El 201 aniversario de su creación, que se celebra este sábado 8 de octubre, es una excelente oportunidad para conocer el estado actual y proyecciones de una de las instituciones navales más importantes de América Latina.
Por Lewis Mejía
Una organización con historia, tradición y valores, comprometida con la defensa y el bienestar de la sociedad a la que pertenece, reconocida internacionalmente por su capacidad profesional y que, pese a los tiempos difíciles, trabaja en su modernización. Así se ve a la Marina de Guerra del Perú (MGP), a 201 años de su fundación, un momento muy especial para su fortalecimiento, tal como se desprende de la entrevista a su Comandante General.
El Almirante Alberto Alcalá Luna es un especialista en guerra de superficie, con amplia experiencia operativa, pues sirvió en las corbetas lanzamisiles clase PR-72P y en las fragatas misileras tipo Lupo. De hecho, fue segundo comandante del BAP Mariátegui y comandante del BAP Quiñones, unidades de diseño italiano que colocaron al Perú, a partir de 1978, a la vanguardia de la tecnología naval en defensa.
Este marino, preparado para escenarios en crisis, ni bien asumió el cargo tuvo que enfrentar las más agresivas “olas” del COVID-19, en el 2021, desafío que puso a máxima prueba las capacidades de la institución ante los desastres.
Hoy, superado ese difícil momento, se expresa entusiasmado con los cambios que empiezan a gestarse, como por ejemplo la formación de una “Mesa Ejecutiva para el Desarrollo de la Industria Naval”.
“Gracias al apoyo y trabajo en equipo de cada uno de los integrantes de la institución, se ha logrado implementar la mesa ejecutiva que permitirá en el corto plazo articular al sector público y privado, para llevar a cabo acciones conjuntas que impulsen el desarrollo de la industria naval; así como aquellas que permitan la recuperación y modernización en forma progresiva”, destaca.
Fortalecimiento en marcha
El Almirante resalta, entre otros logros, la recuperación de las capacidades aeronavales con la incorporación de cuatro helicópteros antisubmarinos (ASW) y de ataque Kaman Aerospace SH-2G P2 Super Seasprite, más uno de entrenamiento. Son vectores que pertenecieron a la Royal New Zealand Navy (RNZN), comprados en el 2014 y transferidos al año siguiente al Perú, quien los sometió a una modernización integral en los Estados Unidos que los llevó a la condición de “cero horas”.
Hoy sirven en el Escuadrón Aeronaval No. 21 con las fragatas portahelicópteros en misiones de guerra electrónica, lucha antisuperficie y antisubmarina; exploración marítima, interdicción, y búsqueda y rescate.
El líder naval peruano también anuncia la próxima entrega del primero de los dos Fokker 50MPA multipropósito, reconfigurados para vigilancia electrónica e inteligencia de señales en la Fábrica Argentina de Aviones Brigadier San Martín S. A., con asesoramiento y sistemas de Israel Aircraft Industries (IAI).
Respecto a la fuerza de superficie, se viene dando un “sinceramiento” de medios, que incluye la desactivación de algunos buques ya obsoletos, en base a un estudio serio y cuidadoso que también plantea la renovación con naves de tecnología de punta.
En ese contexto se enmarca el reemplazo de los sensores y otros sistemas de armas originales, por otros más modernos, en cuatro de las seis fragatas misileras disponibles, como parte del proyecto Illapa (relámpago, en lengua quechua). Sería una medida de transición hasta que se aprueben los presupuestos que permitan la construcción de los nuevos buques multirrol, un proyecto en el que participará decisivamente el Servicio Industrial de la Marina (SIMA Perú).
Siguiendo la línea de incrementar capacidades, se avanza en la modernización de cuatro unidades submarinas tipo U-209/1200, con asesoría y asistencia técnica de ThyssenKrupp, de las que una está casi lista para iniciar sus pruebas en el mar y la otra preparándose para su corte de casco.
No olvidemos los progresos en la obra del segundo buque multipropósito clase Makassar (BAP Paita) en el SIMA, que aumentará la capacidad logística de respuesta ante desastres naturales, y la proyección estratégica de la institución.
Actualmente, la Marina tiene más de diez proyectos de inversión que involucran directamente el incremento de capacidades, y que incluyen la incorporación de tres patrulleras Oceánicas tipo OPV, priorizándose la construcción de al menos la primera en los astilleros del SIMA como parte del relanzamiento de la industria naval.
Adicionalmente, se espera concretar cuatro patrulleras marítimas derivadas de la clase Río Pativilca, basadas en el Taeguk (Corea del Sur), en convenio con el astillero STX Offshore & Shipbuilding de Corea del Sur.
De hacerse realidad, se sumarían a las seis unidades ya en operaciones guardacostas; entre tanto se construyen seis de las 24 patrulleras de interdicción marítima basadas en el diseño CB-90HSM, con asesoría de N. Sundin Dockstavarvet AB.
Asimismo, se evalúa la producción de lanchas fluviales para abordar el control de la minería ilegal, y de dos Plataformas Itinerantes de Acción Social (PIAS), usando las capacidades industriales del SIMA en su astillero de Iquitos, a orillas del Amazonas.
“Nuestras metas se enmarcan en objetivos prioritarios, alineados en nuestros planes estratégicos de mediano y largo plazo, y que no hacen más que fortalecer la seguridad y vigilancia salvaguardando nuestros recursos y ecosistema”, explica Alcalá Luna.
Planes estratégicos y tareas que también consideran las operaciones de búsqueda, rescate, el apoyo al Sistema Nacional de Riesgo ante desastres; y las acciones que incrementan la capacidad del Estado para atender a la población con difícil acceso.
Igualmente, se suman la contribución con la política exterior del país mediante la navegación del Buque Escuela a Vela BAP Unión, la “embajada itinerante del Perú”, y el desarrollo de la campaña científica en la Antártida con el buque oceanográfico BAP Carrasco.
En trabajo social
Después de comandar buques de combate, Alcalá Luna pasó a ser Jefe de Estado Mayor del Comando Operacional de la Amazonía, Comandante de la Fuerza de Superficie, Jefe del Estado Mayor de la Comandancia General de Operaciones del Pacífico, y Director de Capitanías y Guardacostas.
Todo ello ha reafirmado su visión sobre lo que significa la Marina en la actualidad, con un claro rol de apoyo social que le llevan a participar en acciones a favor de los comuneros en Puno, a orillas del Lago Titicaca, el más alto del mundo y gran reserva de agua dulce; y también de los pueblos y comunidades nativas de la Amazonía.
“Estas acciones nos impulsan y comprometen con los pueblos más alejados de nuestro país”, explica, tras resaltar que desde el 2013 operan las PIAS, unidades multiservicios de los programas del Estado en salud, educación, banca, entre otros, como parte de la Estrategia de Acción Social con Sostenibilidad del gobierno central.
Este 2022 se cumplieron 158 años de presencia en la región amazónica, cuando un grupo de marinos llegó a Iquitos para trazar la ciudad, construir una factoría, un apostadero y un puerto fluvial; y viviendas, oficinas y almacenes para hacer realidad el Departamento Marítimo-Militar de Loreto.
Actualmente, la Comandancia General de Operaciones de la Amazonía cuenta, en el área de Iquitos, con las PIAS Río Napo, Río Morona, Río Putumayo I, Río Putumayo II y Río Yavarí; y los buques tópico Yahuas, Pastaza y Corrientes. Y en el área de Pucallpa, al BAP Curaray y al Buque Tópico Hospital (BTH) Raumis.
En el campo de la defensa, también dispone los BAP Amazonas y BAP Loreto (unidades armadas de control fluvial), y los BAP Marañón y BAP Ucayali (antiguos cañoneros fluviales,) junto a los más nuevos BAP Clavero y BAP Castilla, a los que se adiciona una serie de lanchas rápidas, varias de ellas artilladas, de diversas dimensiones y usos.
La Amazonía peruana abarca más de 52% del territorio nacional, y los ilícitos abundan en esa área. Para lograr un eficaz control y eliminación de amenazas que muchas veces cruzan la frontera para escapar de las autoridades, se efectúan constantes entrenamientos multinacionales.
Uno de los más importantes es el BRA-COL-PER, Ejercicio Binacional con la República de Colombia y la República Federativa del Brasil, así como frecuentes operaciones reales de categoría intertipo e interagencia.
Resguardo marítimo
El Comandante General recuerda que la Marina, mediante la Dirección General de Capitanías y Guardacostas, ejerce la Autoridad Marítima Nacional y cumple con velar por la seguridad y protección de la vida humana en el medio acuático; así como reprimir las actividades ilícitas.
Para ello, cuenta con las seis patrulleras marítimas de diseño surcoreano hechas en el SIMA y desplegadas a lo largo del litoral -dos en la zona norte, una en el sur y tres en el centro-, que en lo que va del año tuvieron 204 intervenciones a ilegales.
Asimismo, otras unidades tipo patrulleras de costa, lacustres y fluviales, que trabajan en coordinación con las 19 Capitanías de Puerto, en todos los ríos navegables y en el Lago Titicaca, para la represión de actividades ilícitas tales como tráfico ilícito de drogas, tala, minería ilegal, pesca ilegal, trata de personas, y cualquier otra actividad considerada como amenaza marítima, lacustre o fluvial.
Permanentemente, la Comandancia de Operaciones Guardacostas realiza operativos contra la minería ilegal en las regiones de Madre de Dios, Ucayali y Loreto, con la participación de la Fiscalía Ambiental, la Policía Nacional y el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas.
Gestión de riesgo de desastres
Con una ubicación geográfica en zona altamente sísmica, así como muy vulnerable a los impactos del cambio climático por el fenómeno de El Niño, el Perú tiene muy presente la gestión de riesgo de desastre, siendo la institución naval una de las entidades de primera respuesta.
Asimismo, a través de la Dirección de Hidrografía y Navegación, administra el Centro Nacional de Alerta de Tsunamis (CNAT), con la función de emitir boletines de información de alerta y alarma, así como poner a disposición cartas de inundación.
“Con respecto a las capacidades para la respuesta y de acuerdo a la experiencia adquirida debido a las diversas emergencias y desastres ocurridos en nuestro país, la Marina de Guerra del Perú cuenta con unidades navales como, el BAP Tacna, de reaprovisionamiento logístico, dotado de una planta potabilizadora de agua con capacidad para generar 1000 litros por hora”, describe el Almirante Alcalá.
Esta es una unidad naval que dispone también de dos lanchas de desembarco con la capacidad de varado en playa, y es capaz de transportar vehículos con capacidad anfibia y helicópteros de transporte, así como a los Comandos de Acción Inmediata y a las Compañías de Intervención Rápida para Desastres, proporcionadas por la Comandancia de la Fuerza de Infantería de Marina.
Precisamente semanas atrás, como parte de esta preparación, la Marina promovió el ejercicio multinacional de asistencia humanitaria en atención de desastres denominado SOLIDAREX, operación anfibia en la que ya han participado equipos de los Estados Unidos, Panamá, Ecuador, Colombia y México.
Dos siglos y algo más tiene la Marina de Guerra del Perú, y sigue evolucionando. También posee una agenda de planes y proyectos que la llevarán a la modernización, sustentada en un recurso humano motivado y altamente profesional de más de 31 mil efectivos.
