Por Joao Paulo Moralez
Próximos a ser dados de baja, los Lockheed C-130 Hércules de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) siguen demostrando sus capacidades operativas, incluso más allá de las fronteras nacionales.
Con destino a Concepción, en Chile, un C-130M perteneciente a la Fuerza Aérea Brasilera despegó el 9 de febrero para apoyar a dicho país en el combate de incendios forestales en la región centro-sur del país.
Operado por el Grupo de Transporte 1°/1° “Esquadrão Gordo”, la aeronave estaba equipada con el sistema modular de extinción de incendios MAFSS. Este sistema pesa unos 770 kg., pudiendo ser alimentado con 12.000 litros de agua, que se descarga a través de dos tuberías colocadas en la rampa. avión.
El lanzamiento se realiza a una altura de 150 pies, aproximadamente a 46 metros y a una velocidad de 240 km/h.
Desde el aeropuerto Carriel Sur son 24km hasta la región afectada. Se estima que hay 300 incendios con más de 40 mil hectáreas quemadas. Hasta el momento se contabilizaban 26 muertos, más de 1.200 heridos, 3.000 personas sin hogar y más de 1.100 viviendas destruidas, además de 270.000 hectáreas comprometidas. A esto se suma una nueva "alerta meteorológica", por calor extremo en las regiones del Maule y Ñuble.
Se estima que la operación de campo debe extenderse por al menos dos semanas, siendo ésta la tercera vez que Brasil apoya a Chile en este tipo de situaciones.
La primera fue en 2014 con un C-130 y 30 soldados. La segunda fue en enero de 2017, nuevamente con el C-130, que permaneció 14 días y realizó 48 misiones en seis días de trabajo con más de 500.000 litros de agua arrojados sobre los incendios ubicados en la región del Bío-Bío.
