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Foto del escritorSantiago Rivas

Arte como memoria histórica

Por: Capitán de Corbeta José Porto – Armada de Colombia

La victoria se gana conquistando mentes, corazones y territorio, pero se consolida mediante acciones perdurables en el tiempo, como la creación de memoria histórica; si bien es cierto que quien gana la guerra escribe la historia, también es verdad que quien no escribe la historia, pierde la victoria. Como militares somos abnegados y entregados al arte de las armas, dando todo en un momento y lugar determinado, pero usualmente fallamos en no plasmar esas experiencias y divulgarlas, para ponerlas al servicio de la verdad y la construcción de nuestra conciencia nacional. En cambio, enemigos históricos de la democracia si adelantan campañas mediáticas para imponer una pseudoverdad acomodada a intereses políticos y desvirtuar el empeño y trabajo mancomunado realizado por las fuerzas militares y de policía, quienes por tantos años lograron mantener firmes las columnas que sostienen la democracia.

Insuficiente honor le hacemos a las heroicas acciones tácticas y estratégicas que durante tantos años adelantaron hombres y mujeres de nuestras fuerzas, si no se plasman en libros, en el cine, en el teatro, y en todas las expresiones de arte, ciencia e historia que sean necesarias para llegarle a toda la humanidad con la verdad.

Consecuente con esa deuda que tenemos con nuestros héroes, la Aviación Naval de Colombia se ha sumado a la consolidación de la Memoria Histórica, inmortalizando en óleo sobre lienzo algunas de las múltiples acciones que coadyuvaron al restablecimiento del orden público en los lugares más remotos de nuestra Colombia. Esta idea se gestó a partir del interés que despertó en el artista argentino Carlos Adrián García la manera como nuestra Aviación Naval tuvo que modificar su rol convencional para adaptarse a una realidad propia en la que arremetía una amenaza terrorista sobre los intereses nacionales, y que, para su neutralización, se requirió por parte de nuestros pilotos y tripulantes de una entrega de ímpetu, creatividad y valor más allá de lo habitual; una aviación naval que tuvo que volcar sus esfuerzos para ser eficientes en la interdicción de lanchas rápidas y semisumergibles dedicados al narcotráfico en el mar, pero también ser certeros en las costas y ríos, útiles a las unidades fluviales con apoyo de fuego, abastecimiento y misiones de recuperación de personal, mediante las cuales se logró salvar la vida de militares y civiles que cayeron víctimas de los cobardes ataques y artefactos explosivos improvisados sembrados cobardemente por ese enemigo no convencional.





Carlos Adrián García, célebre por sus pinturas que recrean e inmortalizan las más impresionantes acciones aéreas de las fuerzas argentinas durante la Guerra de Malvinas en 1982, no dudó en sumarse a la idea de construir nuestra Memoria Histórica por medio de sus majestuosos cuadros; impresionado con las historias de heroísmo de la Aviación Naval de Colombia, realizó una primera obra en honor a la participación del helicóptero UH-1N matrícula ARC 221 en octubre de 2017 en apoyo a unidades de la Fuerza Naval del Sur, durante la Operación Conjunta “Dignidad 001”, Orden de Operaciones Fortaleza IV contra el GAO residual “Frente 48 Sinaloa”, en conjunto con tropas del Batallón Contra el Narcotráfico No. 4, en la cual la tripulación de la aeronave ejecutó un asalto aéreo por Rapel sobre un área campamentaria y laboratorio para el procesamiento de sustancias ilícitas en el río San Miguel, frontera con Ecuador, desembarcando comandos del GRUCON-S, quienes al entrar en contacto armado con el enemigo recibieron el decidido y oportuno apoyo por parte del helicóptero de la Aviación Naval, el cual ejecutó apoyo de fuego, efectuando entrega de armas mediante sus ametralladoras, neutralizando así las intenciones hostiles de los terroristas.





Posteriormente, el reconocido artista argentino realizó una segunda obra para conmemorar la Operación Conjunta Sable II CCONSOC, con participación de la Fuerza de Tarea contra el Narcotráfico No. 72 “Poseidón” y tropas de la Brigada Móvil No. 32 del Ejército Nacional, en la cual se ubicó un área campamentaria de narcoterroristas en área general de las lagunas de Chimbuza, a 30 millas náuticas al este de Tumaco. Durante las maniobras de cierre y contención, tropas en tierra detectaron un cultivo ilícito de mata de coca con una casa preparada con artefactos explosivos improvisados, instalados por el enemigo para atentar contra las unidades militares en respuesta a la presión militar. El día 20 de enero de 2013, el Cabo Segundo del Ejercito Nacional Yuldor Gisenjaguer Morales Carranza, cayó en ese campo minado sembrado cobardemente por el enemigo. Inmediatamente se iniciaron las acciones para evacuar al suboficial, quien había perdido parte de su pierna izquierda, tenía graves heridas en pierna derecha y mentón, y poseía un trauma acústico severo producto de la explosión. Dentro de los esfuerzos conjuntos para llevar a cabo la acción de evacuación aeromédica, se dispuso que el helicóptero tipo UH-1N matricula militar ARC 223 destacado en la FTCN 72, realizara apoyo de fuego para cubrir el avance de las tropas y efectuar escolta aérea a un helicóptero tipo UH-60 “Ángel” de la Fuerza Aérea Colombiana, el cual iba a encargarse de la evacuación del suboficial herido, por contar con una grúa de rescate capaz de extraer personal en áreas donde no es posible aterrizar.

Durante el desarrollo de la misión, se presentó un hecho imprevisto, ya que el helicóptero UH-60 “Ángel”, procedente de Cali, no pudo arribar al área de operaciones, por lo que el helicóptero ARC 223, encargado del apoyo de fuego, asumió la misión de ingresar sobre el área minada para extraer al herido y así salvarle la vida. La tripulación del ARC 223, demostrando intrepidez, valor y osadía, realizó reconocimiento armado sobre tierra en los puntos críticos para asegurar su propio ingreso y, con ayuda de tropa en tierra, quienes derribaron algunos de los obstáculos naturales que impedían el ingreso de la aeronave, logró que el helicóptero estableciera un vuelo estacionario a 100 pies sobre el suboficial herido. Mediante un estricto y coordinado manejo de los recursos de cabina, la tripulación logró que la aeronave realizara un cuidadoso descenso entre árboles hasta conseguir mantener un vuelo estacionario a tres pies de altura sobre el suelo, y así embarcar al herido. Posteriormente, una vez el cabo Morales fue acomodado en la aeronave para recibir auxilios médicos, se realizó un despegue de máximo rendimiento para librar los árboles de más de 30 metros de altura, y así proceder con la mayor agilidad posible hacia Tumaco, donde se logró entregar a salvo a nuestro héroe para su estabilización y tratamiento médico especializado. Esta acción permitió salvaguardar una vida, cercar al enemigo y generar un gran impacto positivo en la moral de la tropa.

Actualmente, el maestro Carlos García se encuentra realizando tres obras más, en las cuales se expondrán, a las actuales y futuras generaciones, acciones memorables de nuestra historia aeronaval, como la participación del Gavilán, avión construido en Colombia, en operaciones de restablecimiento del orden público en el oriente del País, para lo cual fue necesario sumar creatividad y valor para poder ser los ojos de las tropas más allá del horizonte y acudir con eficiencia a los requerimientos de apoyo de nuestras unidades fluviales. En otro óleo, se ilustrará la mítica historia del helicóptero BK117 de matrícula ARC 218, el cual en su origen perteneció a carteles del narcotráfico, pero que, al ser decomisado por las autoridades y puesto al servicio de la Armada Nacional, logró importantes golpes al flajelo sembrado por sus iniciales dueños. En las otras obras se destacará la labor de los helicópteros y aviones que han coadyuvado en el ejercicio de la soberanía sobre nuestras aguas del Caribe Norte, plasmando su memorable entrega y sacrificio en beneficio de nuestros intereses y defensa de lo que nos pertenece.

Una vez se tengan todas las obras finalizadas, las cuales ilustrarán un libro que recogerá muchas de las acciones que conforman la memoria histórica de la Aviación Naval, se realizará una exposición de arte abierta al público, con el objetivo de aportar a la verdad y la construcción de una conciencia colectiva en la cual las Fuerzas Militares, han sido, son y serán el alcázar donde reposan todos los valores que construyen Patria.




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