Por José A Quevedo
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha ordenado la creación de una nueva aerolínea estatal, a pesar de que México cuenta con suficiente conectividad aérea, ya que, de acuerdo con la Estadística de Flota Aérea Nacional al Tercer Trimestre de 2023, las líneas aéreas mexicanas operan 377 aeronaves con una antigüedad promedio de 8.1 años. Esas aeronaves han realizado al 30 de septiembre de 2023, 420.335 operaciones aéreas, cubriendo a la misma fecha 591.042.512 kilómetros en 925 mil horas de vuelo, lo que cubre perfectamente las necesidades del mercado, dando conectividad a todo el país.
A pesar de eso, el gobierno mexicano está creando una nueva línea aérea, de participación estatal mayoritaria, que al parecer iniciará operaciones el 26 de diciembre de 2023 con tres aviones Boeing 737, dos del modelo 800 y uno más antiguo modelo 300, que pertenecen a la Fuerza Aérea Mexicana.
En una entrevista, el director de la nueva aerolínea estatal, llamada como la extinta Mexicana de Aviación, señaló que este año se ejerció un presupuesto de alrededor de 2.600 millones de pesos (unos 151 millones de dólares); para 2024 espera recibir alrededor de 8,000 millones (unos 464 millones de dólares) y sumará a su presupuesto de operación los ingresos propios. Es así como la aerolínea tendrá un esquema financiero mixto, aunque se espera que, poco a poco, se vaya requiriendo menos presupuesto federal hasta logar que funcione con ingresos propios. Sin embargo, no se espera encontrar el punto de equilibrio hasta el 2030, por lo que habrá una considerable inyección de recursos sin un beneficio tangible. Hasta el 2024 la aerolínea habrá costado a los mexicanos 10.600 millones de pesos, unos 600 millones de dólares.
Por su parte, la Fuerza Aérea Mexicana está en una lucha presupuestal para poder sacar adelante el mantenimiento de sus aeronaves y cumplir con sus misiones, el tal anhelado deseo de contar con toda su flota supersónica operativa se ha dejado de lado para mantener a flote otras misiones, como el apoyo a la población civil, entre otros.
Como lo hemos hablado anteriormente, un programa industrial para la compra de nuevos interceptores en la Fuerza Aérea Mexicana traería más beneficios al país que una línea aérea, siempre y cuando se negocien correctamente las compensaciones industriales.
Por ejemplo, se estima que el contrato del proyecto Halcón en España para la adquisición de 20 aviones Eurofighter generará unos 1.500 millones de euros al PIB español, con la fabricación y el mantenimiento de la aeronave, al tiempo que crea unos 600 empleos, unos 200 directos y 400 indirectos, con lo que España tendrá un aumento en su autonomía estratégica en defensa.
Con un programa de este tipo implementado en México, bien negociado, se gastaría casi lo que costará implementar una línea aérea, pero con beneficios tangibles desde el inicio, como el desarrollo de programas de ingeniería y una mayor independencia tecnológica, lo que le otorgaría a México más autonomía para incursionar en nuevas capacidades, potenciando las capacidades de los clústeres industriales mexicanos, que a su vez traería más y mejor remunerados empleos.
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