Por Luis Briatore*
Para asegurar el éxito de cualquier tipo de misión es primordial que quien la dirija sea un buen líder, alguien con dotes que hacen la diferencia al momento de decidir.
Lograr que obedezcan por convencimiento y no por temor, liderar para servir y no para ser servido, pensar que es mejor dar que recibir, ayudar a que todo salga mejor creando un adecuado marco de camaradería, son algunas de las actitudes que acompañan a un buen Líder.
Haber sido elegido para semejante responsabilidad, exige contar con una serie de atributos, que no muchos son poseedores:
1- Preparación y capacidad: Estar a cargo de un escuadrón, una escuadrilla o una sección, organización operativa en la que conducimos dos o más aviones de combate hacia el objetivo, previo a una rápida y minuciosa preparación, podemos confirmar que es un acto en el que ejercemos al máximo la “toma de decisiones”, llegando hasta el extremo de decidir entre la vida y la muerte, como sucedió en la guerra por nuestras Islas Malvinas, posición que fue ocupada en la mayoría de los casos en cada salida de ataque al enemigo, por un experimentado y preparado conductor.
Para saber surfear ese hilo delgado con astucia y seguridad al mismo tiempo, es necesario una larga y trabajosa formación. El camino más aconsejable es el de acumular experiencia y prepararnos adquiriendo conocimientos que permitan no dejar nada librado al azar, al decidir si es necesario elegir blanco o negro en segundos.
En este negocio no se regala nada. Cuando llegamos a la madurez necesaria para ocupar el cargo que tanto soñamos, debemos ser examinados por un inspector, quien verifica si estamos en condiciones de ejercer correctamente el liderazgo al frente de una formación de combate.
Para estar al frente de un grupo de poderosos aviones de combate, es primordial lograr una comunicación adecuada tanto personal, como profesional. Desde el jefe de Escuadrón hasta el numeral más joven, deben estar unidos espiritual y profesionalmente mediante este fuerte lazo.
Dentro del adiestramiento se establecen metas y objetivos, todo trascurre a lo largo de un exigente periodo anual de entrenamiento, en el que se llega a conocer en profundidad a los subordinados a los que se debe conducir.
El buen líder, debe tener carisma y ser innovador, sumándose a otras tantas virtudes primordiales, que deben ser explotadas en el momento apropiado.
2- Ejercicio del liderazgo: Las tareas dentro de un escuadrón o escuadrilla deben ser delegadas de acuerdo a la función que cumple cada integrante. Esto se logra asignando responsabilidades de acuerdo a la experiencia y competencia. Los más capacitados por cargo y cantidad horas de vuelo sobre sus hombros, son los que ejecutan tareas más complejas. Los más inexpertos cumplen la orden aplicando criterio, y el líder controla, corrige distorsiones y perfecciona lo que ya fue planificado, moviéndose generalmente en plena actividad aérea, dentro de un teatro de operaciones totalmente dinámico.
3- Todos son importantes: Cada ser es único, poseemos diferentes capacidades, que se potencian al trabajar en equipo. Como en cualquier actividad de la vida, llegaremos más lejos si afrontamos los desafíos en conjunto. Debemos sacrificar parte de lo personal en favor del equipo; en este caso, la estructura que nos contiene: el escuadrón aéreo.
Hay que explotar al máximo la capacidad del individuo, aceptar sugerencias y analizar las situaciones en las que exista disenso, en la permanente búsqueda del mejor trabajo grupal y el logro del objetivo. Así es la manera de ejercer correctamente el liderazgo.
Debe prevalecer lo colectivo sobre lo individual, buscando magnificar el potencial del conjunto.
4- Toma de decisiones: No sólo debemos saber cómo llegar en el tiempo exacto al objetivo, sino también, la manera de sortear obstáculos que se interponen en el camino. En poco tiempo debemos analizar la mejor opción al atacar y poder escapar indemnes, detalles tenidos en cuenta dentro de una pormenorizada planificación.
5- Nada se deja librado al azar: Los imprevistos se resuelven con rapidez aplicando lo ganado con la experiencia, agregando en cada acto una cuota de sentido común y astucia.
6- Dar el ejemplo: No existe un liderazgo que se sostenga por el solo hecho de impartir órdenes levantando la voz. El líder acrecienta su prestigio cuando transforma la tarea ejecutada en eficiente.
Al cumplir con éxito la misión nos sentimos útiles, percibimos que quien nos conduce busca lo mejor para el conjunto, sin perder nunca de vista el objetivo final.
El buen líder reconoce cuando se equivoca, saca conclusiones y resalta la acción correctiva, buscando no repetir el error.
7- Poner orden: Otra de las virtudes de un buen conductor es detectar los comportamientos o actitudes tóxicas que contaminen o atenten al indispensable trabajo armónico en equipo. Evita con autoridad y respeto cualquier situación que provoque fracturas en el comportamiento y convivencia del grupo, sobre todo en los momentos difíciles.
Líderes célebres
En Malvinas, la conducción de heroicos e históricos ataques trasformaron en célebres a muchos líderes de la gloriosa Fuerza Aérea Argentina, que hoy son el ejemplo a seguir.
Se trataba de prohombres que iban con determinación al frente en todas las especialidades operativas que son parte la institución. En el caso de los cazadores, lideraban formaciones de aviones de combate, con las que alcanzaron un contundente y asombroso accionar. Estos conductores, como punta de lanza de diferentes escuadrillas, fueron los artífices que lograron poner de rodillas a la flota inglesa, concepto expresado en diferentes términos por el propio enemigo invasor, que no encontraba la manera de detener a las hordas de valientes guerreros gauchos alados.
Se trató de plataformas en vuelo lideradas con maestría, lanzadas, una y otra vez, contra diferentes fortalezas flotantes, que eran catalogadas hasta ese momento de invencibles.
Incisivos ataques, con aviones antiguos y armamento inadecuado, eran lanzados por profesionales convencidos de dar la vida por la Patria.
Gracias a la viveza criolla en el mejor sentido de la palabra, coraje y trabajo en equipo, cada ataque se tornó en un castigo insoportable para un poderoso enemigo, que se vio sometido a un accionar persistente y mortífero nunca imaginado.
Estos líderes, acompañados de valientes jefes de sección y numerales de fierro, trasformaron aviones que volaban en marcadas condiciones de inferioridad, en un poder de fuego devastador, que resultó imposible de contener por el usurpador inglés.
Mediante aquel memorable accionar conducido por patriotas, la flota inglesa aprendió a respetarnos, cambiando significativamente su actitud inicial de subestimación, transformando el picnic pregonado, en una trinchera acuática, donde tuvieron que acudir a cualquier tipo de armamento para poder defenderse sin mucho éxito, utilizando desde un misil, catalogado de infalible, hasta un rudimentario fusil, y, aun así, no los pudieron detener.
Mencionaré sólo algunos indicativos de vuelo de escuadrillas conducidas por tremendos “Líderes”, nombres de guerra que representan a patriotas que permanecerán eternizados con letras de oro sobre el cielo austral soberano, formando parte de las gloriosas páginas de la Historia Aeronáutica Argentina, y también mundial.
Indicativos de la guerra de “Líderes”, los que nunca debemos olvidar
“Zonda” portaviones liviano (R-05) HMS Invincible.
“Torno” destructor clase County (D-19) HMS Glamorgan, fragata Tipo 12 clase Amazon (F-174) HMS Alacrity y (F-173) HMS Arrow.
“Zeus” destructor Tipo 42 clase Sheffield (D-118) HMS Coventry.
“Mula” fragata Tipo 21 clase Amazon (F-184) HMS Ardent.
“Nene” fragata Tipo 21 clase Amazon (F-170) HMS Antelope.
“Dogo” buque logístico de desembarco (L-3005) RFA Sir Galahad.
“Mastín” buque logístico de desembarco (L-3505) RFA Sir Tristam.
“Mazo” lancha de desembarco Foxtrot 4.
“Oro” destructor Tipo 42 clase Sheffield (D-88) HMS Glasgow.
“Perro” fragata Tipo 12 clase Rothesay (F-126) HMS Plymouth.
“Gato” fragata Tipo 12 clase Rothesay (F-126) HMS Plymouth.
“Ruta” ataque durante el desembarco británico.
“Rifle” ataque durante el desembarco británico
“Leo” ataque durante el desembarco británico.
“Orión” ataque durante el desembarco británico.
“Chispa” ataque a puesto comando británico.
“Nene” ataque a puesto comando británico.
“Huinca” ataque nocturno a Monte Kent.
“Lince” ataque nocturno a Monte Kent.
“Puma” ataque nocturno a Monte Kent.
“Tigre” apoyo de fuego a tropa terrestre
“Nahuel” apoyo de fuego a tropa terrestre
“Fénix” apoyo de fuego a tropa terrestre.
“Sombra” derribo del helicóptero Scout XT 629.
El líder es mucho más que un jefe, es quien toma decisiones acertadas y oportunas, en el momento que somos conducidos hacia un objetivo en común. Es capaz de recurrir al uso inteligente de la iniciativa, gestiona con rapidez, convoca arengando, incentiva a ser mejores y evalúa logros, luego comunicándolos.
Concluida la misión se mentaliza para el próximo empleo, tomando medidas en base a la experiencia reciente, tratando de mejorar los futuros resultados, al menor costo.
Por fortuna, nuestra Institución ha formado y generado destacados líderes que son nuestro Norte institucional, generadores de resultados históricos que están a la vista.
Todos los integrantes de la gloriosa Fuerza Aérea Argentina, debemos considerarnos muy afortunados por el legado que nos dejaron, el que tenemos la responsabilidad de trasmitir a las futuras generaciones.
Cuando hay que festejar y celebrar alguno de esos tantos logros que hacen más profesionales y experimentados a esos apreciados subordinados, el “Líder”, con autoridad pide la palabra, y luego de pronunciar una arenga que nos infla el pecho, recordando a todos los que dieron la vida por el pueblo argentino, grita bien fuerte:
“Viva la Patria”
“No hay quien pueda”
“Si alguien creyó que la frase 'Defender la Patria hasta perder la vida' era sólo una declaración, esta es la hora de la verdad” - Brigadier General Ernesto Crespo (1982)
* Luis Alberto Briatore nació en la ciudad de San Fernando (Buenos Aires) en el año 1960.
Egresó como Alférez y Aviador militar de la Escuela de Aviación de la Fuerza Aérea Argentina en 1981 (Promoción XLVII) y como Piloto de Combate de la Escuela de Caza en 1982. Fue Instructor de vuelo en la Escuela de Caza y en aviones Mirage y T-33 Silver Star (Bolivia).
A lo largo de su carrera en la Fuerza Aérea Argentina tripuló entrenadores Mentor B45 y MS-760 Paris, aviones de combate F-86F Sabre, Mirage IIIC, IIIEA y 5A Mara ocupando distintos cargos operativos, tales como Jefe de Escuadrón Instrucción X (Mirage 5 Mara/Mirage biplazas) en la VI Brigada Aérea y Jefe del Grupo 3 de Ataque en la III Brigada Aérea.
En el extranjero voló Mirage IIIEE como Jefe de Escuadrilla e Instructor en el Ala 111 del Ejército del Aire (Valencia, España) y T-33 Silver Star como Instructor de Vuelo en el Grupo Aéreo de Caza 32 y Asesor Académico en el Colegio Militar de Aviación en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia).
Su experiencia de vuelo incluye 3.300 horas de vuelo en reactores y 200 horas en aviones convencionales.
Es también Licenciado en Sistemas Aéreos y Aeroespaciales del Instituto Universitario Aeronáutico (Córdoba, Argentina) y Master en Dirección de Empresas de la Universidad del Salvador.
Tras su pase a retiro en el año 2014, se dedicó a la Instrucción en aviones convencionales PA-11 Cub y PA-12 Super Cub en el Aeroclub Tandil (Buenos Aires) y el Aeroclub Isla de Ibicuy (Entre Ríos) y en el año 2018 se empleó como Piloto de LJ-60 XR – operando desde Aeroparque Jorge Newbery.
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