Por Jorge Robles Mella - Director Ejecutivo del Centro de Estudios Estratégicos y Aeroespaciales - Fuerza Aérea de Chile La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) fue fundada en el año 1949 por 12 países, de los cuales 10 de ellos eran europeos, más los Estados Unidos y Canadá. Su objetivo, era contrarrestar la amenaza que significaba la ex Unión Soviética, para asegurar la defensa colectiva de sus países miembros, basada en el artículo 5 del tratado. Durante su historia, se pueden observar dos grandes etapas en su desarrollo: en primer lugar, desde su inicio y hasta el término de la Guerra Fría y una segunda etapa, desde el término de la Guerra Fría hasta la actualidad.
Como una forma de establecer las tareas y principios de funcionamiento de la alianza, se comenzaron a elaborar los conceptos estratégicos. En ellos se establece la estrategia de la alianza, describiendo la naturaleza de sus tareas en el ámbito de la seguridad, como asimismo los desafíos y oportunidades que enfrentan en un entorno siempre cambiante de Seguridad y Defensa. También, se especifican los elementos del enfoque de la alianza hacia la forma de enfrentar los desafíos de la seguridad proporcionando las directrices para su adaptación política y militar.
Cuando se revisa su historia, en cuanto a los países participantes, en la década del 50, estos aumentaron a 15 miembros, con la incorporación de Grecia, Turquía y la República Federal Alemana. Posteriormente, durante la década de los años 60 y 70, no se incorporó ningún país. Recién, en el año 1982 se incorpora España, pasando a ser el número 16 de la alianza. En su segunda etapa a contar de 1989, se incorporaron 14 países más (varios de ellos de la ex Unión Soviética) llegando así a estar conformada por 30 países. Recientemente y al término de la última sesión realizada en junio pasado, se invitó a incorporarse a Finlandia y Suecia, por lo cual la alianza llegaría a 32 miembros.
En forma paralela, en su primera etapa de funcionamiento se elaboraron 4 diferentes conceptos estratégicos, presentando una estrategia muy bien definida, que le permitiera contrarrestar el Pacto de Varsovia. En su segunda etapa, los Conceptos Estratégicos fueron variando producto entre otros aspectos, del fin de la guerra fría y del nuevo escenario de la seguridad en su zona de influencia. Así, se elaboraron 3 diferentes conceptos estratégicos en este periodo (1991, 1999, 2010) donde se mantienen en general, las tres tareas centrales: la defensa, la gestión de crisis y la seguridad cooperativa. Sin embargo, ellos, a pesar de que trataron de adaptarse a los fluctuantes cambios geopolíticos y los nuevos escenarios, en algunos momentos fueron sobrepasados por los hechos.
En efecto: en dichos conceptos se va observando un cambio, a partir del concepto de 1999, donde aparecieron en forma muy sucinta los actos de terrorismo, entre otros riesgos, que fueron reconocidos por la alianza para su seguridad. Entre estos se pueden mencionar los hechos ocurridos en Nueva York en 1993 y en Paris en 1995, ambos con una gran cantidad de víctimas. Sin embargo, el 11 de septiembre del 2001 obligó a la alianza ampliar su visión, considerando que los actos terroristas se estaban ampliando en el mundo y, en especial, por el avance tecnológico que existía detrás de estos. Asimismo, y dentro de estos grandes cambios, también se puede mencionar la guerra de los Balcanes y el ascenso de China en el ámbito mundial. Por otro lado, existió un cierto acercamiento a Rusia en el año 1997, que se puede observar en el concepto estratégico del 2010. Sin embargo, esto se fue distanciando por el avance de la organización hacia el Este, la intervención de la alianza en Kosovo y en forma muy especial por la invasión de Rusia en Ucrania en el año 2014.
Con el transcurso de los años y considerando los avances de las nuevas amenazas, la alianza, en la cumbre de Londres del año 2019, como la de Bruselas del 2021, comenzó a planificar la agenda OTAN 2030, teniendo presente, entre otros aspectos, las nuevas amenazas en el entorno de la seguridad, la invasión de Rusia en Ucrania, el terrorismo, los ataques cibernéticos, las tecnologías disruptivas, el cambio climático y los grandes desafíos en el ámbito de la seguridad impuestos por Rusia y China .
Por lo anterior, en la agenda OTAN 2030 la alianza pretende reforzar y ampliar sus objetivos y comprometer la unidad de todos ellos. Esta agenda programó varios objetivos que le permitieran potenciarla y modernizarla en la presente década. Dentro de los puntos más importantes, se pueden mencionar los siguientes:
Fortalecer la defensa colectiva, definiendo aquellos aspectos que afectan la seguridad de la alianza.
Reforzar la coordinación entre los países miembros, lo que incluye reuniones más periódicas y extender el ámbito de los participantes en ella.
Proyectar una combinación de los medios, lo que significa, entre otras cosas, el aseguramiento del compromiso de inversión de defensa que permita la modernización de sus capacidades entre los miembros de la alianza.
Proyectar la resiliencia que requiere la alianza, considerando la importancia del aseguramiento del funcionamiento e infraestructura crítica de la fuerza militar.
Asegurar y mantener la superioridad tecnológica, en especial las tecnologías emergentes, buscando ser un referente en la inteligencia artificial.
Todo lo anterior fue una muy buena antesala para la última reunión de la alianza, efectuada en España en el mes de junio, donde, junto con celebrar los 40 años de su integración, se tuvieron a la vista diferentes elementos, además del Concepto Estratégico, que le dieron un marco especial en su agenda, entre los cuales resulta importante mencionar los siguientes:
La aprobación de un nuevo concepto estratégico 2022.
La incorporación de Suecia y Finlandia a la alianza.
La invitación a países tales como Australia, Corea del Sur, Japón y Nueva Zelanda, así como los presidentes del Consejo Europeo y la Comisión Europea.
La situación actual de la guerra Rusia - Ucrania, colocando a Rusia como una amenaza a la alianza.
La invitación del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski.
Así, se dio inicio a la última cumbre de la OTAN, donde se volvieron a reforzar los conceptos de disuasión y defensa de los países miembros, como, asimismo, reafirmar entre sus miembros el compromiso de la defensa mutua, según el artículo 5 del tratado de la alianza.
La agenda 2030 fue la base para llegar al Concepto Estratégico 2022 . Si bien es cierto que el Concepto Estratégico 2010 tenía 38 puntos, el Concepto Estratégico 2022 consta de 49 puntos, pero se vislumbra un mayor énfasis en los ámbitos de la Seguridad y Defensa acorde a lo considerado en la agenda 2030. Dentro de los temas más significativos, es interesante para este artículo mencionar los siguientes:
Asegurar y fortalecer la defensa colectiva y la seguridad de sus países miembros por medios políticos y militares.
El terrorismo, al igual que el CE 2010, se define como una amenaza para la alianza y la paz internacional, lo que se puede reconocer como una tendencia del terrorismo global en la actualidad.
En cuanto a las fuerzas disponibles, se hace presente que existirá un importante incremento de ellas, tanto en fuerzas convencionales como nucleares, como asimismo en la integración e interoperatividad de las fuerzas.
La futura relación que debe tener la alianza tanto con Rusia como con China para los futuros escenarios que debe enfrentar la alianza.
La resiliencia tecnológica que necesita la alianza, con las tecnologías emergentes y disruptivas que le permitan asegurar la mantención de la superioridad tecnológica de los países miembros y de su fuerza.
Los efectos del cambio climático para la seguridad de la alianza, como, asimismo, ayudar a reducir los efectos negativos que este cambio implica en el mundo.
Es un hecho que hoy en día la OTAN se encuentra en un momento histórico y clave respecto de su futuro. Sus conceptos estratégicos, en particular los últimos dos, nos señalan lo cambiante del escenario de la seguridad y defensa, como también revelan la necesidad de estar continuamente estudiando y proyectando la evolución del entorno estratégico para el cumplimiento de sus objetivos y la seguridad de los países miembros.
