Por el Almirante VGM Carlos Cal - Foro Argentino de Defensa
Fotos: Joao Paulo Moralez
La Marina de los Estados Unidos de Norteamérica (US Navy), es la más poderosa del mundo. Sus medios, su capacidad de despliegue y su poder de disuasión y de acción de combate son indiscutidos.
El núcleo duro de la US Navy, después de la II Guerra Mundial, lo constituyen los grupos de batalla de portaaviones (en inglés, CVBG o CSG) también conocidos como; 'grupo de combate' o 'grupo de ataque. Es una agrupación naval que consta de un buque capital, uno o varios portaaviones, su grupo aeronaval embarcado y los buques escoltas necesarios de acuerdo con cada situación. Los grupos de batalla de portaaviones junto a los submarinos nucleares y el US Marine Corps, son la primera línea de la defensa y de intervención de los Estados Unidos de Norteamérica. Cuando ocurre una crisis en cualquier lugar del mundo en la que los EE.UU. pueda estar involucrado, lo primero que pregunta su presidente es: “¿Dónde está el portaaviones más cercano?”
La US Navy tiene 11 portaaviones nucleares en servicio y dos en construcción, que alterna en su alistamiento de acuerdo con las necesidades logísticas de mantenimiento. Esa flota de portaaeronaves se complementa con otros cuya designación es la de Buques de Desembarco de Helicópteros (LAD y LHD) capaces de operar, además de sus helicópteros, también con aviones de despegue corto y aterrizaje vertical como el AV-8B Harrier II y el caza conjunto F-35B Lightning II.
Las bases permanentes de asiento de estos buques gigantes, que llevan tripulaciones de más de 5.000 personas y que tienen unas 100.000 toneladas de desplazamiento, diseñados para resistir explosiones nucleares cercanas y seguir combatiendo, están en las costas del Atlántico y del Pacífico norteamericano. Cuando uno de ellos entra en reparaciones generales programadas lo hace en la costa opuesta a su lugar de asiento normal. Para esto, deben navegar desde su base al astillero donde hará sus reparaciones en la costa opuesta. Dado que el Canal de Panamá no tiene las dimensiones suficientes para permitir su tránsito, deben hacerlo cruzando el Cabo de Hornos por el pasaje de Drake o por el estrecho de Magallanes. Cuando se realizan estos traslados, la diplomacia estadounidense aprovecha para realizar ejercicios con las marinas amigas del continente. La primera operación de este tipo se llamó “Gringo Gaucho” y fue en 1990 con el portaaviones USS Kitty Hawk. En la actualidad se denominan Passex (por ser Ejercicios de Pasaje o Tránsito). La participación argentina en estos ejercicios conlleva un fuerte mensaje estratégico de alineación con la política norteamericana como, asimismo, una actualización de procedimientos y doctrina de aplicación internacional.
En estas navegaciones de traslado los buques llevan sólo una dotación reducida de aviones y helicópteros, una fragata de escolta y apoyo y un buque logístico, tanto como para realizar ejercitaciones al nivel de las marinas amigas, como para su propia protección y abastecimiento.
Las alas aéreas (Grupo Aeronaval Embarcado o Carrier Air Wing) que integran cada portaaviones que salen a la mar para cumplir su crucero habitual de seis a nueve meses, se componen habitualmente de 4 escuadrones de caza y ataque de 12 aviones cada uno. En la actualidad utilizan el F/A-18E Super Hornet y están migrando hacia el caza conjunto F-35C Lightning II. Es decir, lleva 48 aviones de caza y bombardeo. Suma, además, un escuadrón de Guerra Electrónica con 8 aviones EA-18G Growler, un escuadrón de Comando y Control Aerotransportado con aviones E-2D Hawkeye, un escuadrón reducido de Logística de Flota con aviones C-2A Greyhound, que está migrando hacia el CMV-22B Osprey de despegue y aterrizaje vertical, un escuadrón de Helicópteros de Ataque Marítimo MH-60R Seahawk y uno de helicópteros de Combate Marítimo MH-60S. Un Grupo Aeronaval Embarcado como la CAW 11 que está operando en estos momentos a bordo del CVN-71, USS Theodore Roosevelt, con puerto base en San Diego, California, se compone aproximadamente de unas 80 aeronaves con distintas capacidades.
No vamos a describir estas capacidades individuales de cada aeronave. Para tener una idea general de su poderío militar, digamos que un Grupo de Batalla de Portaaviones (un portaaviones con su grupo aéreo completo, con sus escoltas de superficie y submarinos (Carrier Strike Group, CSG, según sus siglas en inglés) podría estacionarse a 100 km de una costa hostil, de un país de mediano poder militar, y atacar con éxito el centro de sus fuerzas armadas o de su industria militar a más de 1.000 km de las costas, sin permitir el despegue de un solo avión enemigo con base en tierra y, al mismo tiempo, protegerse a sí mismo de cualquier intento de ataque aéreo, naval y submarino. Podría repetir esta operación, de día y de noche, con buen y mal tiempo, durante varios días, semanas o meses, en forma continua. Una fabulosa capacidad de proyección de poder al corazón del territorio de un enemigo cualquiera, lejos de sus bases de asiento y de su propio territorio, y con un centro de comando y control con una base con pista de aterrizaje móvil, difícil de detectar, de atacar y de dañar.
Podría también apoyar una operación anfibia de gran magnitud y proteger a sus tropas en tierra de cualquier tipo de ataque aéreo, dar apoyo de fuego con sus aeronaves y obtener la supremacía aérea y naval en la zona del objetivo.
Al día 6 de mayo estaban destacados en varios lugares del mundo los siguientes CSG y Grupos Listos Anfibios (ARG):
El tipo de operación que ofrece la US Navy a los países amigos por donde transitan estos portaaviones en su traslado de costa a costa, consistente en ejercitaciones normalizadas y coordinadas previamente con las marinas amigas. En cuanto a lo operacional, sirven fundamentalmente para ejercitar el Comando y Control, para verificar a interoperabilidad con los medios amigos y para actualizar procedimientos comunes.
En tiempos en que la Aviación Naval Argentina mantenía cierta capacidad de operar aviones (de caza y ataque, de exploración y antisubmarinos) en portaaviones - capacidad única, por cierto, en Sudamérica y en el Hemisferio Sur - nuestros pilotos navales se ejercitaban también en esas operaciones de alto riesgo y eran apreciados por sus contrapartes estadounidenses.
El ingreso a un puerto argentino y el amarre a un muelle de estos buques no es posible, no contamos con instalaciones capaces de albergarlos. Lo máximo a lo que se llegó fue a que el buque visitante (el USS Kitty Hawk en 1990) fondeara frente a la ciudad de Mar del Plata y sus tripulantes y visitas embarcaran y desembarcaran en lanchas del buque y otras alquiladas en la ciudad. El abastecimiento de materiales se realizó por vía aérea con helicópteros del propio buque y material que llegaba directamente desde los EE.UU. en aviones logísticos como el C-5 Galaxy.
La interoperabilidad en las cubiertas de vuelo de los portaaviones con aviones navales argentinos, como ocurría en el pasado, ya no es posible. Aunque se pusieran en servicio los Super Etendard, que juntan polvo en las bases aeronavales sin acertar con las reparaciones que necesitan para volar, y los veteranos Turbo Tracker, no podrían operar en esas cubiertas de vuelo, ya que los sistemas de lanzamiento americanos no son compatibles con nuestros aviones.
Cada pasaje sirve, además, para invitar a autoridades políticas y militares a visitar estos verdaderos monstruos del mar y contemplar in situ las capacidades de las naves de este tipo y los adelantos tecnológicos de los que se provee.
Las autoridades argentinas no deberían perder de vista la capacidad de operar toda la gama de tareas navales en grandes superficies marítimas como las que reclama Argentina. La República Argentina tiene espacios marítimos de jurisdicción propia, que superan los 5 millones de kilómetros cuadrados. ¡Es decir 2 y media veces el tamaño de la Argentina Continental! Superficie que alberga conflictos como los de la pesca no regulada, la explotación de recursos hidrocarburíferos y la disputa de soberanía con el Reino de Gran Bretaña e Irlanda del Norte por las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y sus aguas circundantes, como así también a futuro, controversias por reclamos de soberanía en la Antártida.
Una Flota capaz de ejercer la Vigilancia, el Control y la protección efectiva de esos enormes espacios requiere contar con un buque portaaeronaves y su grupo aéreo, aunque de dimensiones y capacidades acordes. Como poseen varios países, tales como Gran Bretaña, Francia, Italia, España, Australia, Japón, Corea, Brasil, Rusia, India, China y Tailandia. La Armada Argentina demostró durante más de 30 años una óptima capacidad y habilidad en operar eficazmente este tipo de fuerzas de alta complejidad.
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