Pazā creado para administrar el cumplimiento del acuerdo y que tendrĆ” la potestad de administración completa de la reconstrucción y de āsupervisarā la implementación del plan. Ese āConsejo de Pazā tendrĆ” injerencia entonces en el programa completo de reconstrucción ucraniana estimado en U$S 525.000 millones. El texto lisĆ©rgico en tĆ©rminos polĆticos y económicos no se queda allĆ, ademĆ”s obliga a la Unión Europea a aportar otros U$S 100.000 millones.
A cambio del dinero, Europa no obtiene rol alguno en el futuro ucraniano. De hecho, en el punto 15 se estipula la creación de un grupo de trabajo ruso ā estadounidense para vigilar el cumplimiento del Plan. En otras palabras, Trump y Putin decidirĆ”n a espaldas de Kiev y Bruselas. Ucrania no solo debe renunciar a futuros reclamos, sino que ademĆ”s deberĆa pagarle a Rusia. En el punto 19 se establece que Rusia recibirĆ” el 50% de la producción de energĆa producida por la central nuclear de Zaporiyhia, que generaba ingresos a Ucrania U$S 1.200 millones en 2022.

Esta es una doble concesión porque en el primer semestre de 2025 Rusia tuvo que importar 1.270 millones de KW desde China por un valor de U$S 100 millones. Los 42.000 GWh/aƱo que producen los seis reactores de Zaporiyhia serĆ”n ārepartidos equitativamenteā segĆŗn el texto de Trump.
Ucrania tampoco podrĆ” acceder a la central porque para la Casa Blanca la lĆnea del frente debe congelarse con la firma del plan. Es decir que Rusia no se retirarĆ” de ninguna de las zonas invadidas. Por el contrario, Trump pide que sean las fuerzas ucranianas las que retrocedan. El punto 21 obliga a Ucrania a retirarse del 25% del Donetsk que controla, unos 6.629 km², en donde Rusia perdió la mayor parte del total de 1,16 millones de bajas que tuvo desde 2022, la estimación mĆ”s baja de entre todas la consultadas. Hay mĆ”s concesiones a Putin.
Trump pide en el punto 20 que Ucrania implemente un programa de āentendimiento y toleranciaā religiosa y educativa. Es un atajo legal para cumplir otra de las demandas de Putin: el regreso del ruso como idioma oficial en Ucrania y la restauración de la iglesia ortodoxa rusa.
Reciprocidades: Ucrania deberĆa hacer lo que Rusia no hace porque no hay texto que le obligue a retrotraer la norma del 1° de septiembre de 2025 que excluyó al idioma ucraniano en las aulas de las zonas ocupadas ni las de junio de 2023 que prohĆben a la iglesia ortodoxa ucraniana. Para hacer aĆŗn mĆ”s completa la capitulación, le exige a Ucrania realizar elecciones a partir de los 100 dĆas de la firma del acuerdo, lo que implica una imposibilidad legal que incluso un promotor inmobiliario como Steve Witkoff no puede ignorar. Vamos a repasarlas de todos modos.
En Ucrania rige la Ley Marcial derivada de la aplicación del Art 84 de la constitución y en febrero de 2022 se agregó otra norma que impide elecciones en los 6 meses posteriores al fin del estado de excepción. Por las dudas aclaramos: seis meses son 180 dĆas, que son mĆ”s que 100. Esto implica organizar elecciones con 4,6 millones de ucranianos viviendo aun en zonas ocupadas con Rusia, lo que derivarĆa en un acto electoral ilegitimo, incompleto si Rusia no permite realizarlas o dudoso si se incluyera a regiones en donde se votarĆa bajo fusiles rusos.
La perversión polĆtica no se agota allĆ porque ademĆ”s Putin exige a travĆ©s de Trump una reforma de la Constitución ucraniana para incorporar la restricción de ingreso a la OTAN a su Carta Magna. AdemĆ”s, deberĆa modificarla para aceptar la cesión territorial de 4 oblast. Ese proceso de modificación constitucional exige elección de Constituyentes en una votación previa y para iniciar el proceso se requiere el voto de 300 de los 424 integrantes de la Rada, el parlamento ucraniano, comenzando con esa cantidad solo para darle fin a la Ley Marcial.

Quedan otros puntos como el 10, en el que Ucrania deberÔ comprometerse a no atacar Moscú o San Petersburgo, la ciudad natal y de residencia de Putin respectivamente, en cuyo caso el Plan queda sin efecto. No hay menciones a ataques de Rusia a ciudades puntuales de Ucrania. Solo establece que Ucrania y Rusia no pueden invadirse mutuamente y que en caso de una nueva agresión rusa se restablecerÔn las sanciones y el Plan quedarÔ sin efecto, algo que ya sucedió con los acuerdos de Minsk I y II. Su ruptura no tuvo consecuencias reales sobre Rusia.
Putin sigue explotando las limitaciones intelectuales de Trump y sus seguidores para insistir en propuestas diseñadas para continuar la guerra u obtener concesiones que no puede lograr en el campo de batalla. La última es un refinamiento de propuestas anteriores igual de inaplicables. Desde que se conoció la propuesta de Trump se supo de la negativa ucraniana, para eso estaba diseñada. Zelensky evitó confrontar porque no quiere ver cortada la última ayuda que le llega desde EEUU y que es la información de inteligencia para realizar ataques a Rusia. El resto es maniobrar para que Trump encuentre lo que busca desesperadamente desde que regresó a la Casa Blanca: una excusa para hacer negocios con Rusia y explotar sus recursos naturales. Luego estÔ en rol de pacificador, aunque esta propuesta estÔ lejos de perfilarlo como tal.
Queda por resaltar el desprecio crónico de Trump por sus aliados europeos, a los que no deja de ofender en la misma medida que intenta agradar a Putin. La amenaza de Rusia a Europa occidental pareciera habérsele escapado de su resto cognitivo o ser una molestia a sus invenciones. Cualquier concesión a favor de una recuperación rusa implica aumentar los riesgos para Europa y este plan elaborado por los especialistas del Kremlin y el gestor inmobiliario enviado por Trump apunta precisamente en esa dirección. Y acentúan el quiebre occidental. El problema es que ese quiebre se produce de todos modos, aunque el Plan sean rechazado. Y es inaplicable sin la aprobación y colaboración europea. Ucrania tampoco puede aceptarlo. El único objetivo a la vista es presentar a Putin como un colaborador y a Zelensky como un estorbo.
Trump ya le advirtió a Zelensky que tendrÔ que aceptar el Plan. Putin respaldó su contenido y era previsible porque contiene todos los elementos que quiere imponerle desde que quedó atascado en Ucrania.
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Europa y CanadĆ” dijeron que la propuesta ānecesita trabajo adicionalā, un modo diplomĆ”tico de calificarlo como inaplicable. De paso le recordaron a Trump que cualquier iniciativa relacionada con Ucrania requiere de la aprobación de todos los miembros de la UE y de la OTAN. Incluso dentro del partido republicano el Plan de Putin despertó rechazos. Roger Witker, presidente del ComitĆ© de Servicios Armados del Senado, dijo que la propuesta implicaba ceder territorios a āuno de los criminales de guerra mĆ”s flagrantes del mundoā en alusión a Putin. Don Bacon, otro senador republicano, lo calificó de āabominableā y su colega Mitch McConnell dijo que Putin trata a Trump como a āun tontoā. Fuera de los EEUU, incluso el turmpista britĆ”nico Nigel Farage rechazó la idea por āinaceptableā. El rechazo es ecumĆ©nico. Trump ya le impuso un ultimĆ”tum a Ucrania bajo amenaza de cortar todo tipo de ayuda que vence en pocos dĆas, mĆ”s precisamente en el DĆa de Acción de Gracias. Queda ahora por ver quiĆ©n es el pavo ese dĆa, aunque todos sospechemos su nombre y quien se lo estĆ” por comer.
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Mientras, ayer, el senador Mike Rounds anunció, tras hablar con Marco Rubio, que el plan era un documento ruso y no estadounidense. āRubio nos llamó esta tarde. Creo que nos dejó muy claro que somos los destinatarios de una propuesta que se entregó a uno de nuestros representantes. No es nuestra recomendación, no es nuestro plan de paz. Es una propuesta que fue recibida. Y como intermediarios, hemos hecho arreglos para compartirla. Y no la publicamos. Se filtró. No fue liberada por nuestros miembros ni por nuestros representantes... Esta es una oportunidad para recibirla y que ha sido utilizada y entregada a los ucranianos, y que ellos tendrĆ”n la oportunidad de responder. Y al hacerlo, ahora se presenta un lado y la oportunidad de que el otro parte responda.ā Poco despuĆ©s, el senador Angus King dijo que āEl plan filtrado de 28 puntos que, segĆŗn Rubio, no es de la posición de la administración: es esencialmente la lista de deseos de los rusos.ā Posteriormente, Rounds agregó que āEsta fue una propuesta que recibió alguien que se identificó y cree que representa a Rusia en esta propuesta. Se la entregó a Steve Witkoffā y que no hay amenazas de que se corte la asistencia estadounidense en armas e inteligencia: āEn cuanto a la discusión de que habrĆa amenazas de que se llevaran Ćtems... se oculte información y demĆ”s- Rubio dijo que no estaba al tanto de nada de eso.ā
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