Por: Ángel Rojo (Docente Investigador - ESGA)
Hasta no hace mucho tiempo las únicas operaciones aéreas en el continente blanco se realizaron con aeronaves militares, pero en los últimos años, esto comenzó a cambiar.
Hace pocos días, el 02 de noviembre pasado, la empresa Hi-Fly[1] logro marcar un nuevo hito al aterrizar por primera vez en los hielos azules de la Antártida con una aeronave A-340-313 HGW (High Gross Weight – la cual posee la capacidad de operar con un peso máximo de despegue de 275 toneladas).
La travesía, de unos 4.500 km (2.500 NM) y un poco más de 5 horas de vuelo por tramo, se realizó entre la Ciudad del Cabo, Sudáfrica, ida y vuelta a la pista de hielos azules de Wolf´s Fang Runway (WFR), ubicada en Tierra de la Reina Maud (71° 31′S / 08° 48'E) que posee una pista privada de hielo con una longitud 2.500 metros (más 500 mts de zona de frenado) y 60 metros de ancho a 1.127 mts. ASML, propiedad de la empresa White Desert.
Este tipo de operación reviste ciertas particularidades, porque el aeródromo de destino no posee combustible para la recarga del mismo, por lo cual se debe prever tener suficiente combustible para cubrir los dos tramos; por ello, en esta operación se previó llevar 77 toneladas de combustible para cubrir la ruta, lo cual significó completar un aterrizaje con un peso de 190 toneladas.
El otro problema son las comunicaciones, una opción es el antiguo, pero todavía usado radio en HF, que, si bien la transmisión es ruidosa, permite mantener un enlace con los Centros de Control. Hoy, sin embargo, se utilizan comunicaciones digitales. Así, durante la operación mantuvieron enlace con el control de Johannesburg Oceanic a través de los sistemas CPDLC / ADS (Controller – Pilot Data Link Comm / Automatic Dependent Surveillance). El primero permite que los informes de posición y las solicitudes de autorización se comuniquen mediante un formato de plantilla, mientras que el sistema de Vigilancia Dependiente Automática permite que la aeronave transmita automáticamente un informe sobre su posición actual y planificada al control de tierra.
CPDLC y ADS. Fuente: https://www.nec.com/en/global/solutions/cns-atm/communications/ads_cpdlc.html
El inconveniente se da porque no existe cobertura a altas latitudes, por ello perdieron enlace de datos a unas 250 NM del destino (WFR) logrando contacto en VHF con ésta a unas 180 NM.
También se puede garantizar la comunicación en estas latitudes a través del teléfono satelital Iridium.
Otro condicionante de la operación fue la meteorología. Como la meteoróloga es muy cambiante en la Antártida, se necesitó del apoyo de los meteorólogos en la base. Ellos pasaban vía teléfono satelital información meteorológica y sobre el estado de pista a la base en Lisboa y desde allí, a través de ACARS (Aircraft Communications Addressing and Reporting System[2]) a la aeronave en vuelo.
Además, no es fácil divisar la pista, ya que no posee ninguna ayuda a la navegación ni tampoco guía visual de la pendiente de descenso, lo cual requiere una atención especial en la aproximación.
Por otro lado, la mezcla de la pista con el inmenso desierto blanco a su alrededor y el reflejo del hielo dificultan su identificación como así también, mantener el control de los instrumentos dentro de la cabina. Es por ello necesario usar anteojos apropiados.
Hielos azules
En la Antártida existen unas 55 pistas, algunas pocas son de grava, como la Base Marambio, que permite el aterrizaje sobre ruedas, mientras que la mayoría son de hielo con nieve, por lo cual las aeronaves emplean esquíes. También existen unas 7 pistas sobre hielos azules.
La ventaja de operar con aeronaves sobre ruedas es que pueden llevar más peso que si aterrizara sobre esquíes.
Una pista de hielo azul es una superficie plana de hielo muy densa debido a la pérdida de burbujas de aire, que son expulsadas haciendo que los cristales de hielo aumentan de tamaño, lo que fortalece la superficie del mismo, resultando apta para el aterrizaje de aviones que utilicen ruedas en lugar de esquíes.
Además, estas pistas se producen sobre glaciares, en áreas donde no hay adición o sustracción de nieve.
Otra característica de este tipo de pista es que posee bajo coeficiente de fricción, por lo cual los aviones tienden a desacelerar con empuje inverso, a diferencia de los medios tradicionales de frenar las ruedas, por lo que las pistas suelen tener varias millas de largo.
Asimismo, para lograr el coeficiente de frenado adecuado se realiza el ranurado a lo largo de la pista con un equipo especial.
Otros operadores
En general, son vuelos militares los que operan en el continente blanco, pero en los últimos años han comenzado vuelos privados de turismo, científicos, etc.
El 30 de noviembre de 2015 aterrizó en una pista de hielo azul en el Glaciar Unión un avión Boeing 757-200 ER de la compañía aérea islandesa Loftleiðir con 60 pasajeros.
White Desert es una compañía que hace vuelos regulares a este continente, contando con una flota de aviones Gulfstream G550 y Basler BT-67 para llevar a cabo vuelos turísticos operando en el Aeródromo Wolf’s Fang.
Asimismo, a inicios de este año, la aerolínea Icelandair y su filial chartera Loftleiðir llevaron a cabo unas operaciones con un Boeing 767 que aterrizó en el Aeródromo de Troll, cerca de la estación de investigación Troll en Dronning Maud Land, Antártida.
[1] Hifly es una compañía especializada en el suministro comercial de aeronaves con tripulación, mantenimiento y seguro incluido (Wet Lease), por medio de contratos a largo plazo para las compañías aéreas, tour operadores, gobiernos, empresas y particulares [2] Sistema de comunicación codificada y de vigilancia entre una aeronave y una estación terrestre utilizado en aviación por las aerolíneas. El sistema permite el control automático del estado del avión en vuelo, enviado datos hacia el centro de mantenimiento del propietario del avión, pero también el encaminamiento de comunicaciones operativas y logísticas
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