Por Ignacio Montes de Oca
El Congreso de EEUU aprobó por una mayoría abrumadora de 310 a 111 la asistencia a Ucrania por 61 mil millones de dólares. En la misma sesión se aprobaron las asistencias a Israel y Taiwán. Vamos a analizar los hechos y consecuencias.
Antes que nada, hay que aclarar que el Senado tienen que dar una segunda aprobación y que el líder de la mayoría prometió hacerlo este fin de semana, al igual que la Casa Blanca que refrendará lo aprobado horas después y ya inició el programa de envío. Lo primero que resalta es la enorme diferencia entre votos a favor y en contra. Fue una victoria aplastante para una iniciativa conjunta de la administración Biden y para los republicanos afines a la idea de sostener una política exterior activa. El gran derrotado es MAGA.
La votación es una derrota política para Trump que hasta hoy actuó como un lobista de Putin y envió a sus principales alfiles, la legisladora Marjorie Talyor Greene y Mike Johnson a bloquear la asistencia a Ucrania por seis meses vitales usando todo tipo de artilugios.
Putin logró tomar Avdiivka y avanzar un poco más allá gracias a la sequía de municiones a la que se vio sometida Ucrania por la demora en la asistencia de EEUU gestionada por el ahora converso Mike Johnson, que siempre fue un alfil de Trump en la Cámara de Representantes. En la semana anterior Trump parece haber percibido el calibre de su error cuando moderó su discurso que hasta ahora buscó un match con Putin en Tinder. Ahora, dice que la supervivencia de Ucrania es parte del interés de EEUU. Ya no habla de rendiciones y entregas territoriales. En las filas republicanas hubo rechazos a esa propuesta exterior que se centraba en el costo para el contribuyente y las fronteras para justificar un aislacionismo útil a los propósitos de Putin y que afectaba el apoyo a Israel y otros aliados en un momento crucial.
Fue un problema dentro de las propias filas republicanas que esa postura fuera un espejo del discurso de la propaganda rusa y que en sus dichos y omisiones contradijera a valores políticos básicos del partido. En ese contexto, MAGA perdió apoyos que hoy se reflejaron en los votos. La pérdida de apoyo quedó expuesta en la furia impotente de Taylor Greene, que ante la proximidad de una derrota llegó a extremos ridículos de proponer el enrolamiento en el ejercito ucraniano de legisladores que votaran en favor de su ayuda. Trump no salió a defender a la líder de MAGA e incluso dijo que Johnson estaba haciendo un “buen trabajo”. Parece que las encuestas que muestran que el votante norteamericano apoya la ayuda a Ucrania hizo que se percatara del tamaño de su error.
Hay otro factor en el que la legión estadounidense de Putin cometió un error grave. Los cuatro meses de 2024 que bloquearon la asistencia a Ucrania ahora se traducen en un menor tiempo para que los ucranianos utilicen la ayuda que debería haber llegado en un año.
En otras palabras, no es lo mismo dividir 61 mil millones en doce meses que en ocho. Esto implica que Ucrania recibirá un adicional del 30% de la asistencia de EEUU al tener que dividirlo en menor tiempo, justo a tiempo para hacerle frente a la ofensiva rusa de verano.
Reza el dicho que “no hay nada más fanático que un converso” y esto se corrobora en la propuesta de Johnson que además de dinero incluye un bonus para autorizar el envío de ATACMS de mayor alcance, un dispositivo que incluso la administración Biden tiene reparos de proveer.
El temor a las consecuencias de un triunfo ruso llevó a la aprobación y a medidas adicionales como la autorización para disponer de los activos rusos embargados en favor de Ucrania. Tanto insistir con la victoria rusa se volvió en contra de sus promotores al asustar hasta a los neutrales. Pero, además, la movida de Trump en el Congreso junto con su retórica que atacó a Europa al decir que dejará que Putin “haga lo que se le antoje” si no aumentan sus gastos de defensa, generó una reacción furiosa en los europeos que los llevó a multiplicar su apoyo material a Ucrania. Entonces, la manobra de MAGA en el Congreso trajo consecuencias mucho más allá de los EEUU. Europa apuró sus planes para proveer a Ucrania de 1 millón de proyectiles de artillería y conseguir otros 1,2 millones desperdigados en arsenales de todo el planeta. Este fue un error fatal para Putin porque Europa en su conjunto aporta más armas y dinero que EEUU y la perspectiva de una defección le sirvió para mostrarse más enérgico con activos rusos como el húngaro Viktor Orbán y neutralizar sus oposiciones en la UE y la OTAN.
En perspectiva, la Legión Rusa en EEUU hizo una jugada que finalmente termina perjudicando a Putin al haber fortalecido la voluntad europea y sumarle ahora un refuerzo crucial en términos de volumen y tecnología a Ucrania en momentos que la ofensiva rusa se agota. Putin había acelerado el uso de sus fuerzas y reservas a costa de bajas de 10 a 1 en frentes como el de Avdiivka. Rusia está raspando el fondo de la olla y sus posibilidades de organizar una nueva ofensiva ahora se verán trastocadas con la llegada del 7° de caballería legislativa.
En adición, Putin ahora verá disminuida la asistencia militar de Irán, que en la escalada contra Israel debe ahorrar sus existencias de municiones, misiles y drones para la eventualidad de una guerra que podría desatarse con Israel y sus aliados, viejos y nuevos.
En las enmiendas agregadas antes de la votación suman sanciones adicionales a Irán y Rusia que podrían alterar el sistema de contrabando que usan ambos países para proveerse de insumos tecnológicos para producir armas y fortalecer la vigilancia del destino de las ventas sensibles. El ataque a Irán tiene mucho que ver con la votación de ayer, porque terminó por forjar la noción de un Eje formado por Rusia e Irán como un único contendiente en una disputa global en la que EEUU debe decidir si cumple un rol de observador o de actor.
El refuerzo que anunció Putin para Irán en medio de las tensiones, consistentes en el envío urgente de baterías antiaéreas S400 y apurar la llegada de aviones Su-35, demostró la artificialidad de la estrategia del Kremlin y de MAGA para separar la suerte de Israel y la de Ucrania. El apoyo de Rusia a Irán y en el desprecio de Putin hacia las decisiones de Israel desde el 7 de octubre dejó como unos perfectos tarados a los “expertos” que hacían contorsiones para justificar su apoyo a la invasión rusa y sostener al mismo tiempo una postura crítica a las acciones de Irán y sus proxies.
La aprobación de la ayuda a Ucrania e Israel en un mismo movimiento tiene un efecto práctico en las batallas que libran ambos contra dos partes del mismo eje y devuelve a EEUU a un rol internacional activo ya no como postura de Biden, sino como resultado de una decisión bipartisana. Esta ayuda condiciona todo lo que pueda suceder hasta fin de año, porque las elecciones en EEUU son en noviembre y hasta el 2025 el nuevo mandatario, no importa su nombre, deberá asistir a Ucrania, Israel y Taiwán más allá de sus ideas, deseos y conveniencias.
También es un mensaje poderoso contra China, que ahora debe lidiar con un refuerzo en la presencia de EEUU en el Lejano Oriente. Los programas de asistencia y cooperación aprobados amplían el alcance de la alianza con todos los estados afectados por el expansionismo chino. La presión de los políticos europeos y asiáticos, de la industria armamentística que recibirá el 70% de la ayuda enviada al exterior, de las comunidades atacadas y de los republicanos descontentos con el rumbo aislacionista y pro ruso de Trump, fueron un empuje coligado poderoso.
No hay que mentirse respecto a que Trump y MAGA son los grandes derrotados con la aprobación. En su esfuerzo por afectar al gobierno de Biden jugaron una carta que terminó en un fracaso. No obstante, no se sabe si tendrá un efecto electoral definitivo. Para Trump se plantea otro problema en el caso de ser electo. El apoyo de muchos republicanos muestra que en su propio partido no hay consenso respecto al aislacionismo ni sobre el abandono de las responsabilidades como mayor socio de la OTAN. MAGA es solo una facción ruidosa.
La suma de demócratas y republicanos que actuaron juntos ayer es un problema para el estilo de gobierno de Trump basado en un mando sin disidencias, más aún si insiste en congraciarse con Putin regalándole una parte de Ucrania y abandonando el rol central de EEUU dentro de la OTAN.
Ahora hay que prestar atención a algunos lapsos en los que Putin podría ejecutar alguna acción como respuesta al revés en el Congreso de EEUU, que en la práctica es una derrota similar al fracaso en la toma de Kiev, en la batalla del Mar Negro y en la retirada de Jerson. Esos lapsos van desde la aprobación hasta la firma del presidente Biden y en el tiempo que demandará enviar el grueso de la ayuda norteamericana entre el fin de abril y el transcurso de mayo. Putin puede verse impulsado a una acción desesperada de naturaleza impredecible.
Es posible que Putin ordene una ofensiva a todo nada. No hay que descartar tampoco un ataque sobre las ciudades e infraestructura energética ucraniana. Se sabe que cuando el hombre del Kremlin enfurece, el objetivo preferido de su furia es el pueblo de Ucrania. Esto no es una especulación sino una observación del estilo de Putin. Por eso es previsible que ordene una ofensiva en las Ardenas ucranianas para ganar terreno e instalarse en posiciones defensivas antes que llegue la ayuda a Ucrania. Ya lo hizo en el pasado.
Esa es una probabilidad porque la guerra de Ucrania ha destrozado muchos dogmas de la guerra que se creían inalterables y la reputación de especialistas de la escuela del realismo de Nostradamus. Además de miseria y destrucción, la invasión de Putin es una fuente constante de sorpresas.
La ayuda de EEUU a Ucrania debería resolver en lo inmediato los problemas en el faltante de munición de artillería y antiaéreos, debilidad que le impide a Ucrania resistir con mayor eficacia el empuje de la picadora de carne rusa y su dominio del aire sobre el campo de batalla. Ucrania hoy festeja el regreso de EEUU a la coalición que busca detener a Putin en su territorio. En los últimos 6 meses recibió apenas 300 millones de ayuda militar. La marea cambió en el Congreso de EEUU y se llevó a los hombres del Kremlin. No se acaba hasta que se acaba.
PS: Make America Allied Again
Contenido de los paquetes de Asistencia
Ucrania
23,2 mil millones en reposición de artículos militares enviados a Ucrania
11,3 mil millones para operaciones de apoyo
11 mil millones de asistencia financiera al estado ucraniano
13,8 mil millones de asistencia en sistemas de defensa avanzados
26 millones en gastos de contralor
Israel
4 mil millones en misiles para el sistema Iron Dome y David Sling
1,2 mil millones en otros suministros para el sistema Iron Beam
1 mil millones para mejoras en sistemas de artillería
4,4 mil millones para reposición de artículos militares enviados a Israel
2,4 mil millones para operaciones de apoyo
Indo Pacífico
3,3 mil millones en infraestructura submarina y construcción de muelles
2 mil millones en asistencia militar directa a Taiwán y otros aliados
1,9 mil millones para para reposición de artículos militares enviados a Taiwán
542 millones para mejorar la capacidad operativa de EEUU en la región
133 millones para mejorar la capacidad de producción de municiones
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