En todas las situaciones de calamidad, el helicóptero es el medio aéreo más solicitado para responder a las primeras emergencias. La facilidad para llegar a lugares de crisis, la velocidad, la posibilidad de aterrizar en zonas restringidas y el vuelo estacionario durante varios minutos para que los equipos de rescate saquen a las personas son algunas de las ventajas.
En estas situaciones, las distancias a recorrer son generalmente cortas, ya que basta con trasladar a las personas de un lugar de riesgo a uno estable. En una ciudad o zona rural, el vuelo no excederá los 20 minutos, sin embargo, las exigencias de desempeño del equipo son enormes.
Esto se debe a que la aeronave permanecerá en vuelo estacionario durante varios minutos, con un tripulante en la puerta guiando u otro que descenderá sobre el cabrestante de rescate para sacar a una o varias personas, imponiendo exigencias al motor y a la estructura en su conjunto.
Además, en muchos casos, el propio clima es desfavorable con lluvia o viento, lo que requiere mayor potencia del motor para realizar correcciones.
En las inundaciones de Rio Grande do Sul, se hizo visible el uso extensivo de helicópteros bimotores, ya que, además de las prestaciones requeridas en vuelo, cualquier pérdida de motor no coloca a la aeronave en condiciones de realizar un aterrizaje de emergencia inmediato.
Las Fuerzas Armadas de Brasil operaron exclusivamente con modelos bimotores en la región. Los primeros en llegar fueron los Sikorsky UH-60L Black Hawks del 5º/8º GAV “Esquadrão Pantera”, cuya sede está en Santa María.
El Black Hawk está equipado con dos motores T700-GE-701C de 1.723 CV de potencia cada uno, puede transportar hasta 16 personas en la cabina de carga, dispone de un cabrestante con capacidad de 272 kg y un gancho de carga de cuatro toneladas.
Posteriormente, otros medios aéreos reforzaron el esfuerzo de la FAB.
Uno de los pocos tipos de helicópteros comunes a las tres fuerzas es el Airbus Helicopters H225M. Con pocas diferencias en las versiones operadas por cada fuerza, el H225M cuenta con dos motores Turbomeca Makila 2A1 de 2.382 CV cada uno y su principal atractivo es el tamaño de la cabina de carga, que permite evacuar en mayor número a personas de zonas de riesgo, ya que puede transportar hasta 27 pasajeros. Es posible colocar hasta 272 kg en el cabrestante y otros 4.750 kg en el gancho. En el momento álgido de las operaciones, ocho ejemplares trabajaban en rescates.
La Armada de Brasil también envió dos S-70B Sea Hawks que tienen poca capacidad de rescate debido a los sistemas a bordo y a las dos estaciones de operador para realizar misiones de guerra antisubmarina y antibuque. Se podrá evacuar un máximo de dos o tres personas por vuelo, sin embargo, cualquier ayuda en tiempos de crisis es válida.
Además de los tres H225M, el Ejército Brasileño envió al menos tres helicópteros Airbus AS365K2 Pantera. Son reconocidos por su versatilidad a pesar de que el espacio interno es más pequeño en comparación con el Black Hawk. Con dos motores Turbomeca Arriel 2C2-CG de 956 CV cada uno, puede transportar 272 kg en el cabrestante y 1.600 kg en el gancho, pudiendo llevar hasta nueve personas a bordo de la aeronave. Un Airbus AS532UE Cougar fue enviado a Rio Grande do Sul y aportó una capacidad similar al H225M. Tiene dos motores Turbomeca Makila 1A1 con 1.877 CV de potencia, 4.500 kg de carga en el gancho, 272 kg de capacidad en el cabrestante y puede transportar a bordo hasta 24 personas rescatadas.
Se destacó la participación de Uruguay con dos Bell 212 Twin Hueys, que tienen altas capacidades de rescate. Los motores Pratt & Whitney T400-CP-400 tienen una potencia combinada de 1.800 shp de potencia, capacidad de transporte de hasta 2,3 toneladas de carga en el gancho externo y 272 kg en el cabrestante de rescate. Además de la tripulación, pueden ser necesarias hasta 10 personas, lo que constituye una valiosa ayuda del país vecino.
Hubo muchos otros tipos de helicópteros civiles, desde Robinson R22, R44 y R66 hasta modelos de la familia Bell y Airbus Helicopters. Pero el esfuerzo también demostró un aumento en la presencia de los tipos de helicópteros Leonardo, que en los últimos años han ganado cada vez más participación de mercado en los servicios de seguridad pública y agencias gubernamentales brasileñas. Al menos diez ejemplares, la mayoría compuestos por el polivalente AW119 Koala, de diferentes variantes, estuvieron incesantemente activos en la región, tanto como operadores civiles como de seguridad pública. Uno de ellos, el AW169 del Cuerpo de Bomberos del Estado de Río de Janeiro, ganó los escenarios por varias razones. Inicialmente, por el llamativo color rojo que, volando con mal tiempo, se destacaba en la escena.
La Policía Civil del Estado de Río de Janeiro también movilizó su AW169. Este helicóptero, que voló por primera vez el 10 de mayo de 2012, se benefició de varios conceptos, soluciones de ingeniería y tecnología del siglo XXI, considerando que su desarrollo comenzó a finales de la primera década de los años 2000.
El AW169 tiene capacidad para hasta 12 pasajeros, está equipado con dos motores Pratt & Whitney PW210A de 1.000 shp cada uno, un cockpit digital, una velocidad máxima de 306 km/h y una autonomía de 820 km. El cabrestante de rescate soporta un peso de hasta 272 kg y la cabina de pasajeros mide 2,77 m de largo, 2,05 m de ancho y 1,32 m de alto.
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