La Autopista 10: la solución para Maduro y una pesadilla para Europa: drogas, terrorismo y migraciones
- Ignacio Montes de Oca
- hace 6 horas
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La āAutopista 10ā puede ser la solución para Maduro ante el bloqueo naval de EEUU en el Caribe y le traslada el riesgo del trĆ”fico de drogas a Europa. El envĆo de un buque francĆ©s a la zona es un indicio de un nuevo contexto que incluye terrorismo e inmigraciones.
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Por Ignacio Montes de Oca
El 27 de julio el presidente Macron anunció el envĆo de un refuerzo naval a Guadalupe, una de las posesiones francesas en el Caribe, para sumarse al bloqueo al Cartel de los Soles. Para entender el motivo, hay que empezar por conocer la Autopista 10 y su importancia para Europa. La Autopista 10 es la ruta para el envĆo de drogas desde SudamĆ©rica a Europa a travĆ©s de Ćfrica. Se llama asĆ por recorrer el paralelo 10 norte. Funciona desde la dĆ©cada del 2000 y transporta hasta el 30% de la droga sudamericana que entra en Europa. Y otros trĆ”ficos ilegales. La lógica de los narcos fue buscar zonas poco vigiladas como alternativa para ingresar la droga a Europa, un mercado tan atractivo como el de EEUU y que ademĆ”s sigue creciendo. El aumento de consumidores del 9% desde 2016 explica el interĆ©s que puede generar esta ruta.

Las aguas y cielos poco vigilados del Golfo de Guinea son el sitio ideal de trasbordo. Los paĆses de la región son demasiado pobres como para tener los medios de vigilancia y sus ingresos demasiado bajos para resistir la tentación de sumarse a la cadena de complicidades del narco. Desde allĆ pueden ser disimuladas en los buques o tomar la ruta terrestre que recorre el Sahel, particularmente las que atraviesan Mali, NĆger y Burkina Faso. AquĆ es donde vuelve a encontrarse Francia, desalojada de esas naciones por golpes de estado patrocinados por MoscĆŗ.
Allà hay otro motivo para la decisión francesa que tiene una cuenta pendiente con Rusia en la zona y sabe que parte de los dividendos de la Autopista 10 van a parar a las arcas de los gobiernos ahora aliados de Putin. Es una disputa de fondo que no debe ser menospreciada. Esas rutas que conducen a los puntos de embarque en el MediterrÔneo en Argelia, Túnez o Libia, son muy lucrativas para los grupos que las controlan. El peaje que se cobra por cada cargamento nutre las arcas de organizaciones gubernamentales y terroristas que operan en ellas.

Durante el 2024 la zona del Sahel aportó la mitad del total de vĆctimas mundiales del terrorismo. Las masacres de cristianos, las batallas entre facciones en el desierto y el cobro de peajes por las rutas de trĆ”fico son partes de un mismo fenómeno que recorre la Autopista 10. La ganancia se usa la comprar mĆ”s armas o partidarios y genera nuevas disputas por su control. La Autopista 10 mueve mucho dinero y alimenta a muchos por su paso. Un kilo de cocaĆna vale U$S 4.000 en la zona productora y U$S 50.000 al llegar a Europa. 12 veces su valor.
Para darse una idea del dinero que mueve la Autopista 10, en la década del 2000 se descubrió un avión Boeing 737 abandonado en el desierto de Mali luego de traer una carga desde Latinoamérica. Hablamos de una carga de hasta 10 toneladas y un avión que cuesta un millón de dólares.

Las cargas que siguen por la ruta terrestre se dirigen luego a Europa en donde son gestionadas por las mafias locales. AquĆ es donde surge otra vez el nombre de Francia porque una de las receptoras es la mafia francesa en Marsella, en particular las facciones āYodaā y āDZā. Hay otras mafias.
En el este operan los grupos de Galicia y AndalucĆa que usan tambiĆ©n la vĆa marroquĆ. En Italia es recibida por la Ndrangheta y hacia el este por las mafias albanesas y de los Balcanes. Estos grupos toman su comisión y se encargan de distribuirlas luego por el resto de Europa. Ćfrica no produce cocaĆna, a lo sumo exporta marihuana como la que se produce en el Valle del Rif, en Nigeria o Ghana, el Khat somalĆ o metanfetaminas producidas en laboratorios en Nigeria y SudĆ”frica. Pero la Autopista 10 se basa fundamentalmente en la importación sudamericana.

Vamos a subir la apuesta con el otro factor de peligrosidad. Dijimos que en la ruta africana se pagan peajes y que mueve cantidades inmensas de dinero por la zona del Sahel, la mƔs pobre dentro del continente mƔs pobre del mundo. Veamos quienes son los grupos que se las disputan.
AdemƔs de los oficiales de los gobiernos locales, en la lucha por su control participan Al Qaeda e ISIS. Aun con el apoyo ruso y del Afrika Corps, los sucesores de Wagner, las fuerzas armadas de Mali, Niger y Burkina Faso hoy pierden terreno frente a estos grupos terroristas. El control de las rutas de trƔfico reporta ganancias crecientes traducidas en fondos para comprar armas, reclutar y ejercer el dominio sobre extensiones de territorios mayores. Por ejemplo, el trƔfico de armas desde Libia se alimenta de las ganancias obtenidas de los peajes.
Las reglas salafistas del ISIS y Al Qaeda prohĆben el consumo de drogas, pero no su comercio y por eso la Autopista 10 contribuye a aumentar la violencia y las masacres que cada una de estas organizaciones ejecuta para hacerse con el control de cada zona de paso en el Sahel. Esa violencia no se limita al Sahel y hay que recordar que tanto el ISIS como Al Qaeda ya atacaron en Europa y que en 2024 se desarticularon atentados en Alemania, Reino Unido, EspaƱa y Austria. Con mĆ”s dinero disponible aumentan sus recursos para ejecutar nuevos ataques.

No solo se trata de terrorismo. Las cifras de EUDA, la agencia de control de drogas de la UE, indican un aumento constante en las muertes vinculadas al consumo de drogas y en los delitos violentos originados en el control de territorios y cargamentos que entran en el continente.
Le vamos a agregar un nivel adicional de complejidad al indicar que las rutas de la Autopista 10 en Ćfrica son las mismas que se usan para controlar otro negocio lucrativo: el trĆ”fico de personas que recorre la misma ruta y paga el mismo peaje que la coca sudamericana a su paso. Las organizaciones que controlan la migración cobran entre U$S 1.750 y U$S 5.000 a cada persona que pide asistencia para cruzar desde el Sahel a Europa. Con 67.000 cruces detectados en 2024 por la UE es posible hacerse una idea del dinero que manejan quienes la gestionan. No es sorprendente que en el lado europeo las organizaciones delictivas que manejan la llegada y por lo tanto comparten los ingreso sean la Ndrangheta, las mafias de los Balcanes y que las mafias en Francia, BĆ©lgica y PaĆses Bajos usen la inmigración para reclutar adherentes.

La conclusión es que a medida que la Autopista 10 se consolidó como ruta de trĆ”fico de droga le fue agregando otros rubros ilĆcitos para transformarse en un negocio marginal con mĆŗltiples fuentes de ingreso y que eso condujo a aumentar la violencia por su control en todo su recorrido. Hace aƱos que se sabe que los carteles latinoamericanos y europeos colaboran para el trasiego de drogas y que dentro de Europa hubo un reordenamiento que llevó a que los grupos criminales comenzaran a cooperar para hacer mĆ”s eficientes las rutas en lugar de disputĆ”rselas. Se entiende entonces la decisión de Francia de mandar un refuerzo para esa ruta y es previsible que otras naciones europeas con presencia territorial o excolonias en el Caribe como el Reino Unido o los PaĆses Bajos se sumen a esta iniciativa habida cuenta el perjuicio que les causa.

Pero tambiĆ©n es posible que lo hagan por el riesgo de ser acusadas por Washington de no colaborar con el esfuerzo para controlar la salida de droga, con las posibles consecuencias arancelarias o la amenaza de recibirlas. La inacción podrĆa ser interpretada como solidaridad. En cualquier caso, la Autopista 10 pone a Europa en el mismo predicamento que EEUU al confrontarla con el mismo combo de amenazas que presenta Trump al justificar su despliegue militar en el Caribe. Es decir, drogas, migración ilegal y terrorismo y la necesidad de una respuesta.

Para Europa la situación es aĆŗn mĆ”s desafiante porque el chavismo podrĆa buscar en la Autopista 10 una alternativa para recuperar los recursos que perderĆa por la interdicción de las rutas a los EEUU. Recordemos que el mercado de consumo europeo es tan atractivo como el del EEUU. No es solo la Autopista 10 sino del total de envĆos que ademĆ”s se hace por los puertos comerciales de Curazao hacia Rotterdam, desde el puerto de DĆ©grad des Cannes en las Guyana Francesa o las actividades de lavado en los paraĆsos fiscales de las colonias britĆ”nicas del Caribe. Si el chavismo y sus socios buscan escapar al bloqueo por esa ruta, es posible que intente inundar con cocaĆna de bajo precio al mercado europeo, lo que ademĆ”s de un problema de salud pĆŗblica traerĆa como colateral un aumento de los fenómenos delictivos asociados al trĆ”fico.

Recordemos que el aumento del 9% en la superficie de cultivo de coca en Colombia y del 53% en la producción de cocaĆna elevó la oferta y bajó su pecio global, lo que encaja a la perfección con el incremento del consumo europeo y el estĆmulo para abrir rutas alternativas. El problema no solo involucra a Europa porque al mirar el mapa se descubre que la otra salida del Cartel de los Soles es la frontera con Brasil y aquĆ el panorama vuelve a hacerse complejo porque Lula tiene un problema similar con la Autopista 10 y eso condiciona sus respuestas.
Una parte de la Autopista 10 nace en las costas de Brasil y es administrada por grupos criminales entre los que se destacan el Comando Vermelho y el Primer Comando de la Capital. Hablamos de organizaciones que desafĆan abiertamente el control del territorio al gobierno de Brasil. Otro dato importante es que Brasil tiene la población de consumidores de cocaĆna mĆ”s numerosa de LatinoamĆ©rica y por lo tanto es tambiĆ©n un destino para los envĆos que llegan desde Venezuela, ademĆ”s de los que pasan por sus fronteras con Colombia, PerĆŗ y Bolivia. Esa peligrosidad y el riesgo para Brasil explica la presencia el 19 de agosto de un Boeing C-32 operado por la CIA en el aeropuerto de Guarulhos procedente de Tampa, Texas. Aterrizó al mismo tiempo que Trump anunciaba el envĆo de una flota para combatir al Cartel de los Soles. Trump y Lula pueden pelearse por los aranceles o el destino polĆtico de Bolsonaro, pero el presidente de Brasil sabe que podrĆa quedar enterrado de nieve colombiana si Maduro decide resistir el bloqueo buscando la salida africana. Y que ademĆ”s estĆ” el riesgo de mĆ”s aranceles.

Del lado de Petro no hay alternativas; los carteles colombianos manejan sus propias rutas y en todo caso el chavismo deberĆ” explotar la Autopista 10 si quiere seguir usufructuando de los U$S 8,200 millones que mueve el negocio narco en Venezuela y alejar la posibilidad de enfrentarlos. Lula no puede imitar a Petro y decir que el Cartel de los Soles no existe y que es una conspiración iluminati y del gobierno secreto de los Rotschild. En Brasil hay un lĆmite para la solidaridad porque la cuestión del crimen organizado no se maneja desde la resignación cómplice. Y lo mismo sucede con MĆ©xico. Sheinbaum ya recibe una presión similar a la de Venezuela desde febrero. Se menciona poco que apenas llegó a la Casa Blanca Trump ordenó el despliegue de 5 destructores en la zona del Pacifico para reforzar el control del paso de drogas desde el sur.
Si Maduro se preocupa por lo que pudiera hacer Trump, a MĆ©xico le cabe una mayor certeza de una acción de EEUU dentro de su territorio contra los carteles mexicanos anunciada durante la campaƱa y confirmada pĆŗblicamente como advertencia una vez que regresó a la Casa Blanca. El bloqueo en el Pacifico y el Caribe refuerza la idea de redirigir la mirada hacia la Autopista 10 y encontrar en Europa la fuente de recursos que se cortarĆa en caso de persistir el cerco. El rediseƱo del tablero afecta a decenas de paĆses en 3 continentes al mismo tiempo.

Si el trĆ”fico de droga generó violencia en su paso por Ćfrica, su incremento generarĆ” una disputa aĆŗn mĆ”s violenta. NĆger perdió el control sobre el 20% de su territorio. Mali sobre el 40% y Burkina Faso sobre el 50% en manos de Al Qaeda, el ISIS y las milicias Ć©tnicas. Estos tres paĆses generaron casi 4 millones de desplazados y un aumento de la violencia podrĆa poner mĆ”s presión sobre las rutas migratorias hacia Europa, que habĆan disminuido en volumen en 2024, y sobre los paĆses vecinos a estos estados con sus consecuencias polĆticas obvias. TambiĆ©n podrĆa afectar la estrategia de control de Putin sobre el Sahel al debilitar a sus gobiernos aliados en la zona, lo cual le demandarĆa encontrar un arreglo con sus aliados en Caracas. Al mismo tiempo, la situación favorece un intento de regreso francĆ©s en la región.
Para Europa es un dilema porque la Autopista 10 afecta su esquema de seguridad tanto en el plano de la seguridad como en el modo en que los respectivos gobiernos responderĆ”n a su electorado ante un aumento de la actividad delictiva y, quizĆ”s, el riesgo terrorista. AdemĆ”s, deben responder de manera cooperativa en el Caribe. El esfuerzo francĆ©s solo posiciona favorablemente a Macron frente al desafĆo y ante la mirada de Trump, pero un buque no alcanza para considerar a Europa un socio en la bĆŗsqueda de una solución para la Autopista 10.

Lo que estĆ” en juego tambiĆ©n es la presencia europea en el Caribe, una zona en la que EEUU estĆ” pisando con mĆ”s fuerza. Corren el riesgo de reducir su peso estratĆ©gico y, al mismo tiempo, que la inacción resulte en una colaboración implĆcita para que Maduro se consolide en el poder.
Brasil no tiene muchas alternativas. Tras colaborar para que Maduro gane tiempo tras el fraude de julio de 2024 ahora Lula quedó atrapado en la disyuntiva de seguir apoyĆ”ndolo y hacer frente a las secuelas de un incremento de la actividad de los socios locales del Cartel de los Soles. Las elecciones de octubre de 2026 no estĆ”n tan lejos y Lula perdió mucho capital polĆtico en su apoyo a Maduro. Pero si apoya la iniciativa caribeƱa de Trump puede terminar por perder lo logrado al presentarse como un foco de resistencia ante la polĆtica de EEUU para la región. Tampoco a MĆ©xico la tiene difĆcil por la amenaza arancelaria y la que se cierne sobre su territorio por las advertencias bĆ©licas de Trump. EEUU declaró organizaciones terroristas a 5 carteles mexicanos y lo que pueda aplicarse en Venezuela se extiende a la sección mexicana.

Con el cierre de la vĆa caribeƱa, la Autopista 10 es una alternativa, tanto como la ruta del Pacifico en donde EEUU desplegó en febrero una fuerza aeronaval similar. Y a diferencia de Venezuela, MĆ©xico tiene una frontera terrestre que eleva el nivel de responsabilidad compartida.
El discurso del combate al trĆ”fico de drogas y la inmigración es el nĆŗcleo de la polĆtica de Trump hacia AmĆ©rica Latina y la disputa con Venezuela solo una parte de una estrategia que tiene un impacto positivo en su audiencia interna. Confrontarla no tiene muchas posibilidades de Ć©xito.

En Ćfrica, Guinea Bissau, Senegal, Mauritania, Guinea, Ghana, Nigeria, Togo y Sierra Leona deberĆ”n optar entre sacarle rĆ©dito al posible aumento del trĆ”fico, aunque implique hacerles frente tambiĆ©n a las consecuencias sobre su escenario interno y las represalias desde el exterior. Estos paĆses son los que reciben las cargas sudamericanas y en su pobreza son hace un cuarto de siglo porosos a la influencia narco. Pero lo pueden ser tambiĆ©n frente a las represalias económicas si una acción de EEUU y Europa busca enrolarlos para cortar el paso de la Autopista 10.
Hay un dato que no es menor. EEUU se retiró de Ćfrica y con Trump esa tendencia se aceleró. La anulación del USAID es solo una parte de ese repliegue. Esto implica que solo quiere cubrir el tramo latinoamericano de la Autopista 10 y en particular el trecho inicial que recorre el Caribe. El resto queda a merced de lo que pudiera hacer Europa que, sin embargo, aĆŗn no muestra una capacidad para tomar decisiones rĆ”pidas y de fondo en un tema urgente como el de Ucrania. Que responda a lo largo de la Autopista 10 parece una utopĆa a pesar del riesgo que representa.

Lo que queda como conclusión es que la Autopista 10 podrĆa cobrar importancia y que no hay suficientes recursos para hacerle frente a los riesgos que esconde. Al menos por ahora y esa imposibilidad es una oportunidad para el chavismo, que se juega U$S 8.200 millones de trĆ”fico. Y en EEUU ya deben haber notado que si Maduro pone a hibernar la ruta caribeƱa para explotar la africana podrĆ” aguantar mejor el trance. Trump necesita, por lo tanto, que los europeos colaboren con su plan. Pero eso lo deja en rol de demandante, algo que le incomoda bastante. La Autopista 10 recorre miles de kilómetros alterando el ambiente polĆtico a su paso y puede que el cambio en las circunstancias en el Caribe provoque un efecto aĆŗn mĆ”s profundo a lo largo de su recorrido, incluso en las terminales europeas en donde llega con su carga variada.
Como vemos, no hablamos de cuestiones viales o solo de drogas. La Autopista 10 es un factor desconocido por muchos pero que tiene un peso inmenso en el escenario estratĆ©gico y en el de los paĆses que recorre. En el futuro puede que sea un tema aĆŗn mĆ”s importante. Aviso con tiempo.