top of page
Buscar

El Regimiento de Buenos Aires

Visitamos al Regimiento 1 de Infantería Patricios del Ejército Argentino, una de las unidades con más historia y emblemáticas de la fuerza, que cumple su doble misión protocolar y de dar seguridad al Estado Mayor General del Ejército.


Por Santiago Rivas


El Regimiento 1 de Infantería Patricios, del Ejército Argentino es la unidad más antigua de la fuerza, anterior incluso al nacimiento de la Argentina como nación, y habiendo combatido en todos los distintos conflictos que tuvo el país a lo largo de su historia, desde la segunda invasión inglesa hasta la Guerra de Malvinas.



Visitamos la unidad y conversamos con su actual jefe, el coronel Martín Baroni, para conocer no solo su labor actual como unidad histórica, sino también en su faz operacional.

El regimiento fue creado el 15 de septiembre de 1806, luego de la primera invasión inglesa, luego de que Santiago de Liniers, que había quedado a cargo del gobierno tras la huída del virrey Rafael de Sobremonte, viera que luego de la reconquista en agosto de 1806, los ingleses, que se mantenían en Montevideo, fueran a volver con mayores fuerzas. Así, a partir del 13 de septiembre empezó a realizarse una convocatoria a los ciudadanos que quisieran voluntariamente incorporarse a los cuerpos que se estaban formando para defender Buenos Aires, y el día 15 de septiembre de 1806 se convoca a los patricios de Buenos Aires, es decir, todos los ciudadanos, de cualquier condición social, que fueran nacidos en la ciudad de Buenos Aires y la campaña. Fue tan importante la convocatoria que se tuvo que armar un cuerpo de tres batallones, con más de 1200 hombres. Como eran cuerpos de milicias, a diferencia de las unidades profesionales, podían elegir sus propios jefes, por lo que, en una votación, lo eligieron jefe del Cuerpo de Patricios Urbanos de Buenos Aires al brigadier Cornelio Saavedra, que en ese momento se desempeñaba en un cargo público, pero además había participado activamente en la reconquista de la ciudad de Buenos Aires.

Desde entonces, la unidad prácticamente nunca fue desactivada, excepto en un breve período en 1811, cuando se produce el Motín de las Trenzas.



El regimiento, tras entrar en combate en la segunda invasión inglesa, volvió a entrar en combate el 1º de enero de 1809 en la Asonada de Álzaga, cuando se intentó deponer al virrey Liniers. A partir de 1810 comenzó a pelear en la lucha por la independencia, en los combates de Cotagaita, Suipacha, Campichuelo, Maracaná, Paraguay, Tacuarí, San José, Las Piedras y Montevideo. En 1811 se produce el Motín de las Trenzas, ya que una característica distintiva de los Patricios era que podían usar una coleta, y se ordena que se debían cortar la coleta para uniformar a todas las tropas, pero, como explica el coronel Baroni, “en la realidad el problema era político”, ya que se había removido a Saavedra y lo habían nombrado en su lugar a Manuel Belgrano, que había sido sargento mayor en el regimiento. Además, el regimiento iba a pasar a ser una unidad de línea, que podía ser utilizada en cualquier ámbito de las Provincias Unidas del Río de la Plata. El cuerpo pasó a ser una unidad de línea y perdió su nombre de Patricios hasta casi finales del siglo XIX, mientras que muchos de sus miembros pasaron a otras unidades, inclusive al recién creado Regimiento de Granaderos a Caballo creado por José de San Martín.


Uniformes históricos del Regimiento, empleados a lo largo de su historia.


En 1812, volvió a ser Regimiento 1, por pedido de Manuel Belgrano, que volvió a ser su jefe. Entre los años 1812 y 1815 participó en las campañas al Alto Perú y el norte argentino, y posteriormente a la independencia sigue ligado a la ciudad de Buenos Aires. Cuando se produjo la guerra con el Brasil, participó en las batallas de Ituzaingó y Camacuá, pasando luego a combatir en Martín García en 1838, en el combate de Vuelta de Obligado contra ingleses y franceses en 1845, y luego en distintas disputas internas, seguido por la Guerra de la Triple Alianza y posteriormente en la Campaña del Desierto para ocupar la Patagonia. Mientras en 1913 pasó a ocupar el predio actual en el barrio de Palermo, las instalaciones definitivas demoraron varios años en estar listas.

Más adelante, tras casi un siglo sin entrar en combate, elementos del Regimiento de Patricios participaron en la recuperación del Comando de Sanidad del Ejército en 1973, tomado por grupos terroristas, así como en el combate de Monte Chingolo a fines de 1975, también frente a organizaciones terroristas.


En la Guerra de Malvinas, la compañía A Buenos Ayres, con 180 hombres fue desplegada en Puerto Argentino y tomó parte en los combates de Monte Harriet y en Monte Longdon, en el último de los cuales cae el soldado Claudio Bastida, único muerto del regimiento en Malvinas. “Bastida era soldado clase 63, no era de la clase incorporada que fue movilizada para Malvinas. Él estaba con la parte movilizada del regimiento en Comodoro Rivadavia y se ofreció voluntario para ir. Él era único hijo de madre viuda, o sea, era el único sostén de la familia, pero él quiso ir porque tenía intenciones de seguir en el Ejército. Cruzó en la noche del 8 de junio con un grupo de ametralladoras Mag, al mando del cabo 1º Ramírez, siendo agregado a la sección del teniente Baldini del Regimiento 7 de Infantería, en el sector que quedó más expuesto al combate, prácticamente adelante de todo. Estuvieron tres días en esa zona, entre el 8 y el 11, y en la noche del 11 que muere en combate, con una explosión de un proyectil que cayó cerca de su posición. Lo mató a él e hirió al auxiliar, que era el soldado Daniel Orfanotti, que fue evacuado a Puerto Argentino” narró Baroni.



En la actualidad

Actualmente, la misión principal del Regimiento 1 de Infantería Patricios es proporcionar escolta al Jefe de Estado Mayor General del Ejército y también es responsable de todo lo que es el ceremonial y protocolo del mismo. Por otro lado, como misión operativa, tiene a cargo la seguridad en los propios cuarteles, seguridad del Estado Mayor del Ejército y el Ministerio de Defensa y además tiene la misión de participar en la recuperación de instalaciones militares en el ámbito urbano.

Así, la unidad está organizada en cuatro compañías de infantería activas, más una compañía de infantería reserva. Estas son la compañía A “Buenos Ayres”, compañía B “Curupaytí”, compañía C “25 de mayo”, Compañía D Reserva “Suipacha”, Compañía E “Defensa”, compañía Comando y Servicio “Reconquista”, para tareas de sostenimiento del cuartel, y la Agrupación de Reservistas.

Las unidades, incluyendo la compañía de reserva, no solamente cumplen misiones de ceremonial en representación del regimiento, sino que también desarrollan las actividades operacionales.



La Compañía de Reserva D “Suipacha” está conformada por soldados voluntarios que se fueron de baja y se incorporan voluntariamente a dicha compañía, más oficiales de reserva, que son liceístas o que hicieron el curso de oficiales de reserva. Hacen instrucción mensual de orden cerrado en el propio regimiento y participan en instrucciones propias de tiro y combate para prepararse para sus actividades operacionales.

Como nota de color, nosotros tenemos lo que yo llamo la séptima compañía, que es una agrupación de Patricios reservistas, integrada por soldados conscriptos que tienen un promedio de 60 años de edad, que hicieron el servicio militar obligatorio en la década del 80 y conformaron una agrupación que se apasiona por el regimiento y nos acompañan en todas las actividades”, explica el coronel Baroni

Las tareas propiamente de la unidad se dividen en las actividades de ceremonial, las de seguridad en el Edificio Libertador y el propio regimiento, y las de instrucción propia de infantería. Tienen rotaciones a nivel de compañía entre la guardia en el Estado Mayor, en Palermo, ceremonial y lo que es adiestramiento e instrucción, que es la educación operacional, de manera tarde que en un ciclo de un mes todos pasan por todas las responsabilidades. “De esa manera logramos que todos pasen por todos los puestos y tengan su instrucción mensual, con adiestramiento e instrucción en el fondo de cuartel o en Campo de Mayo o en otras unidades aledañas para hacer tiro” agregó Baroni.

En el cuartel tienen una pista de combate en localidades para hacer instrucción.


El camino para ser un Patricio

Como en todo el Ejército, la etapa de incorporación se hace en el Núcleo de Instrucción Básica (NIB), que es común a todo el Ejército. La diferenciación viene a partir del momento en que termina su etapa de incorporación con la selección y su distribución por compañías. Allí es equipado, también con el uniforme histórico, y todos los días, todo el personal que no está afectado a las guardias hace su orden cerrado propio de Patricios, con armamento y los movimientos históricos, a pie firme o en desfile. De esa manera, va tomando forma el orden cerrado. Además, como en todas las organizaciones, una vez que se incorpora personal, hay una etapa de dos semanas donde van tomando conocimiento de la compañía para darles una nivelación con respecto al resto. Inicialmente participan en actividades que son más simples, que no requieren muchos movimientos de orden cerrado, como guardia en el Cabildo, en el cenotafio de Malvinas o alguna tarea de ceremonial, por ejemplo, cuando vamos de visita a escuelas. Después va avanzando su instrucción dentro de la compañía, integran las fracciones que forman el regimiento o ceremonias más grandes” describe el coronel Baroni.


Tareas del Regimiento

La unidad realiza de manera exclusiva la guardia de honor en el Cabildo, todos los domingos, mientras que en el cenotafio de Malvinas es responsabilidad de ceremonial del Estado Mayor Conjunto y es rotativo por las tres Fuerzas Armadas. Cuando le toca al Ejército, es rotativo entre Granaderos y Patricios, una semana cada uno.

Además, en las actividades de ceremonial hacen la rendición de honores a autoridades militares que visitan al jefe del Estado Mayor del Ejército, además de participar de las ceremonias que preside el jefe del Estado Mayor de la fuerza en Patricios, además de otras actividades impuestas por la Secretaría General y el Comando de la Guarnición Buenos Aires, como ir a una celebración en alguna escuela, en donde, dependiendo de la importancia del evento, puede ir la banda o solamente Patricios en representación.

Por otro lado, cada 22 de mayo hacen el relevo de guardia en el Cabildo con una presentación histórica, con la participación de autoridades e invitados.

El Regimiento posee una relación, desde el punto de vista institucional, muy estrecha con la ciudad de Buenos Aires y el toda el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), que incluye la promesa de la bandera por parte de chicos de escuelas de la ciudad, que en 2023 realizaron 4000 chicos en el regimiento.

En mayo, además, se hacen recreaciones históricas en el Regimiento. “Normalmente lo dividimos en tres jornadas para que vengan más chicos. Hay una muestra estática de material militar, para que conozcan lo militar y después en la Plaza de Armas, se hace una recreación histórica de la creación del regimiento, con una importante participación de veteranos de guerra, cuando llega el momento de hablar de esa etapa de regimiento” contó Baroni.


Misión operacional

La guardia en el Estado Mayor del Ejército es operativa, mientras que tienen las actividades propias de una unidad de infantería, que es instrucción de armamento, de las armas, de las fracciones y lo que es recuperación de instalaciones militares.

Depende de la etapa de instrucción en la que se encuentren, hacen instrucción individual y de menores fracciones acá en el regimiento y después podemos salir a practicar en donde haya instalaciones propias, como es Campo de Mayo” explica Baroni y agrega que, “por doctrina, todas tienen que estar en capacidad de defender y recuperar sus propias instalaciones militares. La ciudad de Buenos Aires, que carece de unidades de la fuerza operativa, tiene unidades históricas, cuenta con algunos elementos en Campo de Mayo que son de la fuerza operativa y particularmente Patricios, como una unidad de infantería con misión operacional, que hace su instrucción como cualquier unidad operativa desde ese punto de vista. Tiene sus tablas de adiestramiento, su proceso de educación sistematizada y su actividad es de tiro, instrucción individual, adiestramiento de fracciones hasta nivel mínimo de sección”. Para ello cuentan con el equipo para hacer la actividad, para lo cual tienen fracciones de recuperación inmediata.

El Regimiento, al depender del Comando de la Guarnición Buenos Aires, que nuclea las unidades históricas (Regimiento de Granaderos a Caballo, Regimiento de Artillería 1 y Regimiento 1 de Infantería Patricios), no está integrado a una unidad de combate operativa, aunque, en caso de necesidad, pueden enmarcarse en un comando que dirija las operaciones, pero no forman parte de una brigada.


Foto: Struka.

De esta manera, han trabajado en operaciones como fue en el G-20, cuando estaba preparado para actuar en caso de que sean superados todos los anillos de seguridad de las fuerzas policiales. Se conformó una reserva, para el caso de que pase a ser una operación de defensa nacional y no de seguridad y el regimiento formó el núcleo de esa fuerza de reserva como último anillo de recuperación.

Se movilizó como una reserva, como corresponde en cualquier evento de estos, tener un elemento de reacción por cualquier eventualidad. Además, en operaciones de Protección Civil todo fue la Operación General Belgrano 1 y 2 por el COVID, el regimiento tuvo su sector de responsabilidad jurisdiccional, donde desplegó personal y medios” explicó Baroni. Allí realizaron apoyo de racionamiento, distribución de efectos, inicialmente en Buenos Aires, en la zona de Retiro, y luego también en La Matanza y otros sectores del conurbano. Esta experiencia fue un desafío, por tener que trabajar con protocolos, como el aislamiento por grupos, donde, al aparecer integrantes del regimiento contagiados hubo que reemplazarlos sin dejar de cumplir las misiones, incluyendo las misiones de seguridad habituales de la unidad, en el lugar donde se desplegaban y en el Estado Mayor del Ejército.

Foto: Struka.

El protocolo implicaba días de aislamiento previos, la ejecución del turno y aislamiento posterior, eran ciclos de rotación muy prolongados y con todo el personal en el cuartel. Si bien Baroni en ese entonces no estaba en el regimiento, cuenta que el personal que participó de la operación le describió que fue una experiencia importante en el sentido del manejo de recursos y las eventualidades que surgían, tanto de personal como de material. La unidad ya tenía experiencias en apoyo a la comunidad, en casos como la inundación de La Plata, pero donde el regimiento no fue afectado directamente, sino que participó dando apoyo con vehículos y personal. En cambio, en la pandemia, el trabajo fue con sectores de responsabilidad y como una operación ordenada en forma directa a las unidades históricas. “Creo que las Operaciones General Belgrano 1 y 2 fueron las más importantes, tanto en magnitud de medios y de personal empleado como la complejidad que significaba, prever como si fueran bajas en combate a aquellos que se enfermaban. Un probable contagio implicaba reestructurar la organización y prever el empleo de las reservas, sin dejar de cumplir las misiones operativas de seguridad del Cuartel de Palermo y del Estado Mayor” culminó Baroni.


Image00016_edited.jpg

Pucará Defensa

Análisis, opinión e información estratégica sobre Defensa y Seguridad en América Latina 

bottom of page