Aviones de Combate Colaborativos (CCA) y estrategias Manned-Unmanned Teaming (MUM-T): perspectiva global y desarrollo tecnológico.
- Ángel Rojo
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Por Ángel Rojo
En la última década, la aviación militar ha experimentado una transformación sin precedentes con la incorporación de sistemas aéreos no tripulados de combate, conocidos como Aviones de Combate Colaborativos (CCA) o "Loyal Wingman". Estos sistemas, diseñados para operar de manera conjunta con aeronaves tripuladas, constituyen un elemento clave en la doctrina moderna de Manned-Unmanned Teaming (MUM-T). Su desarrollo responde a la necesidad de incrementar la masa de combate, reducir la exposición de pilotos humanos a amenazas avanzadas y permitir un empleo más eficiente de inteligencia artificial y automatización en entornos de alta complejidad.
Los CCAs combinan capacidades de ataque aire-aire y aire-superficie, vigilancia y reconocimiento (ISR), guerra electrónica (EW) y apoyo a misiones de penetración profunda, integrándose con cazas de cuarta, quinta y sexta generación. Este enfoque permite que los sistemas tripulados maximicen su eficacia al coordinarse con unidades no tripuladas que pueden asumir riesgos mayores o ejecutar tareas de saturación.
En la actualidad, diversos países están llevando adelante programas de desarrollo tecnológico avanzados, incorporando innovaciones que abarcan desde sistemas no tripulados hasta plataformas tripuladas de próxima generación. A continuación, se examinarán estos desarrollos, evaluando sus características, capacidades y la manera en que se integran dentro de los distintos sistemas de combate aéreo.
Estados Unidos: Vectis y el Programa CCA
Estados Unidos ha liderado el desarrollo de CCAs mediante la integración de programas avanzados como el YFQ-42A de General Atomics, el YFQ-44A Fury de Anduril y el recientemente revelado Vectis de Lockheed Martin. El Vectis, desarrollado por Skunk Works, representa un CCA de Grupo 5, caracterizado por un tamaño intermedio entre un F-16 y los drones de la familia CMMT (Common Multi-Mission Truck), líneas de bajo observabilidad y capacidad de operar a altitudes superiores a los 18.000 pies.

El diseño de Vectis prioriza la supervivencia, modularidad e interoperabilidad. Su fuselaje sin cola, forma de alas y tomas de aire reducen la firma radar e infrarroja, mientras que su arquitectura abierta permite integrar sensores, cargas útiles y sistemas de guerra electrónica de manera flexible. La USAF planea adquirir aproximadamente 1.000 CCAs, con un costo estimado por unidad de 20 a 30 millones de dólares, lo que representa una fracción del precio de un caza tripulado como el F-35, permitiendo operaciones sostenidas en escenarios de alta intensidad.

El programa CCA estadounidense se enmarca en una estrategia de cooperación internacional y entrenamiento conjunto con aliados, proyectando el uso de estas plataformas en teatros de operaciones como el Indo-Pacífico, Europa y CENTCOM. La capacidad de operar en redes distribuidas, coordinadas por sistemas como MDCX (Mission Domain Control eXperimentation, entorno de simulación y pruebas internas de Lockheed Martin Skunk Works) o cabinas de quinta generación, refuerza la resiliencia operativa y la flexibilidad táctica, permitiendo a los pilotos tripulados controlar múltiples drones en tiempo real para ataques coordinados o tareas de reconocimiento avanzadas.
Estos CCA operarán específicamente con F-22 y F-35 -para integrarse con la futura familia de cazas de próxima generación (NGAD)-. Además, el concepto operacional contempla el empleo conjunto con otras aeronaves tripuladas relevantes en teatros actuales y aliados, por ejemplo los F-15EX, F-16, F/A-18 y plataformas de mando/alerta o reabastecimiento que faciliten control, enlace y mando distribuido.
China: FH-97A, Dark Sword y el futuro de los UCAVs
China ha implementado una estrategia de MUM-T avanzada, integrando CCAs con cazas como el J-20 y el FC-31. Entre los desarrollos más relevantes se destacan el Feihong FH-97A, un dron sigiloso diseñado para acompañar cazas tripulados en misiones aire-aire y aire-superficie, con capacidad de lanzamiento desde portaaviones, y el Dark Sword, un UCAV supersónico que combina furtividad, autonomía y capacidad de penetración profunda en entornos de alta amenaza.

Chengdu J-20 Shenyang FC-31

Feihong FH-97A AVIC Dark Sword
Además, la incorporación de plataformas como el J-20S biplaza, equipada para control de drones y guerra electrónica, y la proyección futura del avión de combate de sexta generación J-36, indica la intención de Beijing de operar CCAs de gran tamaño que complementen las operaciones tripuladas. La estrategia china se centra en desarrollar algoritmos de coordinación autónoma, inteligencia artificial avanzada y software de control que permita a los CCAs actuar de manera flexible, adaptándose dinámicamente a amenazas y objetivos cambiantes.

Rusia: S-70 Okhotnik-B, Grom y estrategias de apoyo aéreo rápido
Rusia ha adoptado un enfoque diferencial respecto al sigilo, priorizando velocidad, simplicidad y robustez. Entre sus CCAs destacan el S-70 Okhotnik-B, un UCAV sigiloso de ala volante diseñado para operar junto al Su-57, y el Grom, un dron de alto rendimiento capaz de transportar misiles Kh-38, bombas guiadas KAB-250 y KAB-500, y controlar una flota de drones auxiliares.

Sukhoi S-70 Okhotnik-B Grom
El enfoque ruso combina capacidades autónomas con integración en redes de comando y control, permitiendo ataques coordinados, ISR y guerra electrónica. Esta filosofía busca maximizar la eficiencia operativa y reducir riesgos para los pilotos, implementando una arquitectura MUM-T centrada en la colaboración directa entre UCAVs y cazas tripulados. El Okhotnik ya ha realizado vuelos conjuntos con Su-57 en ensayos mientras que el Grom se presenta como complemento para Su-35/Su-57 en despliegues tácticos.

India: CATS, Ghatak y Abhimanyu
India ha desarrollado sistemas integrados de MUM-T a través del HAL Combat Air Teaming System (CATS), el UCAV sigiloso Ghatak y el dron naval Abhimanyu.
El CATS es un sistema integrado manned-unmanned desarrollado por HAL en cooperación con DRDO, NAL y empresas privadas combinando un avión tripulado “mothership” (versión biplaza del Tejas o futuros AMCA - Advanced Medium Combat Aircraft / TEDBF - Twin Engine Deck Based Fighter) con una familia de drones y municiones autónomas (ALFA-S, Hunter, Warrior) para tareas de ISR, penetración profunda, supresión de defensas y ataque coordinado. Es un programa modular orientado a operaciones MUM-T y a la interoperabilidad interservicios.

HAL Tejas AMCA TEDBF
Dentro del sistema está el UCAV Warrior sigiloso y multimisión concebido como loyal wingman: actúa como sensor-amplificador, escolta y plataforma de ataque. Diseñado para operar en formación controlada por la mothership, con perfiles de misión que van desde ISR hasta ataques kamikaze de largo alcance.
El Ghatak, propulsado por el motor Kaveri, se enfoca en misiones de ataque profundo con capacidades autónomas, mientras que el Abhimanyu está diseñado para operaciones en portaaviones junto a MiG-29K y Rafale-M, integrando la fuerza aérea y naval en una arquitectura MUM-T unificada.

Warrior Ghatak Abhimanyu
La estrategia india busca interoperabilidad interservicios, colaboración con agencias gubernamentales y startups privadas, y la creación de un ecosistema industrial capaz de sostener la producción y actualización tecnológica de CCAs, lo que refleja un enfoque de modernización integral.
Turquía: Kızılelma, ANKA-3 y KAAN
Turquía ha consolidado un ecosistema de CCAs altamente integrado con sus cazas nacionales. El Bayraktar Kızılelma, un UCAV de propulsión a chorro y baja observabilidad, y el ANKA-3, un UCAV de ala voladora con autonomía avanzada, operarán conjuntamente con el caza KAAN. La comunicación en tiempo real se logrará mediante enlaces de datos desarrollados por Aselsan, permitiendo ataques coordinados, guerra electrónica y operaciones de saturación. Esta arquitectura MUM-T refuerza la capacidad de Turquía de proyectar poder aéreo regional y realizar operaciones distribuidas de alta complejidad.

Francia: nEUROn y UCAV para Rafale F5
Francia ha adoptado un enfoque de demostración tecnológica y modernización gradual mediante el nEUROn, un UCAV sigiloso en forma de ala voladora desarrollado en colaboración con varios países europeos. El nEUROn sirve como plataforma experimental para probar tecnologías avanzadas de autonomía y sigilo, así como para evaluar la integración con cazas tripulados.

Paralelamente, se desarrolla un UCAV destinado a complementar al futuro Rafale F5, proyectado para penetración profunda, apoyo a misiones tripuladas y operación autónoma bajo MUM-T. Estos desarrollos permiten a Francia mantener capacidades estratégicas de innovación, interoperabilidad y preparación para escenarios de alta amenaza.
Alemania: CA-1 Europa de Helsing
En el ámbito europeo, Alemania ha dado un paso significativo con la presentación del CA-1 Europa, un avión de combate colaborativo desarrollado por la empresa Helsing en cooperación con Grob Aircraft. Revelado el 24 de septiembre de 2025, este UCAV de aproximadamente cuatro toneladas y diseño furtivo con cola en “V” busca integrarse en arquitecturas de MUM-T junto a cazas tripulados como el Eurofighter y el futuro FCAS. El CA-1 está concebido para operar como loyal wingman, realizar misiones de ataque aire-superficie a baja altitud, inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR), así como operaciones en enjambre coordinadas por inteligencia artificial. Su velocidad subsónica, cercana a Mach 1, lo posiciona en un segmento intermedio entre drones tácticos y plataformas supersónicas como el Dark Sword chino o el Okhotnik ruso. Aunque aún se encuentra en fase de desarrollo y su primer vuelo está previsto para 2027, el programa refleja la intención de Europa de construir una capacidad autónoma en CCAs, con costes sensiblemente inferiores a los de un caza tripulado de última generación y con potencial de exportación para fortalecer la masa crítica de combate de las fuerzas aéreas aliadas.

Australia: MQ-28 Ghost Bat y estrategia nacional
Australia ha implementado el MQ-28 Ghost Bat, un UCAV multirol desarrollado por Boeing Australia. Concebido inicialmente como plataforma armada, se ha redefinido para misiones de ISR y apoyo a aeronaves tripuladas como F-35A, F/A-18F, E-7A y KC-30A. Con un alcance superior a 2.000 millas náuticas, este sistema ha demostrado su capacidad de operar de manera independiente o coordinada, cumpliendo funciones de loyal wingman en pruebas operacionales en Woomera y Tindal.

El programa refleja la estrategia australiana de integrar CCAs en la defensa nacional y proyectar capacidades de cooperación multinacional, considerando futuras exportaciones y compatibilidad con sistemas aliados.
Evolución táctica, estratégica y doctrinaria
La evolución de la aviación militar en el siglo XXI está marcada por una transformación doctrinaria y tecnológica que combina plataformas tripuladas, sistemas no tripulados, inteligencia artificial y operaciones multi-dominio. El paradigma de la cooperación hombre-máquina -materializado en el concepto de Collaborative Combat Aircraft (CCA)- redefine no solo las capacidades tácticas y estratégicas de las fuerzas aéreas, sino también las formas de organización, mando y entrenamiento de las mismas.
La integración tripulada-no tripulada constituye más que una innovación técnica: representa un cambio de era en la concepción del poder aéreo. La centralidad de la información, la necesidad de resiliencia frente a entornos saturados y la búsqueda de superioridad decisional impulsan la adopción de arquitecturas distribuidas de mando y control. En estas, los UAV actúan como nodos inteligentes de reconocimiento, ataque o guerra electrónica, mientras los cazas tripulados concentran la capacidad de decisión crítica.
Uno de los principales aprendizajes es que la descentralización de la toma de decisiones, apoyada en algoritmos de autonomía confiable, constituye la clave para sostener operaciones en escenarios de negación de acceso, guerra electrónica o interferencia cibernética. Este modelo de redes distribuidas, en lugar de estructuras jerárquicas rígidas, aumenta la adaptabilidad de la fuerza y reduce la vulnerabilidad a ataques centrados en nodos únicos.
Asimismo, el carácter multi-dominio de la integración hombre-máquina proyecta la guerra aérea más allá del espacio aéreo. La convergencia con capacidades espaciales, cibernéticas y de guerra electrónica permite coordinar ISR persistente, ataques de precisión y operaciones conjuntas con fuerzas terrestres y navales, consolidando la visión de una guerra en red total.
Desde una perspectiva estratégica, este paradigma multiplica la disuasión y la proyección de poder. La posibilidad de emplear enjambres de UAV o plataformas de ataque autónomas, en coordinación con cazas de quinta o sexta generación, altera el equilibrio de poder regional y global. Estados que integren con éxito estas capacidades no solo tendrán ventaja en el campo de batalla, sino también en el terreno de la diplomacia militar, al demostrar credibilidad tecnológica y resiliencia operacional.
Sin embargo, la consolidación de este modelo enfrenta desafíos críticos:
· Tecnológicos, como la interoperabilidad entre plataformas heterogéneas, la seguridad de enlaces de datos y la validación de algoritmos de autonomía bajo condiciones reales de combate.
· Doctrinarios, en la adaptación de tácticas, técnicas y procedimientos que integren de forma eficiente sistemas humanos y autónomos.
· Formativos, en el entrenamiento de pilotos y operadores capaces de manejar sistemas complejos en escenarios dinámicos.
· Éticos y legales, en la definición de responsabilidades cuando los UAV ejecutan funciones de ataque bajo supervisión reducida.
El futuro de la cooperación tripulada-no tripulada se proyecta hacia fuerzas aéreas autónomas, interconectadas y adaptativas, donde la inteligencia artificial será indispensable para procesar grandes volúmenes de datos, identificar amenazas y acelerar la velocidad de decisión estratégica. Las fuerzas que anticipen este cambio, invirtiendo en doctrina, interoperabilidad y formación, serán las que consoliden ventajas competitivas sostenibles en los próximos conflictos.
En conclusión, los CCA y la integración de UAV en operaciones aéreas no son un complemento marginal, sino el eje de la superioridad aérea contemporánea y futura. Este modelo híbrido incrementa la eficacia táctica, multiplica la disuasión estratégica y redefine el equilibrio geopolítico, consolidando una revolución doctrinaria en la que la cooperación hombre-máquina será la piedra angular de la planificación y ejecución de operaciones aéreas en el siglo XXI.