La Marina de Brasil realizó, entre los días 15 y 18 de junio, la Operación “Lanzamiento de Armas II/2024”, movilizando barcos y aviones de la Escuadra en la costa entre las ciudades brasileras de Río de Janeiro y Cabo Frío.
El objetivo de la Operación es elevar el nivel del entrenamiento militar y mejorar la efectividad de los sistemas de armas, disparando contra un objetivo de superficie, ante lo cual el ejercicio incluyó lanzamientos de misiles antibuque duales Penguin desde los helicópteros S-70B Seahawks del escuadrón HS-1 de la Aviación Naval, bombas desde los A-4KU (AF-1) Skyhawks del escuadrón VF-1 y disparos de cañones de 4,5 pulgadas desde la Fragata Defensora (F41). Como blanco se empleó un viejo remolcador radiado del servicio.
La Operación comenzó con el transporte del blanco por la Corbeta “Caboclo”, desde la Base Naval de Río de Janeiro hasta el área designada para el ejercicio. A la mañana siguiente, la Fragata “Defensora”, Capitana de la Operación, se desplegó al lugar, llevando a bordo al Comandante del Grupo de Tarea. Para preparar al personal involucrado en el ejercicio se creó un escenario ficticio creíble para apoyar la acción, el cual comenzó cuando un barco mercante, sospechoso de estar involucrado con una organización extremista, monitoreado por el Comando de Operaciones y Protección Marítimas de la Amazonía Azul, atacó una plataforma petrolera brasileña. En respuesta, se movilizó la División del Segundo Escuadrón para neutralizar al enemigo.
Los primeros disparos fueron realizados por helicópteros SH-16, que lanzaron misiles aire-superficie Penguin para impactar simultáneamente en el objetivo. Luego, un caza AF-1 lanzó bombas de baja resistencia de propósitos generales, desde altitud media y alta, y disparó sus cañones de 20 mm contra el objetivo.
El control aéreo durante el lanzamiento de las bombas estuvo coordinado por un helicóptero AH-15B Super Cougar, con indicativo Pegasus, dirigiendo los ataques de helicópteros y cazas.
Luego, la tripulación de la Fragata Defensora se preparó para realizar disparos de superficie con el cañón de 4,5 pulgadas. El ejercicio contó también con la participación de un destacamento de Buzos de Combate de Operaciones Especiales de la Armada, encargados de infiltrarse en el objetivo para activar el dispositivo generador de calor y la carga explosiva.
Además, colaboró la Fuerza Aérea Brasileña, con un avión P-95 Bandeirulha, que limpió la zona, asegurando que no hubiera otras embarcaciones o aeronaves presentes durante las acciones. Los distintos tipos de armas utilizadas culminaron con el hundimiento del objetivo.
Comments