Cambia el tablero de Medio Oriente.
- Ignacio Montes de Oca
- 6 mar
- 3 Min. de lectura

Por Ignacio Montes de Oca
De acuerdo a Reuters, Netanyahu hizo gestiones discretas para que Rusia permanezca en Siria y así debilitar la posición de Turquía en ese país. Mientras tanto Israel aumenta su invasión sobre el sur sirio y consolida el separatismo druso. La invasión israelí está tensando la situación. Al Sharaa rechazó la existencia de una entidad drusa y advirtió que no se quedará impasible ante la injerencia de Israel en su territorio durante su participación en la Cumbre de Países Árabes del Cairo.

Netanyahu, a su vez, le prohibió a Siria la presencia de fuerzas sirias en el sur de ese país mientras estrecha su alianza con Estados Unidos mediante el refuerzo de la asistencia militar. El negociar ahora a favor de Rusia, trastoca por completo el mapa de alianzas regional. Para completar el panorama, Estados Unidos no quiere confrontar por ahora con Irán y vetó un ataque israelí. Trump prefiere antes negociar el plan nuclear iraní con la mediación de Rusia antes de optar por un rumbo de colisión para evitar que Teherán anuncie que tiene un arma nuclear. Además, Trump ahora negocia directamente con Hamas la liberación de rehenes norteamericanos y salteando a los intermediarios usuales. Aunque negocia en Qatar, queda claro que Estados Unidos busca un juego propio al margen de los países árabes que acaban de rechazar su propuesta para Gaza.
Hay un movimiento aun mayor, que es el acercamiento de Turquía a Europa por la cuestión siria y porque además esa estrategia permite negociar tanto el tema migratorio como el proyecto para acercar el gas qatarí a Europa a través de Siria y Turquía. Aquí hay que ver afectados.
La consolidación del HTS en Siria conviene a los europeos que se alejaron de Israel por reconocimientos a Palestinos y condena al método de combate del terrorismo de Israel. También refuerza el protagonismo turco en desmedro de la estrategia israelí. También afecta a Estados Unidos.
Trump ya le pidió a Europa que disminuya el déficit comprando más GNL a Estados Unidos, pero Europa parece preferir cortar más lazos de dependencia. La solución turca y catarí turca afecta los planes rusos para volver a proveerles de gas. Y a Irán, porque la desplaza de Siria y Líbano.
El pedido de Israel a favor de Rusia para que permanezca en Siria no resulta exótico y, de confirmarse, es parte de un intento para que el eje sunita formado por los países árabes y Turquía no cubran el espacio que dejaría disponible un reflujo de iraníes y rusos en la zona.
Para Europa, este realineamiento es un modo de regresar con su influencia a Medio Oriente y de ganar herramientas para aumentar su autonomía respecto a los planes de Estados Unidos en el exterior. Es también un vuelto por la actitud de Trump hacia Ucrania y su mirada sobre Europa.
Esta serie de hipótesis le da otro sentido a la votación de Estados Unidos e Israel a favor de Rusia en la ONU, cuando se pidió el retiro ruso de Ucrania. Si se confirma el pedido de Netanyahu a favor de Putin, surge otra coherencia y nuevos alineamientos globales. Y también, más conflictos.
Israel y Estados Unidos comienzan a chocar cada vez más con un eje sunita y esto solo puede conducir a otra fase de conflictos. Y con Europa regateando entre el gas y las migraciones, le suman otro componente a la disputa con Trump por el tema ucraniano. Un despelote en curso. Otro más.

Netanyahu está arruinando con su invasión y el apoyo al separatismo druso y kurdo los planes de las coronas petroleras, más Turquía y de Egipto, para estabilizar la situación en Siria. Es imposible que esa movida sea realizada sin el beneplácito previo de Trump. Todos lo saben.
Y al recordarle públicamente y desde una reunión conjunta en el Cairo a Trump que están dispuestos a gastar U$S 53.000 millones para reconstruir Gaza, optaron por desafiar su plan inmobiliario y de limpieza étnica. También, contradijeron los planes de permeancia israelí en la Franja.
Tampoco debe olvidarse que Turquía es la nueva sede externa del grupo terrorista Hamas luego de su expulsión de Qatar. Irán y Rusia están siendo debilitados en su presencia en la misma zona por el mismo grupo de países. Todo tiene un nuevo sentido, un poco incómodo para muchos.
En resumen, Netanyahu respaldado por Trump colisiona con Siria respaldada por Erdogan, Bruselas y la esfera sunita, interesados a su vez en frenar a los chiitas amigos de Putin y, como Rusia, parecen haber encontrado un respiro inesperado, o no, en la llegada de Trump.
PS: Trump le dio un ultimátum a Hamas. Debe entregar a los rehenes. En caso de no hacerlo, se sumará a una represalia de Israel que va a polarizar la situación en el resto de la región. Nunca mencionó a Irán como parte del problema. Los silencios dicen mucho más que los gritos.