Crónicas desde Ucrania – 3° parte: poder naval no tripulado, un "game changer" en el mar
- Santiago Rivas
- hace 3 minutos
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Visitando el Museo de la Guerra en Kyiv pudimos tener nuestro primer contacto con algunos de los drones navales con los que Ucrania no solo ha acabado con el poder naval ruso en el Mar Negro, sino que hoy lo está haciendo con la flota de cargueros con los que intenta eludir las sanciones internacionales, a la vez de exportar las materias primas que saquean de los territorios ucranianos ocupados. El uso de este tipo de sistemas no tripulados fue evolucionando rápidamente, inicialmente desde motos de agua y pequeñas lanchas con un sistema de guiado, una cámara y una carga explosiva, hasta sistemas mucho más sofisticados, que emplean inteligencia artificial para detectar sus blancos, ampliando su autonomía y resistencia ante las contramedidas enemigas. Además, mejoraron los sistemas de cámaras con equipos giroestabilizados, así como la incorporación de detonadores en la zona de proa para explotar al contacto con el casco del buque enemigo. También, cuando Rusia comenzó a emplear embarcaciones y aeronaves para destruirlos, los drones de superficie o USV (Unmanned Surface Vehicles) comenzaron a incorporar armamento defensivo, primero con torretas giroestabilizadas armadas con ametralladoras y luego con misiles aire-aire Vympel R-73 para usar en modo antiaéreo, con los cuales en diciembre de 2024 alcanzaron el derribo de un helicóptero Mi-8 confirmado y otro no confirmado.

En el Museo de la Guerra pudimos ver primero un USV Sea Baby, un dron totalmente autónomo reutilizable, programado para volver a su base luego de cumplir su misión. El ejemplar en exhibición fue dado de baja en diciembre de 2024 luego de volver de lo que fue la primera misión en la que se enfrentaron a aeronaves rusas, de la que regresó con gran cantidad de impactos de armas ligeras rusas, pero que no le impidieron retornar a su base. Según explicaron, realizó una gran cantidad de misiones antes de su baja, cubriendo más de 4000 kilómetros en el Mar Negro y este tipo de drones fue empleado hasta junio de 2025 en el ataque a once buques de la Armada Rusa, el puente de Crimea y otra infraestructura portuaria y de la Armada Rusa.
Montaje ShaBlya en el Sea Baby y daños recibidos por la embarcación en su última misión en diciembre de 2024.
El drone está equipado con un módulo de combate ShaBlya, empleado en combate desde 2024, el cual consiste en una torreta giroestabilizada desarrollada por ingenieros ucranianos de la empresa Roboneers, con una ametralladora PKT de 7,62x54 mm. El sistema de estabilización le permite disparar con precisión a pesar del oleaje. Además, posee un sistema Hunter de IA para la identificación de blancos y control de tiro. El Sea Baby puede alcanzar unos 50 nudos de velocidad gracias a dos motores internos que mueven dos waterjets, con un alcance de hasta 1000 kilómetros y puede llevar una carga útil de más de 850 kilos, que pueden ser explosivos, pero también se las ha visto con lanzadores para cohetes 9M22 y 9M28, cohetes termobáricos RPV-16, minas MN-103 Manta.

Estas lanchas son empleadas por el Servicio de Seguridad de Ucrania, una de las dos organizaciones que emplean drones navales.
Por otro lado, pudimos conocer dos drones de la clase Magura, desarrolladas y empleadas por el GUR, la Inteligencia de Defensa de Ucrania, la versión W6 y la V7, que son las últimas dos de la familia. Un punto muy interesante es que esta es la primera vez que se muestra una Magura V7 con misiles R-73, ya que hasta ahora solo se las había visto con AIM-9L Sidewinder.

Inicialmente, la clase Magura empleaba sistemas de comunicación satelital, principalmente Starlink, pero también Kymeta, aunque el uso cada vez mayor de IA hace que cada vez sea menos necesario el control humano y, por ende, la conexión de alta velocidad con su base.
Como explica H.I. Sutton, “el Magura V1 es el USV ucraniano original cuyo desarrollo comenzó en mayo de 2022. A cuatro ingenieros se les asignó la tarea de ‘hacer algo con la flota enemiga’. Su respuesta fue el USV armado, utilizado como forma de torpedo de superficie para desplazamiento. Esto era, en esencia, un concepto nuevo en la guerra naval, aunque Irán (y el Movimiento Hutí) habían desarrollado embarcaciones similares. El primer diseño, ahora conocido como Magura W1, era un casco de barco pesquero de seis metros recortado para reducir el perfil. Las pruebas fueron lo suficientemente prometedoras como para conducir al Magura V2”.
Magura W6 con un montaje ShaBlya.
El Magura V2 empleaba un diseño de casco tipo moto de agua, con propulsión tipo waterjet y una eslora de 5 metros, a los que siguió el V3, de diseño similar pero con 5,5 metros de eslora y otras mejoras, empleados en el ataque a la Base Naval de Sebastopol el 29 de octubre de 2022 para dañar la fragata Admiral Makarov y el barreminas Ivan Golubets, además de otras operaciones. El Magura V4 fue un prototipo con motor fuera de borda y algo más grande, al que siguió el V5, desarrollado por la empresa SpecialTechnoExport, el cual es una de las variantes más utilizadas y dada a conocer el 24 de mayo de 2023 cuando atacaron el buque de inteligencia ruso Ivan Khurs al sur de Crimea, seguido por el ataque a otro buque de inteligencia, el Priazovye, aunque ambos ataques fallaron.

A estos siguió el W6 (la W por Whaler, ballenera, por la forma de su casco), el primero diseñado para llevar el sistema antiaéreo Sea Dragon con dos misiles R-73, aunque la versión exhibida estaba equipada con una versión más nueva de la torreta ShaBlya.
La Magura V6 fue el desarrollo siguiente, también equipada con el sistema Sea Dragon y una mayor eslora, que fue seguida rápidamente por la V7, presentada por primera vez el 14 de mayo de 2025 y que pudimos conocer, la cual tiene 7,5 metros de eslora, también con el sistema Sea Dragon (que no había sido visto nunca en las Magura V7 hasta ahora), pero que también se ha visto equipada con el FrankenSAM dotado de dos misiles AIM-9L Sidewinder.
La Magura V7 y su sistema FrankenSAM se hizo célebre cuando el 2 de mayo de 2025, a 50 kilómetros de Novorossiysk derribaron dos cazas Sukhoi Su-30SM que intentaban destruirlas, en el primer derribo de un caza por un dron naval.
La Magura V7 tiene capacidad para llevar más de 650 kilos de carga útil, con un alcance de 1000 km, una velocidad de crucero de 23 nudos y una máxima de 39 gracias a un motor diésel de 270 hp, con una autonomía de 48 horas pero que se puede extender hasta 7 días.
Actualmente los Magura son empleados por el Grupo 13 del GRU, creado el 28 de febrero de 2023 para operar drones navales, el cual, además de las aeronaves destruidas citadas, ha alcanzado al menos a una docena de buques, con daños de distinta consideración.

El empleo de los drones, tanto por el Grupo 13 del GRU como por el Servicio de Seguridad de Ucrania, significó un cambio de reglas de juego en la guerra marítima, donde un país sin armada no solo le está negando por completo el uso del mar a su adversario, sino que ya le ha inutilizado un buen porcentaje de su flota. Mientras inicialmente el uso de misiles desde la costa obligó a los rusos a alejarse de las costas de Ucrania tras el hundimiento del crucero Moskva, esto significaba que podían tener libertad de acción si operaban lejos de la costa. Sin embargo, el uso de drones primero llevó la guerra a la Base Naval de Sebastopol, a unos 300 kilómetros de las costas no ocupadas de Ucrania, para luego alcanzar lugares mucho más distantes como la Base Naval de Novorossiysk o el Puente de Crimea, lo cual implica cerca de 700 kilómetros de navegación, haciendo que la flota rusa del Mar Negro no tenga ya ninguna base desde la cual operar con seguridad.

Los drones se han demostrado una herramienta de negación de acceso extremadamente eficaz, ya no solo para operaciones litoraleñas, sino a gran distancia de la costa propia, para llevar la guerra a las aguas enemigas. Además de sus misiones de ataque, los drones navales también cumplen tareas de inteligencia y vigilancia, permitiendo conocer los movimientos enemigos y sus operaciones. Al igual que en el campo de batalla terrestre, los drones también están cambiando el juego en la guerra en el mar, siendo herramientas de bajo costo, difíciles de detectar, pero con un poder destructivo muy grande, que quita libertad de acción a los buques de superficie, así como a las aeronaves que operan sobre el mar.








