Por Nicolás Zelaya, para Pucará Defensa.
Debido a que se armó un interesante debate de idas y vueltas sobre si el F-16 alcanza o no para actuar en un posible Teatro de Operaciones Atlántico Sur moderno, déjenme decirles que NO. ¿Entonces? Entonces nada, ni 24 F-16 o JF-17 lo pueden hacer, no en el contexto actual de la Fuerza Aérea Argentina (FAA), mucho menos del resto de las Fuerzas Armadas (FFAA).
Si 24 aviones no me sirven para llegar a las Islas Malvinas, ¿para qué los quiero? Bueno, no voy a llegar a las Islas y pretender derribar Typhoon si, primero, no tengo un avión para hacerlo y, segundo, no sé cómo hacerlo. Para eso me sirven 24 aviones, para generar una doctrina que sirva de base para futuras generaciones de aviones y pilotos. La Fuerza Aérea Argentina deberá dedicar parte de su tiempo a entrenar en este nuevo avión para lograr mantenerse operacional y disuasiva.
A continuación, usted leerá un análisis técnico del avión, si tiene algunas dudas deténgase en lo que no entiende, investigue y luego continúe leyendo, si así lo desea.
Entrenamiento
Actualmente tenemos una idea de cómo funciona la guerra aérea moderna, la teoría está, pero los IA-63 Pampa II/III no alcanzan, y los A-4AR Fightinghawk están limitados por obvias razones. No alcanzan para poner en práctica todo lo que se debe hacer para derrotar al enemigo, sea quien sea.
Para el piloto de caza argentino, el F-16 es un avión completamente nuevo, se le debe enseñar primero los procedimientos básicos necesarios para volar de forma segura, incluyendo situaciones de emergencia. Una vez que se dominan estas habilidades básicas, se enseñan los bloques de instrucción Aire-Aire y Aire-Tierra. En general, estos bloques de capacitación se ejecutan de manera secuencial, no al mismo tiempo, ya que las habilidades de los bloques posteriores se basan en las aprendidas en los bloques anteriores, algunos de estos ya practicados con el T-6C Texan II+, en los IA-63 Pampa II/III y A-4AR Fightinghawk. El objetivo es conseguir un piloto listo para misiones de combate, y no uno que solo tenga capacidades básicas de misión.
El lector debe ser consciente del número de vuelos de entrenamiento necesarios para obtener un nivel de habilidad determinado. Esto es, metiéndonos de lleno con lenguaje apropiado, pasar de las Maniobras Básicas de Combate, ofensivas, defensivas y de ataque frontal (High Aspect es la terminología original); a las Maniobras de Combate Aéreo, con interceptaciones tácticas visuales y más allá del alcance visual; a las Tácticas de Combate Aéreo, algunas de ellas son las Contra-Rotaciones (maniobras de posicionamiento ofensivo/defensivo de combate BVR de soporte mutuo), Targeting, Skate/Short Skate, etc. De igual forma y complejidad para misiones Aire-Tierra. Sumado a esto, el desarrollo de la Conciencia Situacional, el correcto empleo de armas, sistemas como el Data-Link, sensores como los de reconocimiento, guerra electrónica y de adquisición de señales, etc.
Como verá, no es algo que se logre de la noche a la mañana.
Nuevas capacidades
La Fuerza Aérea Argentina carece de la capacidad Contra Aire. Las operaciones Contra Aire emplean una gran fracción de la fuerza conjunta total y ponen a prueba las amplias capacidades de toda la estructura de mando, esto es, las tres FFAA. Lograr el dominio aéreo sobre una amenaza moderna requiere una combinación de sistemas de control y lanzamiento de armas, y, sobre todo, personal capacitado. Diseñar, desarrollar e implementar este sistema requiere una importante inversión de tiempo, dinero (éste limitado) y esfuerzo. Y no se trata sólo del avión, por eso es un Sistema de Armas que, a su vez, opera en un sistema integrado de medios que lo asistan, o al menos eso se intentaría.
Volviendo a la Fuerza Aérea Argentina, como rama militar cuya misión es el dominio sobre el espacio aéreo de interés, carece de las siguientes capacidades ofensivas:
Escolta de Paquetes de Ataque y Activos (HAVCAP, BARCAP, etc).
Barrido del Poder Aéreo Enemigo (Fighter Sweep, TARCAP).
Supresión y Destrucción de Defensas Aéreas (SEAD/DEAD).
Operaciones de Ataques Profundo (High/Low Level Deep Strike).
Lo que sí posee, pero en forma de capacidad limitada defensiva, es lo siguiente:
Detectar.
Identificar.
Interceptar.
Apoyo Aéreo Cercano.
Por ejemplo, las misiones de Escolta o Barrido de Cazas, o de Interposición, están directamente ligadas al combate más allá del alcance visual (BVR por sus siglas en ingles), el cual no se conoce más allá de algunos oficiales que hayan hecho intercambios y pudieran presenciar el entrenamiento de uno. Los pilotos necesitan aprender cuando y como disparar un misil (Beyond Visual Range Air-to-Air Missile, BVRAAM) como el AIM-120, no es simplemente lanzar, porque no se hará blanco, el piloto deberá aprender a gestionar las amenazas, determinar las distancias de lanzamiento (Dynamic Launch Zones), juzgar actitudes o movimientos que alerten de un posible lanzamiento enemigo, uso del radar AN/APG-66(v)2A con todos sus modos y limitaciones de operación en un entorno de guerra electrónica altamente denso. Todo esto mientras se aprende a combatir en equipo, con apoyo mutuo.
Realizar operaciones SEAD/DEAD para suprimir y/o destruir las defensas aéreas del enemigo. Se pretende que dicha capacidad, mínima, de perturbar y negar la capacidad del Sistema de Defensa Aérea Integrado (IADS en inglés) lo realice el avión con el armamento y los sistemas de guerra electrónica adecuados, como los Pod Jammer en conjunto con el sistema de gestión de guerra electrónica Terma AN/ALQ-213 que tiene integrado el avión. El SEAD Clásico (Conventional SEAD) como se dice, “interferir y destruir”, empieza por negar información, al interferir el radar primario enemigo, y negarle su capacidad de adquirir, procesar y transmitir la información pertinente.
Las misiones de Ataque Profundo, para permitir que las otras dos FFAA maniobren contra el poder militar del enemigo. Dadas las actuales capacidades de amenaza Tierra-Aire, el papel del ataque profundo es exigente. El armamento guiado Aire-Tierra permite destruir con precisión vehículos, infraestructura, baterías de artillería, etc. Se deben considerar varios factores para planificar el uso de armamento Aire-Tierra para el ataque detrás del borde avanzado del área de batalla, el más importante es la compatibilidad del armamento con el objetivo al cual se pretende golpear, y si está protegido o no. Pero lo más importante es el cómo se pretende atacar el objetivo, consideraciones de altitud baja y media, bombardeos visuales y no visuales, lanzamiento de munición Stand-Off o misiles, patrones de alcance controlado y entregas emergentes.
Como verá, no solo se recupera la capacidad supersónica, el F-16 es un caza polivalente, esto le permite hacer de todo, pero esto dependerá como la propia Fuerza Aérea necesite organizar y estructurar la aviación de caza, para eso están los distintos escuadrones a los cuales se les asignará una responsabilidad primaria y secundaria. Así como en la VI Brigada Aérea, por ejemplo, estaba el Escuadrón I con el Mirage V Dagger para misiones de cazabombardeo, y el Escuadrón II con Mirage IIIEA para interceptación.
El F-16 como vector
Dicho esto, no se puede negar que estos F-16AM/BM Block 15 como vectores, actualizados bajo el programa MLU hasta el “Tape” M6.5, la cual eleva las capacidades a estándar Block 50/52, vienen a dar un enorme salto tecnológico a la Fuerza Aérea Argentina, y aún con 40 años encima suponen una capacidad nunca antes vista. Con las cuales la FAA deberá establecer un programa de entrenamiento que iguale las capacidades de los pilotos, de mínima, a los estándares de nuestros países vecinos, para luego generar una doctrina y organización.
Cuando hablo de “Sistema de Armas” es porque los conjuntos de otros sistemas hacen un medio apto para el combate, en este caso el avión. Y podemos dividirlos en las siguientes:
· Planta de poder, que además de impulsar la aeronave es también central eléctrica para los sensores.
· Sensores, que alimentan la Conciencia Situacional del piloto, esto es el radar y medidas de apoyo electrónico.
· Armamento, que le da instrumentos ofensivos a ese Sistema de Armas para cumplir su propósito.
· Accesorios, que aumentaran las capacidades del Sistema de Armas, como lo son los tanques suplementarios, o los pods de reconocimiento y guerra electrónica.
Vamos con el primer punto, su planta de poder. El Pratt & Whitney F-100 PW-220 genera un empuje en seco de 14.590 lbf y 23.762 lbf con postcombustión, el cual es capaz de hacer volar al avión con un MTOW de 35.400 lbs (peso real de combate), eso son las 23.200 lbs de peso de combate más las 12.200 lbs de combustible (capacidad interna más 3 tanques externos), obviamente estas variables cambiaran según las condiciones climáticas y, como aspecto meramente técnico, el estado de la zona caliente y compresor. Cada motor viene con información de rendimiento en su placa de datos (Data Plate) en las cuales fueron grabadas las RPM Máximas, el empuje máximo obtenido y trim TIT °C, entre otros, obtenidos el día de la prueba en banco por Pratt & Whitney. Para determinar el rendimiento total se hace una Ground Performance Check que dará como resultado el comportamiento del motor en determinadas condiciones de operación, además se hace un Data Plate Run (prueba de placa) para saber si el motor rinde igual, mejor o no, a la performance de placa de motor. Esto ha llevado a que se hable mucho sobre las condiciones de los motores, tanto los alabes (de turbinas y compresores) como las ruedas (de turbinas y compresores) se cambian cada determinadas horas de vuelo o ciclos. Así también como los conjuntos estatores, los “Shroud Segments”, entre otros. Derco, de Lockheed Martin, ha suscripto un contrato con Pratt & Whitney para abastecer de repuestos a los 23 países que operan todavía el motor F-100 PW-220, incluidos los F-16AM/BM.
Como corazón del avión que es el F-100 PW-220, éste es capaz de generar una potencia de 40kVA suficientes para alimentar toda la aviónica. Principalmente el sensor primario y ojos del avión, el Westinghouse (ahora Northrop) AN/APG-66(v)2A, que es una actualización del radar básico APG-66 (el cual el A-4AR opera la misma versión con antena más chica denominado ARG-1), diseñado para cumplir con la mayor esperanza de vida del programa MLU.
Esta versión proporciona una zona de cobertura más amplia que pasa de 35 nm (65 km) a 44 nm (83 km) en entornos de guerra electrónica altamente densos, una protección mejorada contra las interferencias; un mayor rendimiento (incluida la capacidad mejorada de visualización de mapas y la reducción de la tasa de falsos ecos); y una pantalla en color. El AN/APG-66(V)2A ofrece los siguientes modos de funcionamiento:
Aire-Aire: búsqueda combinada de objetivos y escolta de objetivos; seguimiento mientras escanea (TWS) con capacidad de guiar hasta 6 AIM-120 contra 6 objetivos diferentes; modo maniobra de combate aéreo (ACM); y seguimiento automático de objetivos (STT), además de modos de largo alcance (VS) y de Home On Jam (HOJ).
Aire-Superficie: Cartografía del terreno con apertura real de la antena; con nitidez del haz Doppler de 64:1; almacenamiento de imágenes; teledetección; marcación de una radiobaliza; reconocimiento combinado de la superficie del mar, cartografía y seguimiento de objetivos aéreos. El AN/APG-66(v)2A con procesador combinado de señales y datos de radar es siete veces más rápido y tiene 20 veces más capacidad de memoria, el poder de resolución se ha cuadruplicado y se acerca a una resolución que de otro modo sólo sería posible con radares SAR (Radar de Apertura Sintética). Esta es la versión que se instaló en los F-16AM/BM de Bélgica, Dinamarca, Noruega, Portugal y los Países Bajos desde mediados de los años noventa.
El Interrogador Amigo-Enemigo (IFF por sus siglas en inglés) Hazeltine AN/APX-113 ofrece mayor rendimiento de alcance (100 nm). Este sistema IFF proyecta información en los dos MFD, tanto en modo radar (FCR) como en modo de conciencia situacional (HSD), para el lanzamiento de misiles BVRAMM que excedan los límites de radar/misil que reduce la posibilidad de un fratricidio.
El conjunto de medidas electrónicas (RWR, ECM y ESM) AN/ALR-56M junto al AN/ALQ-213 gestiona, detecta e intercepta continuamente señales de radiofrecuencia (RF) en ciertos rangos de frecuencia, y analiza y separa las señales de amenaza de las que no lo son. Muestra las amenazas en función de su tipo y cercanía de forma prioritaria. Contribuye a la protección integral al mejorar la probabilidad de supervivencia individual a través de una mejor conciencia situacional del entorno. Mientras que el AN/ALQ-213 integra y controla una amplia variedad de equipos, como pods de guerra electrónica, dispensadores de contramedidas y sistemas de alerta de misiles.
Respecto del armamento, el F-16 tiene una buena capacidad de portar una variedad de armamento para misiones varias en una sola salida, esto sería una combinación de armamento Aire-Aire y Aire-Superficie variado. Algunas armas serían los AIM-120C-7/D AMRAAM o el AIM-9M/X Sidewinder, e incluso el anticuado AIM-7M Sparrow. También el armamento de ataque a tierra AGM-65 Maverick, GBU-31/38 JDAM, GBU-10/12 Paveway II, GBU-39 Small Diameter Bomb, AGM-88 HARM, CBU-99/100 Cluster Bomb y, por último, el AGM-154 JSOW. Aunque el Tape M6.5 admite el AGM-158 JASSM, no está evidenciado que algún F-16 lo haya utilizado o lanzado, aunque esto obvio podría no ser así. No me detendré mucho en este aspecto dado que no se necesita escribir más de lo que ya se sabe. Respecto a los pods, el F-16 admite una serie de pods de guerra electrónica para autoprotección en misiones Aire-Aire o Aire-Tierra, sobre todo para operaciones SEAD donde destaca el AN/ALQ-184 “Long Set”, además de una serie de pods de reconocimiento, de los cuales no se darán detalles.
Como verá, el F-16AM/BM Block 15 M6.5 (hablemos con propiedad) es más que suficiente para una Fuerza Aérea que busca recuperar no solo su capacidad supersónica, sino su aviación de caza interceptora, con un avión que ofrece una gran panoplia de capacidades y medios para hacerlo. Argentina tuvo una vez capacidad BVR muy marginal con el Mirage IIIEA y los misiles Matra R.530EM/IR. El F-16 ofrece eso y más.
Conclusiones
El lector verá que esto se asemeja mucho a como actuaría un piloto de la USAF en Desert Storm. Y sí, todos los países del mundo que quisieron mejorar las capacidades de sus respectivas Fuerzas Aéreas miraron las lecciones aprendidas de la campaña aérea de la Guerra del Golfo de 1991. Ahora es cierto que no se puede copiar el poder de la USAF, tampoco de la VKS o la PLAAF (por nombrar tres Fuerzas Aéreas poderosas). Todos los países adaptan lo mejor posible los aprendizajes de acuerdo a su propio alcance.
Durante los últimos 40 años, la Fuerza Aérea Argentina ha visto su poder aéreo ser mermado por la desidia y el desfinanciamiento, perdiendo progresivamente control casi total del aire. Aunque el control del aire no destruye o derrota por sí solo a la mayor parte de las fuerzas enemigas, proporciona la libertad de acción y la flexibilidad estratégica que permiten que las fuerzas militares conjuntas lo hagan.
Evaluar como la Fuerza Aérea Argentina determina cuan útil y necesario de vuelve el F-16 para establecer una base de la doctrina y organización del dominio aéreo obliga a realizar 4 preguntas. Las cuatro preguntas derivan de la definición de superioridad aérea:
1. ¿Cuál es el objetivo de la superioridad aérea?
2. ¿Qué nivel de superioridad aérea se requiere?
3. ¿Qué tan rápido se puede alcanzar la superioridad aérea?
4. ¿Cuáles son las amenazas a la superioridad aérea?
La definición de superioridad aérea aborda ambas mitades de las capacidades aéreas enemigas: la capacidad del enemigo para interferir con operaciones aéreas, terrestres y marítimas amigas, y la capacidad del enemigo para llevar a cabo sus propias operaciones aéreas. Entonces decimos que la superioridad aérea termina siendo la capacidad para negarle al enemigo la libertad de acción y flexibilidad estratégica.
El alcance de dicha superioridad aérea recae en la cantidad de activos de combate, el grado de preparación del personal, el abastecimiento de armas y consumibles, y, sobre todo, de los medios para apoyar dicha superioridad aérea. El nivel aumentará en la medida de la organización de estos factores, no se puede pretender obtener dominio aéreo sin armas o combustible, o sin pilotos con el entrenamiento adecuado.
Cuán rápido se puede obtener el dominio aéreo no depende directamente del mando de la Fuerza Aérea. Recae sobre el poder político, sobre todo en la cuestión presupuestaria. Una mayor inversión significa menor tiempo en la adquisición de aviones, repuestos, armamento, consumibles, etc. Dicho sea de paso, esto influye en el punto anterior, debido a que condiciona la sostenibilidad en el tiempo.
Y, por último, ¿cuáles son esas amenazas a las cuales nos debemos enfrentar? Miremos las islas, hay 4 Eurofigters FGR.4 Tranche 1, al menos una batería de misiles Sky Sabre/Land Ceptor estacionados allí, no se pretende ir contra ellos porque sí, ¿o no? Miremos a nuestro alrededor, Chile y Brasil son ejemplos de cómo debe estar constituida una Fuerza Aérea que pretende dominar el aire, no se puede hacer nada de eso sin organización, sin doctrina y sin entrenamiento.
Entonces, estimado lector, repasemos: ¿Para qué me sirven los 24 cazas F-16? Para que la Fuerza Aérea Argentina pueda defender la soberanía sobre el continente y pueda adquirir doctrina en el proceso, que, en un futuro, se va a poder transferir a otras generaciones de pilotos y aviones. No es una cuestión sobre que avión es mejor a cuál, sino cuál me puede otorgar una mejor base para modernizar a la Fuerza Aérea Argentina en un nuevo entorno de combate aéreo moderno.
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