Por Ignacio Montes de Oca
El ataque de Hamas a Israel conmovió al tablero del poder mundial y obligó a los países a posicionarse frente al nuevo conflicto. Vamos a revisar cómo se organizan los apoyos a cada bando y los intereses en juego en esta nueva crisis.
Vamos a ordenar las posturas comenzando por los países que apoyan la acción de Hamas, porque es el factor que inició el conflicto y, por ende, los que pueden colaborar o facilitar para que se sostenga o se expanda más allá de Gaza. Comencemos de mayor a menor.
El más obvio es Irán, que a través de Al Quds, el brazo exterior de la Guardia Revolucionaria financia y arma a las tres principales facciones que atacan a Israel: Hamas y la Yihad Islámica en Gaza y Hezbollah en el sur de El Líbano y Siria. Su apoyo al ataque es claro y contundente.
El apoyo iraní es mayor que esas tres organizaciones. El vínculo con el ayatola de Irak Sistani facilitó el llamado a los 19 millones de chiitas iraquíes para que se sumen a la lucha del lado de Hamas. La poderosa Fuerza de Movilización Popular, ya anunció su participación.
Por ser satélites y dependientes del apoyo financiero de Irán, los hutíes de Ansar Allah que combaten al gobierno de Yemen también apoyaron a Hamas. Gholamali Rashid, general de las fuerzas islámicas de Irán, anunció que estos grupos se iban a conjurar contra Israel.
Hagamos números. Sin intervenir directamente, Irán está invocando potencialmente a 25.000 milicianos de Hezbollah, 60.000 de las Fuerzas de Movilización Popular de Irak y a 10.000 combatientes hutíes. Se suman a los 30.000 milicianos de Hamas y a los 3.000 de la Yihad Islámica.
No se trata solo de una cantidad enorme de tropas. Hezbollah recibió de Irán miles de misiles y cohetes y tecnología para producir otros tantos con los que pueden amenazar a todo el territorio de Israel. Y con la profundidad de su retaguardia plantean un grave dilema.
Se estima que Hezbollah posee cerca de 60.000 misiles y cohetes en su arsenal. Como referencia, Hamas lanzó unos 5.000 en su última campaña. Hay que sopesar la capacidad que podría tener el grupo proiraní para saturar las defensas del Iron Dome iraní.
Pero además Hezbollah dista de ser una organización que usa tecnología básica o arcaica. La inteligencia israelí cree que, entre otros, tiene misiles “Khalij Fars” de factura iraní con un alcance de 300 km y antibuques “Ghadir” del mismo origen y 200 km de autonomía.
Israel no tiene modo de afrontar un ataque de Hezbollah y sus socios sin adentrarse en territorio sirio y libanés, e incluso llegar tan lejos como Irak en donde sus adversarios pueden buscar refugio o colocar instalaciones logísticas y de entrenamiento claves para sostenerse.
Siria y El Líbano, que albergan a Hezbollah y participan del tráfico de armas hacia Gaza, no condenaron el ataque y dieron un apoyo implícito con su silencio. Además, movilizaron tropas hacia la frontera con Israel y fueron funcionales a Hamas amenazando un segundo frente.
Jordania se movió en sentido opuesto y abrió sus bases a EEUU ante la eventualidad de un conflicto en la región. La corona hechemita y su postura es clave para impedir que los contingentes de irregulares aumenten sus ataques a Israel en Cisjordania.
El otro flanco de Israel está en Egipto, que mantiene un delicado equilibrio para no definirse. La presencia de grupos islámicos violentos como el movimiento Hassam, El Consejo de la Shura y Al Gama´a Al Islamiya operando en su territorio, le obligan a actuar con cautela. De confirmarse que el ministro de inteligencia de Egipto avisó en reiteradas oportunidades al primero ministro israelí sobre una acción inminente de Hamas, la postura de ese país deja de ser tan neutral al punto de haber tomado posición al advertirle sobre el ataque. Egipto controla la entrada oeste de Gaza, que es la clave para que sus pobladores – y Hamas– rompan el cerco que estableció Israel ayer a la mañana. Egipto no quiere recibir a de miles de refugiados y mantiene restringido a ese paso para que tampoco ingresen “voluntarios”
Cada vez que ocurre un conflicto en el mundo musulmán y se invoca a una yihad contra un adversario externo al islam, aparecen “voluntarios” de otros estados. Las manifestaciones a favor de Hamas en Yemen, Barein, Kuwait, Qatar, Omán y otros estados, hacen previsible su llegada.
El gobierno talibán en Afganistán también apoya a Hamas y ofreció acercar sus muyahidines para sumarlos. En concreto, le pidió a Irán, Irak y Jordania que habiliten un corredor para que sus combatientes participen de “la toma de Jerusalén”. Salvo Jordania, se trata de países que apoyan a Hamas.
Otro país que apoyó la acción de Hamas responsabilizando a Israel fue Argelia, un aliado de Rusia y ahora es tiempo de analizar la postura de Putin. Lo más obvio es que Irán es hoy su aliado más estrecho junto a Bielorrusia por lo que por traslación el Kremlin no apoya a Israel.
Rusia se negó a tomar una postura de condena contra Hamas y jugó con la idea de negociar las fronteras de 1967, un pedido que tuvo un dejo de burla en el momento en que se conocían los detalles de la masacre y el secuestro masivo de civiles israelíes.
Hackers vinculados al servicio de inteligencia ruso participaron de una acción contra páginas del gobierno israelí en el momento del ataque de Hamas y el Kremlin uso su aparato de propaganda en las redes para legitimar el ataque terrorista contra Israel. Es otro indicio. Rusia es un animal que tiene cuatro patas, cola, dice miau pero niega ser un gato. Para más evidencia, en la reunión de ayer del Consejo de Seguridad de la ONU, bloqueó con su poder de veto, junto a China, una declaración de condena contra Hamas. Después volvemos con China.
Detrás de esa postura, se alineó el apoyo a Hamas entre las naciones que forman parte del pelotón de estados que votan todo junto a Rusia. Venezuela, Nicaragua y Cuba acusaron a Israel por la violencia y sus partidarios salieron a las redes a justificar la violencia de Hamas.
Nos queda Qatar, que no tardó en aclarar su posición al afirmar que “Israel es el único responsable de la escalada”. El pequeño pero millonario y mundialista estado petrolero es un aliado histórico de Irán y la plataforma para financiar a los grupos proiraníes. Qatar tiene dos adversarios regionales que son Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, que compiten por el liderazgo del sunismo árabe contra los qataríes y su aliado chiita, Irán. Esto merece ser explicado un poco mejor porque influye en el escenario futuro.
El ataque de Hamas congeló el acuerdo entre saudíes y emiratíes por un lado e israelíes por el otro, bajo el auspicio de los EEUU. El arreglo le daba a Israel seguridad y acceso a inversiones, a los dos países árabes peso político y a EEUU le permitía regresar como actor regional.
Qatar desnudó la trama para torpedear el acuerdo con Israel, que debilitaba el peso de su aliado iraní en la disputa por el control del espacio islámico de Medio Oriente. Los qataríes quedaron del lado de los palestinos radicalizados y sunitas que rechazan el liderazgo wahabita. Sucede que, además, ahora los saudíes y emiratíes deberán afrontar otra vez el riesgo de los ataques hutíes apoyados por Teherán y del cierre los pasos por donde se exporta el petróleo del que dependen sus economías si el conflicto se expande al involucrar directamente a Irán.
El juego del multipolarismo con Rusia a través del manejo de las cuotas de producción del petróleo y el ingreso a los BRICS dejó a ambos países en una trampa al compartir un espacio en el que sus intereses se contradicen con el de otros socios como Irán y China.
Es por eso que los Emiratos Árabes Unidos expresaron públicamente su solidaridad con Israel y el gobierno saudita salió a aclarar que el acuerdo con ese país no estaba muerto y que el contacto seguirá a la espera de un momento más propicio para reiniciar la negociación.
Llegamos así a los que apoyan explicita o solapadamente la acción de Hamas para dedicarnos a los estados que intentan hacer equilibrio y mostrarse neutrales. Es el caso de China, que se negó a condenar el ataque y volvió a pedir negociaciones entre el humo de las explosiones. A través de su ministro de relaciones exteriores Zhan Ho encontró la fórmula retórica para ofrecer un te bien tibio al “condenar todos los ataques contra los civiles”. Luego, ayudó a bloquear una condena a Hamas en el Consejo de Seguridad de la ONU.
China era uno de los afectados por el acuerdo saudí-emiratí-israelí y la nueva coyuntura le conviene porque anula el reingreso de EEUU como mediador de conflictos en Medio Oriente. Pero además no puede ofender a Irán que es su vaca petrolera low cost y socio regional.
Turquía también sirvió un café tibio y Erdogán expresó que "A la luz de los sucesos de esta mañana en Israel, invitamos a todos los bandos a actuar con moderación y evitar movimientos impetuosos que hagan subir la tensión". Sus motivos son aún más complejos. Si bien Turquía e Israel son parte de la misma alianza que apoya a Azerbaiyán y tienen buenas relaciones, también hay que notar que dos días antes del ataque de Hamas el gobierno turco condenó la acción israelí contra la mezquita de Al Aqsa y las redadas en Gaza.
Esta vez, por un hecho mucho ms grave que afectó a Israel, Ankara se mostró moderado y llamó a negociar. Hay razones históricas que explican lo que parece una anomalía. Turquía se considera protectora de los palestinos invocando su presencia en la zona en tiempos otomanos. No es solo un postureo, sino el modo en que Erdogan busca convertirse en mediador en el conflicto y ganar peso como potencia en la zona. Pero además Turquía tiene un 95% de población musulmana y los festejos de los simpatizantes de Hamas en su país son una advertencia seria.
Hay más factores que contempla Erdogán. Ahora Turquía está envuelta en una nueva ofensiva contra los kurdos y la causa palestina puede provocar simpatías extras en el exterior por sus métodos militares y por el reclamo que hacen los que buscan recrear el Kurdistán. Otro motivo para moverse con cuidado es el proyecto para construir un gasoducto desde Israel y Egipto hasta Turquía para abastecer al mercado europeo con un costo de 1.500 millones y participación de capitales estadounidenses. Toda cuenta a la hora de decidir una postura.
El secretario de estado de EE. UU., Anthony Blinken apuró públicamente a Turquía para que condene a Hamas, pero Erdogán respondió con un llamado a las negociaciones haciendo equilibrio para no volver a resquebrajar las relaciones ahora que Washington accedió a venderle armas.
El último factor es la presencia de Rusia en Siria. Turquía ocupó de facto parte del norte sirio y sabe que un deterioro en la situación provocaría un mayor interés de EEUU que también tiene presencia en ese territorio y desplazar a Ankara como uno de los jugadores centrales del juego.
El otro gran jugador es India, aliado de Israel y cada vez más cerca de Occidente, que no tardó en condenar el ataque. Se le suma la tradicional rivalidad con sus vecinos pakistaníes y la comunidad musulmana de su periferia. Los baratíes llamaron a las cosas por su nombre.
Entre los países emergentes la condena fue mayoritaria. Brasil, México y el resto de los países democráticos de Latinoamérica se alinearon en respaldo de Israel. La nota la dio el colombiano Gustavo Petro, que arruinó el clima comparando a Israel con los asesinos de Auschwitz.
El gobierno argentino apuró una condena, aunque la vicepresidente Cristina Kirchner prefirió un tono ambiguo para no ofender a sus socios iraníes. Argentina tiene la quinta comunidad judía más numerosa del mundo y fue atacada por Hezbollah en dos oportunidades.
Queda Claro que los EEUU respaldan de manera irrestricta a Israel y han movilizado al grupo de tareas del Mediterráneo con su portaaviones más poderoso, el USS Gerald Ford, como apoyo a las acciones militares que planean los israelíes en Gaza y otros escenarios que surjan.
También, los norteamericanos les abrieron la reserva de armamento que guardan en Israel y avisaron que darán curso a los pedidos de equipos occidentales y activos de información que requieran los israelíes. Washington aclaró que además tiene a Irán en su mira.
Ucrania e Israel intercambiaron solidaridad por una sugerencia de cambio de postura. Hasta ahora Israel se había mantenido ambigua respecto a la invasión rusa. El alineamiento que surge del nuevo escenario y la alianza ruso persa posiblemente hará acercar a ambos países.
Pese a su variedad política, la Unión Europea condenó en su conjunto la acción de Hamas y anunció la suspensión de la ayuda a Palestina, aunque luego modificó su postura y optó por una auditoria para asegurarse que los fondos no sirvan para financiar al terrorismo en Gaza.
Francia y Alemania emitieron una declaración por separado que dice “el terror no vencerá, el odio no vencerá. Israel tiene todo el derecho a defenderse y protegerse a sí mismo y a sus ciudadanos. En estas horas oscuras, Alemania y Francia están firmemente al lado de Israel”.
Alemania, una de las fuentes de financiamiento de Gaza, anunció que suspenderá la asistencia. Aquí es donde entra otro factor diplomático que involucra de un modo diferente a un conjunto de países y tiene que ver con el formato del ataque elegido por Hamas. La decisión de Alemania tiene mucho que ver con el impacto de las imágenes del cuerpo vejado de Shani Louk, la turista alemana de 22 años que forma parte de los 260 asesinados por los terroristas de Hamas en la fiesta realizada cerca de la frontera de Gaza. Entre los masacrados y secuestrados se cuentan hasta ahora 23 tailandeses, 15 argentinos, 11 estadounidenses, 10 nepalíes, 3 brasileños, 3 mexicanos, 2 españoles, 2 británicos, un filipino, 1 panameño y un niño francés tomado como rehén. Ya es un conflicto con muchos lados.
Al haber atacado de un modo indiscriminado y haber excedido su prometida venganza contra los habitantes de Israel, Hamas involucró a decenas de naciones en un problema que va más allá de Gaza y que afecta de manera directa a sociedades que se consideraban ajenas al conflicto. Los diplomáticos de esos países deben negociar para liberar a los rehenes y los países que aportaron ciudadanos a la lista de masacrados difícilmente podrán tomar una posición ambigua frente al ataque terrorista. La crisis, se extiende más allá de Israel y Gaza. La brutalidad de las imágenes que los propios terroristas se encargaron de difundir acabó con cualquier margen para que gobiernos refractarios con Occidente como Brasil, México y Argentina, o con moderación progresista como Alemania, se declaren neutrales en la crisis. Pero, además, la situación superpone la necesidad de rescate con la de condenar a los atacantes. Hamas creó un infierno diplomático y a la crisis en un continuo hasta que los rehenes recuperen la libertad. Lo que no lograron con los secuestros es sumar adhesiones.
De este modo el tablero de Medio Oriente se internacionalizó de hecho. La ferocidad del ataque y las consecuencias que tendrá en el futuro obligarán a los estados a tomar partido. Incluso los que hacen equilibrio deberán hacerlo habida cuenta la gravedad que toma la crisis. Es solo el punto inicial de un cambio en el tablero del poder global que podrá ser más profundo si involucra directamente a más naciones y fuerza la conversión de alianzas en medidas concretas contra los integrantes del bando opuesto.
Este artículo se publica en la víspera del avance de Israel sobre Gaza, un evento que puede disparar reacciones y detonar respuestas imprevisibles. Por ahora tenemos este punto de partida, luego veremos cómo queda el tablero o lo que queda de él cuando hablen las armas.
PS: recuerden que siempre estamos hablando de personas que integran sociedades y países. El riesgo de tomar estas descripciones como un juego es creer que al terminar todos vuelven a su caja hasta la siguiente partida. Analizar sin corazón hace a los resultados una nueva desgracia
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