La última encuesta sobre “Percepciones sobre política exterior y seguridad nacional” llevada a cabo por AthenaLab refleja la existencia de intereses en común y amenazas comunes a ambos lados de la cordillera, lo que debería llevar a una mayor cooperación entre ambos estados.
Hace pocos días, AthenaLab publicó en Chile los resultados de la quinta encuesta “Percepciones sobre política exterior y seguridad nacional”, realizada junto a Ipsos, que en esta oportunidad, dado el cambio de rumbo en la Argentina tras la asunción del presidente Javier Milei y al hecho de que se cumplirán 40 años del Tratado de Paz y Amistad entre ambos países, se puso también el foco en analizar cuáles son las percepciones que existen en la Argentina.
La encuesta se divide en lo que opina el público en general y lo que opina un grupo de expertos seleccionados entre distintas áreas relacionadas con la política exterior, la defensa y la seguridad, entre otras.
Lo primero que se ve es que hay una diferencia en algunos aspectos entre los que plantea la gente común con los expertos, pero también se percibe una diferencia entre los sectores de izquierda como es el actual gobierno de Chile y como lo es la oposición en la Argentina, con lo que responden los ciudadanos. Así, por ejemplo, las cuestiones de derechos humanos están entre las menos importantes en las prioridades de la política exterior, tanto para el ciudadano común como para los expertos.
Por otro lado, se ve que, mientras la población general prioriza cuestiones como el narcotráfico, regular la migración y el control de fronteras, los expertos se enfocan más en la protección de la soberanía.
En otras cuestiones hay un amplio consenso en ambos segmentos, como es que la inversión extranjera en sectores estratégicos, o de impacto en la seguridad nacional, debería estar regulada.
“En la parte de las Fuerzas Armadas, la gente las quiere ver en vigilancia y protección de fronteras, en el combate al narcotráfico y en la defensa de la soberanía. El apoyo a las policías está en el sexto lugar, y la protección de la infraestructura crítica en el noveno puesto. Los expertos, por otro lado, tienen una visión más tradicional, ya que la defensa de la soberanía va en el primer lugar” explica Richard Kouyoumdjian Inglis, vicepresidente de Athenalab.
Cuando se ven los resultados de la encuesta en la Argentina, se puede ver que hay coincidencia en que las mayores preocupaciones en defensa y seguridad están en el narcotráfico, el crimen organizado y el control de las fronteras
“Al existir amenazas comunes, se abren espacios de cooperación bilateral para ambos países, desde la perspectiva de la seguridad. De igual manera, Chile y Argentina aparecen coincidentemente privilegiando objetivos de política exterior relacionados con la necesidad de combatir tanto el narcotráfico como la protección de fronteras” sostiene el informe de AthenaLab, mientas que agrega que “en Argentina se percibe que es posible mejorar las relaciones con Chile en función del comercio y la infraestructura, lo que demanda una mayor integración binacional; así como en seguridad y defensa, por las amenazas comunes que los
afectan, y en educación y cultura, que también se alinea con la posibilidad de integrar mayormente a ambos países”.
Esto refleja por un lado la creciente preocupación en la población de ambos países a la amenaza que conforma el crimen organizado internacional, el que incluye el narcotráfico, así como el tráfico de personas, lo cual pesa sobre la seguridad en las fronteras.
La detección de preocupaciones comunes sobre actividades que trascienden las fronteras de los países abre la posibilidad a una mayor cooperación para iniciar una agenda común en materias de seguridad. En ese sentido coincidió Martín Verrier, Secretario de Lucha contra el Narcotráfico y la Criminalidad Organizada del Ministerio de Seguridad de la República Argentina, quien escribió una columna para el informe de AthenaLab, en donde plantea que “La más reciente encuesta realizada por AthenaLab ha arrojado nueva luz sobre los diversos intereses nacionales y posicionamientos geopolíticos en la región, lo que permite identificar puntos en común que podrían orientar las agendas bilaterales y multilaterales en la zona”.
Por otro lado, es preciso destacar la opinión de los expertos, aunque ésta se ha tomado solo en Chile y no en la Argentina, ya que su conocimiento más acabado de las amenazas y el escenario geopolítico genera que sus preocupaciones estén más cerca de aquellas amenazas reales y son menos propensos a guiarse por lo que plantean los medios de comunicación masivos, en donde las amenazas se presentan según el impacto que tengan en su audiencia. Kouyoumdjian, en ese sentido, subraya que “da la impresión de que la agenda de seguridad del Gobierno (de Chile) coincide con lo que los no expertos quieren, pero está muy desalineada de la visión especialista”.
Así, cuestiones como la defensa de la soberanía, vigilancia y protección de fronteras y la protección de intereses nacionales donde se encuentren, fueron consideradas como las principales misiones de las Fuerzas Armadas en Chile, mientras que el combate al narcotráfico fue puesto en último lugar. “Las Fuerzas Armadas que tenemos, más bien, están orientadas a lo que los expertos establecen como prioridades. Un ajuste a lo que quiere la opinión ciudadana es no menor, especialmente para un Ejército que aún tiene una alta dependencia de soldados conscriptos, siendo que el tipo de servicios que requiere el chileno común y corriente no se ve como algo que un conscripto con pocos meses de entrenamiento pueda atender. Emplear a las FF.AA. en lo que los chilenos quieren, obliga a resolver el tema de las Reglas del Uso de la Fuerza y la justicia para militares y policías” destacó Kouyoumdjian.
En las cuestiones de defensa de la soberanía se encuentran los movimientos independentistas, como ocurre en el sur de la Argentina y Chile, tema sobre el cual Verrier, en la misma columna, plantea que “la cuestión de los reclamos de territorios ancestrales, por parte de comunidades identificadas como pueblos originarios en Argentina, ha ganado relevancia en la ciudadanía, lo que explica el crecimiento en la preocupación por movimientos independentistas como factor de inquietud. Esta inquietud se acerca al nivel observado en Chile, lo que también podría ofrecer un espacio para la cooperación y coordinación entre ambos países”.
Esta es otra área de intereses comunes, además de que muchos de esos grupos independentistas también están relacionados con el crimen organizado, así como la falta de seguridad en las fronteras, dos de los temas considerados como amenazas a la seguridad nacional.
El trabajo completo se puede descargar aquí abajo:
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