Por Florencia Lucero Heguy
En América Latina, el crimen organizado fue pionero en el uso de drones o UAV (Vehículo Aéreo no Tripulado) para transportar la droga que trafica entre fronteras, desde hace ya más de una década. Aunque, desde hace al menos ocho años, los drones empezaron a usarse como arma explosiva contra las fuerzas de seguridad y contra las bandas opuestas. Desde Pucará Defensa contamos cuáles son los orígenes de los drones, para qué los utilizan los cárteles mexicanos y las bandas colombianas, y damos algunos ejemplos de lo sucedido durante los últimos tiempos.
Sus orígenes
Para hablar de los drones y su utilización actual es interesante primero conocer cuáles fueron sus comienzos; los hechos históricos que llevaron al desarrollo de hoy. Increíblemente, los orígenes de los sistemas de armas no tripulados se remontan a mediados del siglo XIX, cuando las tropas austrohúngaras reprimieron a los rebeldes venecianos. El ejército austrohúngaro, incapaz de desplegar artillería grande cerca de Venecia, envió 200 globos no tripulados cargados con 150 kilogramos de explosivos sobre la ciudad el 22 de agosto de 1849. Unos años más tarde, durante la Guerra Civil estadounidense, las tropas de la Unión lanzaron globos incendiarios a sus enemigos.
Al iniciar el siglo XX, concretamente en noviembre de 1918, los estadounidenses lanzaron un torpedo aéreo un mes antes del final de la Primera Guerra Mundial. Antes del lanzamiento, los técnicos calcularon la trayectoria y cuando se alcanzó la posición prevista, se apagaron los motores y el biplano, cargado con 82 kilogramos de explosivos, cayó como una bomba sobre el objetivo.
Ya en los años 20 del siglo pasado, Gran Bretaña lanzó un avión con una envergadura de 7 metros desde el buque de guerra H.M. S. Stronghold, que logró mantenerse en el aire durante doce minutos, siendo el primer vuelo radiocontrolado exitoso.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos fabricó el primer avión guiado por control remoto, el Interstate BQ-4/TDR(TDN). Como novedad, el vehículo llevaba instalada en el morro una cámara de televisión, gracias a la cual, un piloto podía dirigir el vehículo a distancia. En 1944, varias unidades de este modelo impactaron contra barcos japoneses en el Pacífico.
Tras la Segunda Guerra Mundial comenzó la llamada Guerra Fría, y con ella diversas investigaciones, entre ellas el espionaje. Así fue como Estados Unidos sobrevoló territorio soviético para grabar y fotografiar instalaciones militares y civiles. El derribo del Lockheed U-2 de Francis Gary Powers en 1960 marcó el inicio del programa secreto Red Wagon, que consistía en lanzar drones autónomos a territorio soviético y regresar con material gráfico.
Durante la guerra de Vietnam, los UAV desempeñaron tareas de reconocimiento. Dos de los más usados, el Firefly y el Lightning Bug, iban enganchados en la parte inferior de las alas de un avión C-130 Hércules, que los lanzaba en vuelo. Una vez completada su misión, regresaban solos y eran recuperados tras abrir un paracaídas.
Israel es el país que más contribuyó al desarrollo militar de los drones en el último medio siglo. En 1973, durante la guerra de Yom Kippur, las defensas antiaéreas sirias y egipcias derribaron muchos de sus aviones. Debido a esto, en la batalla de Bekaa, el ejército israelí usó una combinación de drones, algunos utilizados como señuelos para engañar a las baterías antiaéreas sirias, otros para localizarlas y otros para provocar interferencias electrónicas contra ellas.
Finalmente, hoy, en la última década, los drones de combate se han vuelto capaces de lanzar misiles y se han convertido en herramientas antiterroristas. Misiones de ataque con drones culminaron con la muerte de líderes de Al Qaeda en Pakistán, Yemen, Libia y Afganistán, sin necesidad de desplegar militares sobre el terreno.
Durante los últimos años, los drones se convirtieron para el crimen organizado un instrumento para pasar droga por las fronteras y, en 2018, algunos cárteles empezaron a usarlos para ataque, utilizando drones civiles para lanzar granadas u otro tipo de explosivos. Además, los emplean para realizar vigilancia para anticiparse a la presencia de las Fuerzas de Seguridad.
México
Drones para narcotráfico
Durante más de una década, los cárteles mexicanos han estado solicitando drones hechos a medida para traficar drogas a través de la frontera con Estados Unidos. Fue la manera que encontraron para reemplazar a los túneles que había comenzado a construir los primeros cárteles. En 2014, los narcos contrataron empleados para desarrollar sus propios drones. Se pudieron detectar sitios de producción en Nuevo León, Guadalajara, Querétaro y Ciudad de México, y a los técnicos se les pagaba dos o tres veces superior a un salario medio.
Las organizaciones criminales mexicanas han estado usando drones desde al menos 2010, pero la cantidad relativamente pequeña de drogas transportadas por vuelo por drones registrados por la DEA ayuda a explicar por qué los cárteles quieren desarrollar drones más grandes y personalizados.
Drones explosivos
Las dos principales redes criminales internacionales de México, el cartel de Sinaloa (CS) y el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), han utilizado drones durante más de una década, pero sólo para el transporte.
En los últimos seis años, los drones han comenzado a utilizarse como armas para intimidar y atacar tanto a las autoridades como a las bandas opuestas.
El primer caso registrado de uso de un dron como arma ocurrió en julio de 2018 en la ciudad fronteriza de Tecate, en el estado mexicano de Baja California. Se trató de un ataque organizado por un grupo no identificado a la residencia del entonces Ministro de Seguridad Pública de Baja California, Gerardo Sosa Olachea. Uno de los drones usado en el ataque estaba equipado con un artefacto explosivo que no detonó; se sospecha que el ataque tenía fines intimidatorios.
Otro ataque ocurrió a finales de abril de 2021, cuando varios sospechosos del cartel de droga de Santa Rosa de Lima fueron capturados y acusados de construir drones explosivos.
El 4 de mayo de ese año, hombres fuertemente armados llevaron a cabo un ataque al borde de una ruta en las primeras horas de la mañana en la ciudad de Tepalcatepec, en el estado de Michoacán, al suroeste de México. Según fuentes oficiales, las personas que utilizaron los drones cargados con explosivos C4 y metralla eran miembros del CJNG.
En 2022, bandas criminales de Michoacán utilizaron drones como bombas. Se pudieron ver videos en donde mostraban a residentes y miembros de la Guardia Nacional en Tepalcatepec, municipio del estado de Michoacán, huyendo de los bombardeos, mientras un dron dejaba caer explosivos compuestos de C4. Aunque no se reportaron víctimas como resultado directo del bombardeo, los explosivos parecen haber causado daños en una veintena de edificaciones.
Es importante resaltar que los drones que adquieren los cárteles para la utilización de explosivos son de origen comercial, en su mayoría, de la marca china DJI, la cual cuenta con una amplia gama de modelos de última tecnología que pueden grabar video en resolución 4K, además de que puede ser operados hasta 20 kilómetros de distancia. El modelo que más predomina es el Mavic, el cual se subdivide en varias versiones como el Pro, Pro Platinum, Mavic 2, Mavic 3, Mavic 3 Classic y Mavic 3 Pro. Cada uno cuenta con diferente capacidad de tiempo máximo de vuelo (alrededor de 40 minutos), resolución de transmisión y estabilidad aérea.
En enero de este año, un grupo de sicarios conocido como “La Familia Michoacana” atacó a sus rivales Los Taclos con un amplio arsenal, entre los que se encontraban rifles de asalto, granadas y drones cargados con explosivos. Como consecuencia de este enfrentamiento tuvo numerosas víctimas.
En febrero de este año fue desmantelada una instalación destinada a fabricar armas y explosivos en el estado de Michoacán.
Drones en Colombia
En 2016, la policía de Colombia confiscó un dron usado por narcotraficantes para enviar pequeños cargamentos de cocaína desde una región selvática a Panamá. Esa fue la primera vez que una banda criminal colombiana fue descubierta por las autoridades en este tipo de actividades. Cabe destacar que durante este operativo se confiscaron 130 kilos de cocaína enterrados en una playa y las partes de una aeronave remotamente tripulada lista para ser ensamblada. La droga pertenecía al Clan del Golfo, considerada como la mayor banda criminal de Colombia dedicada al narcotráfico, la minería ilegal y determinada como una de las principales amenazas para la seguridad del país.
En el 2019 se hallaron dos drones cargados con 600 gramos de explosivo en la vía que comunica a los municipios de Pasto y Tumaco en el departamento de Nariño. Junto a los artefactos se encontraron dos detonadores y material tipo metralla como clavos, tuercas y tornillos que estaban adheridos al explosivo, con el propósito de aumentar el daño en el momento de la detonación. En ese momento, el Ejército de Colombia afirmó que los drones correspondían al Frente Oliver Sinisterra (FOS) de las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) liderado por Carlos Arturo Landázuri, alias “Comandante Gringo”, para atentar contra las tropas militares y la población de Tumaco.
Por otro lado, en el año 2022 las autoridades colombianas descubrieron que el Clan del Golfo sobrevolaba con drones para monitorear la zona de Sierra Nevada de Santa Marta con el objetivo de monitorear el área en donde hay fuerzas de seguridad.
Más allá de casos aislados de uso de drones para explosivos, en Colombia se utilizan mayormente como monitoreo y vigilancia, con el objetivo de mantenerse lejos de las autoridades y estar prevenidos ante cualquier operación que realicen las fuerzas de seguridad.
Las ventajas para controlar las situaciones
Los precios de los drones armados son bajos, es por eso que los miembros de los cárteles prefieren usarlos para salvaguardar las vidas de sus sicarios. Otras de las ventajas que tienen son mejor precisión y eluden los radares en una zona que ya es objeto de alta vigilancia aérea. A pesar de esas ventajas, por el momento los drones funcionan solo como una táctica de terror, debido a su falta de letalidad.
Pero también hay una ventaja psicológica no menor, se trata de los videos que los mismos cárteles viralizan con el objetivo de dejar percibir que tienen más y mejores armas que las fuerzas de seguridad.
Las armas del futuro
Se puede ver que los grupos armados han estado utilizando estos UAV durante algún tiempo, copiando tácticas vistas primero en Medio Oriente y luego en la guerra de Ucrania. Son dispositivos adquiridos en el mercado civil, modificados para transportar cargas explosivas y lanzarlas o hacerlos estallar. Debido a que son artefactos capaces de volar de manera autónoma y son operados a distancia, especialistas consideran que los drones se han perfilado como las armas del futuro para las agrupaciones narco criminales.
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