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Pensar la fuerza futura a la luz de la competencia continua en la guerra adaptativa


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Por Alejandro Moresi


La guerra sigue siendo, desde el principio de los tiempos y hasta nuestros días, una cuestión estrictamente humana e incomprensible, surgida de la necesidad de ejercer el poder a través del dominio de la voluntad del oponente.

Los escritos sobre la guerra son variados y el siglo XXI ha dado numerosos y muy interesantes puntos de vista en función de los avances tecnológicos, no obstante, los tradicionales como Sun Tzu con el “Arte de la Guerra” y Clausewitz en “De la Guerra”, conservan vigencia, porque trataron la problemática desde la profundidad del alma humana.

Desde la perspectiva de la Estrategia Militar, la advertencia de Clausewitz acerca de establecer ¿cuál es el conflicto que viene y como prepararse?, es un desafío para quienes trabajan en ese estadio de la estrategia, ya que en general la tendencia nos lleva a prepararse para el conflicto que fue.

Cuestiones como los conflictos en la zona gris, las estrategias híbridas, la lawfare, la guerra de la información, la guerra cognitiva, el uso de enjambre de drones, las posibles aplicaciones de las tecnologías propias de la cuarta revolución industrial[1] y la diversidad de formas de enfrentamiento interestatal como como son los casos de Ucrania vs Rusia, Iran vs Israel y EE.UU., India vs Pakistán, acarrean dificultades para establecer la lógica de empleo de las Fuerzas Armadas y cual debería ser la preparación adecuada de éstas para el conflicto que viene.

El concepto de competencia continua licúa el concepto de guerra y paz permitiendo a los estados poder involucrar a sus Fuerzas Armadas en problemáticas propias del siglo XXI, muchas de ellas planteadas por debajo del nivel de la guerra formal, el concepto de: "Si quieres paz, prepárate para la guerra" (Si vis pacem, para bellum), en la competencia continua genera un enfoque multidimensional, más allá de lo estrictamente militar. Ello implica actuar (1) Antes del conflicto: Dominando la información y la economía. (2) Durante el conflicto: Engañando y desgastando al enemigo sin enfrentamientos directos. (3) Después del conflicto: Asegurando una paz estable (ej.: reconstrucción con influencia).

La competencia continua no anula el concepto de la trinidad expuesta por Clausewitz, sino que lo potencia incluyendo actores no estatales (corporaciones tecnológicas, hackers, milicias privadas), donde el "pueblo" es global: la opinión pública se forma en redes sociales, y las guerras se ganan/pierden también en TikTok.

Esta trinidad implica actualmente involucrar al pueblo como un blanco (guerra cognitiva) y al gobierno: en conjunción con actores no estatales, empresas, organismos internacionales, donde la cuestión militar requiere de decisiones algorítmicas, autonomía, sistemas sinérgicos e interagenciales para lograr una estrategia de supervivencia del estado.

Las cuestiones que pareciera que pueden desprenderse como importante para un análisis en principio estarían relacionadas con:

1.    La batalla por la narrativa (redes sociales, cultura) es tan crucial como la militar, ellas tienen el potencial para dividir los países desde dentro o potenciar la adhesión de la sociedad. Algunos aspectos a considerar en esta batalla son:

a.              El control de fake news masivas: mediante el empleo de IA generativa que inunden redes sociales con versiones alternativas de la realidad[2].

b.              Manipulación emocional: empleando algoritmos que detectan estados emocionales (mediante análisis de lenguaje en redes) y a partir de ello pueden disparar contenido para exacerbarlos[3].

c.              La construcción o destrucción de la cohesión social: se logra mediante el empleo de IA que identifica fracturas sociales (étnicas, religiosas, políticas) y las amplifica o mitiga diferentes tipos de discursos[4].

d.              Alimentar la resiliencia será clave, para sobrevivir ante ciberataques, pandemias, crisis energéticas en un mundo interconectado que viene.

 

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2.    La cohesión y cultura de la sociedad: Ganar las mentes es la batalla por la narrativa es el potenciador de la real capacidad militar. La guerra cognitiva según Haitao consiste en “Tomar el control del cerebro; ello se ha convertido en el objetivo final de la guerra en el dominio cognitivo” (Haitao, 2022), al respecto la OTAN afirma:

La ventaja en la guerra cognitiva reside en quién toma la iniciativa y elige el momento, el lugar y los medios de la ofensiva. La guerra cognitiva puede librarse mediante diversos vectores y medios. La transparencia de las redes sociales permite a los adversarios atacar fácilmente a individuos, grupos selectos y al público en general mediante la mensajería, la influencia en redes sociales, la publicación selectiva de documentos, el intercambio de vídeos, etc.

Una defensa adecuada requiere, como mínimo, ser consciente de que se está desarrollando una campaña de guerra cognitiva. Requiere la capacidad de observar y orientarse antes de que los responsables de la toma de decisiones puedan actuar. Las soluciones tecnológicas pueden proporcionar los medios para responder a algunas preguntas clave: ¿Hay una campaña en marcha? ¿Dónde se originó? ¿Quién la está llevando a cabo? ¿Cuáles podrían ser sus objetivos? Nuestra investigación indica que existen patrones en estas campañas que se repiten y pueden clasificarse. Incluso pueden proporcionar "señales" únicas de actores específicos que pueden ayudar a identificarlos (NATO, 2021).

La posesión de una narrativa positiva a los objetivos políticos potencia las capacidades militares, tanto, así como una narrativa negativa las reduce. En un mundo interconectado que viene, la resiliencia (ante ciberataques, pandemias, crisis energéticas) será clave.

 

3.    Los períodos temporales que afectan a la estructura de la fuerza futura en el corto plazo dependen de las capacidades reales que se poseen. El tema que se trata se encuentra relacionado con los llamados “planes de largo plazo”, donde un tiempo prudente se sitúa alrededor de los 20 años, en los cuales se establecen para alcanzar dicha capacidad “planes de desarrollo” o medio plazo que en sus sucesivas ediciones irán integrando la capacidad final, pueden estar conformados en períodos de 4 o 5 años.

4.    Aspectos a tener en cuenta para establecer la fuerza futura: algunos de las exigencias que se esperan posean las fuerzas futuras se relacionan con:

a.                       Los ambientes operacionales: en un concepto de competencia continua, juegan un papel trascendental, ya que en cada uno de ellos se irá definiendo el avance o retroceso en los objetivos políticos que se fijen. Los ambientes operacionales (aire, mar, tierra, espacio, ciberespacio y cognitivo constituyen el terreno en el cual se ejecutarán las operaciones cinéticas y no cinéticas militares y no militares). Y la interrelación que entre ellos y los recursos aplicables en tiempo real que configura lo que se ha dado en llamar “multidominio”. Los nuevos "terrenos": como las cadenas de suministro globales o el clima, requieren de la flexibilidad y adaptación, serán esenciales. Por ejemplo: poseer una adecuada conciencia situacional espacial permitirá el control de satélites y empleo de las órbitas terrestres; en el ciberespacio: detectar las situaciones de hackeo de redes eléctricas o financieras; en el clima el empleo de geoingeniería para causar sequías/inundaciones en territorio enemigo, en palabras de Sun Tzu: "El general que no comprende el terreno está condenado" (Tzu & SunPin, 2015, pág. cap10).

b.                       Recursos disponibles y necesarios: un conflicto futuro multidimensional, la superioridad dependerá de la integración de recursos materiales, humanos y tecnológicos, que se esperaría en cada dimensión:

·                                   Campo Cognitivo: Guerra psicológica, información, toma de decisiones, en lo material se requeriría IA avanzada (modelos predictivos) para generar/combatir desinformación, supercomputadoras para análisis de big data (ej.: predicción de comportamientos sociales) y plataformas de control narrativo. Contar con sociólogos, neurocientistas, psicólogos, antropólogos y lingüistas para diseñar propaganda hiperdirigida, hackers éticos y equipos de counter-trolling; analistas de datos, expertos en machine learning, será imprescindible.

·                                   Ciberespacio: en lo material: Infraestructura de ciberseguridad (firewalls cuánticos, redes zero-trust), centros de datos soberanos (para evitar dependencia de AWS/Google), herramientas de ataque (malware IA-autónomo). En RRHH, equipos de respuesta rápida (Comando de Ciberdefensa), hackers con habilidades en IA ofensiva, legislación para protección de infraestructura crítica.

·                                   Espacial: Satélites en orbitas baja, medio y geoestacionarios con capacidad de comunicaciones, para tener servicios soberanos de comunicaciones, posicionamiento e inteligencia, control de misión y desarrollos nacionales para acceso al espacio. Con amplia capacidad de mantener una adecuada conciencia situacional espacial. RRHH tales como ingenieros aeroespaciales especializados en defensa orbital y astroestrategas para doctrinas de combate espacial

·                                   Terrestre, Marítima y Aérea: medios materiales: robots autónomos, flotas de drones submarinos, aviones de 6ª generación (IA como copiloto). En RRHH operadores de drones (remotos o autónomos), logísticos expertos en cadenas de suministro resilientes. Esto no deja de lado las capacidades convencionales que permiten asegurar la soberanía territorial

·                                   Superioridad Climática y Geoingeniería: recursos materiales: Tecnología de modificación climática (como la siembra de nubes[5]), Sensores globales para monitorear cambios ambientales, en los RRHH es deseable climatólogos militares para predecir/explotar eventos extremos, expertos en derecho ambiental para evitar sanciones

·                                   Control de Cadenas de Suministro: inicialmente es necesaria capacidad de resiliencia logística Recursos materiales Reservas estratégicas de materiales y materias primas estratégicas en las capacidades tecnológicas y de producción propias, blindar la infraestructura de transporte (puertos automatizados, rutas alternas) en los RRHH Analistas de riesgo geopolítico (para evitar cuellos de botella como el Estrecho de Malaca), ingenieros en minería urbana (reciclaje de materiales críticos)

c.                                 Tecnologías alcanzables: Dominar las tecnologías relativas a IA, computación cuántica, energía avanzada, nanotecnología Integración tecnológica: IA + automatización + datos. Desde la perspectiva de los RRHH, es importante poseer una base de datos del conocimiento quien saber hacer que cosa y donde está, ello implica todas las formas de talento especializado (desde hackers hasta climatólogos).

 

"El éxito en el futuro en mucho puede depender del dominio de los flujos de información, los recursos críticos y la voluntad del propia para imponerse al adversario sin necesidad de destruirlo."


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A la luz de estos incentivos, una formula permitiría comprender y tener en cuenta los aspectos condicionantes que la estrategia militar debiera tener en cuenta para enfrentar el conflicto continuo y adaptativo que pareciera es el conflicto futuro.

La propuesta es:

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Como emplear la Formula

La fórmula es “modelo conceptual” que evalúa la capacidad de un Estado para sostener un conflicto futuro multidimensional. Su aplicación requiere cuantificar variables complejas y simular interacciones estratégicas. La presente es una propuesta de aplicación paso a paso que intenta integrar los conceptos analizados previamente:


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Paso 1: Descomposición de Variables

 


 

Propuesta: Índice Multidominio Personalizado (MDI)

Propuesta de Matriz para construcción de un índice PR:

Dominio

Fuente Base Recomendada

Peso (%) sugerido

Tierra

GFP, Military Balance

15%

Mar

GFP, Military Balance

15%

Aire

GFP, Military Balance

15%

Espacio

SWF, IISS Space Report

15%

Ciber/información

Belfer Index, RAND StratCom Reports

15%

Electromagnético

CSIS Reports, NATO EMSO publications

10%

Cognitivo

RAND, NATO StratCom, publicaciones chinas

15%

Previo al uso de la matriz se deben ecualizar los indicadores en unidades similares

Esa matriz podría ser una posibilidad para evaluar y comparar fuerzas regionales o desarrollar un índice de superioridad estratégica multidominio (ISMD) aplicable a ejercicios académicos o de planeamiento estratégico militar



 

Propuesta de Matriz para construcción de un índice RR:

Componente

Fuente principal

Peso sugerido (%)

Recursos humanos en I+D

UNESCO UIS, OECD

25%

Gasto en I+D como % del PBI

GII, OECD

20%

Infraestructura industrial

UNIDO, WDI

20%

Producción de conocimiento (papers, patentes)

GII, WIPO

15%

Empresas tecnológicas / startups

GII, Banco Mundial

10%

Conectividad y TIC

WDI, GII

10%

Previo al uso de la matriz se deben ecualizar los indicadores en unidades similares

Esta Matriz permite colaborar en la construcción de un índice de recursos o armar un dashboard para comparar países o regiones



 

Paso 2: Dinámica de Ciclos (∫<sub>n</sub><sup>N</sup>)

1.                                 Cada ciclo (k) representa una iteración estratégica (ej: 1 ciclo = 6 meses-1 ciclo = 5 años, etc).

Entradas por ciclo:

·                                                           PR k = (alianzas, control territorial)

·                                                           RR k = (inversión, reservas)

·                                                           Tec k = (innovación, I+D)

Salida del ciclo:

Capacidad (k)=(PR(k)+RR(k)+Tec(k))Px CSoc

 

Paso 3: Simulación de Escenarios

Para la evaluación de escenarios se emplea el ejemplo del “Conflicto en el Estrecho de Taiwán” (China vs. EE.UU.)


 


Interpretación:

·                       - Ciclo 1: Alta capacidad por narrativa fuerte (P=1.8) y cohesión social.

·                       - Ciclo 5: abrupta caída por erosión política (P=1.2) y fractura social.

·                       - Ciclo 10: Aunque PR+RR+Tec suben, P=0.8 (crisis de legitimidad) y CSoc=0.6 (desgaste social) colapsan la capacidad.

 

Paso 4: Factores Clave de Éxito

1.                Optimizar (PR + RR + Tec):

·                                   Ejemplo: Acumular tierras raras + controlar órbitas espaciales.

2.                Mantener P ≥ 1.5:

·                                   Legitimar el conflicto con narrativas tipo "defensa nacional".

3.                CSoc > 0.7:

·                                   Usar propaganda algorítmica (guerra cognitiva) para sostener moral. Paso 5: Límites del Modelo

·                Riesgo de P negativo (ej: Vietnam para EE.UU.): Si P = -0.5, \((PR+RR+Tec)^{-0.5}\) anula capacidades.

·                CSoc → 0: Invalida toda la ecuación (ej: colapso social en Afganistán 2021).

·                Ciclos infinitos (∞): Solo viable si hay recursos ilimitados (utópico). Conclusión Aplicada: Esta fórmula es un sistema dinámico para predecir puntos de ruptura, a través del cálculo de capacidad

cada ciclo y establecer rangos de funcionamiento como, por ejemplo:

1.                            Si Capacidad < 50: Revisar \(P\) (narrativa) y \(CSoc\) (cohesión).

2.                            Si Capacidad > 200: Acelerar ofensiva (ventaja decisiva).

 

"La victoria duradera nace de sumar posiciones, recursos y tecnología, elevados por la voluntad política y multiplicados por un pueblo inquebrantable."

 

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Acerca de la propuesta

El análisis presentado demuestra que la conceptualización de la fuerza futura requiere una transformación paradigmática que trascienda los enfoques militares tradicionales. En el contexto de la competencia continua y la guerra adaptativa, los Estados deben desarrollar capacidades multidimensionales que integren de manera sinérgica los dominios físicos (tierra, mar, aire, espacio) con los emergentes (ciberespacio, información electromagnético y cognitivo).

La propuesta metodológica desarrollada, expresada en la fórmula Capacidad = (PR + RR + Tec)^P × CSoc, ofrece una propuesta conceptual innovadora para evaluar y planificar las capacidades estratégicas nacionales. Esta aproximación reconoce que la superioridad militar futura no dependerá de la supremacía tecnológica, la cantidad de recursos, la integración de posiciones relativas en los diferentes dominios, sino que todo ello es potenciado por una narrativa política coherente, cuyo factor de soporte es una sociedad resiliente en su voluntad de lucha y cohesionada culturalmente.

Algunos aspectos a considerar son:

1.                                 La centralidad de la guerra cognitiva como dominio decisivo, donde la batalla por el control de las narrativas puede determinar el éxito o fracaso de las operaciones en todos los demás dominios. Esta dimensión requiere por sobre todas las cosas una decisión política en el más alto nivel del estado sumada a capacidades específicas en inteligencia artificial, análisis de big data y operaciones de información que tradicionalmente no formaban parte del núcleo duro de las fuerzas armadas.

2.                                 Los factores multiplicadores (P y CSoc): casos históricos demuestran que fuerzas tecnológicamente superiores han fracasado cuando pierden legitimidad política o cohesión social, como evidenciaron los conflictos de Vietnam, Afganistán e Irak.

3.                                 La necesidad de adoptar una perspectiva de ciclos dinámicos, ello es la base de la adaptación continua de las capacidades en función de los cambios del entorno estratégico. La guerra futura será caracterizada por su naturaleza adaptativa, requiriendo fuerzas capaces de evolucionar rápidamente sus doctrinas, tecnologías y organizaciones.

·                                   Las implicaciones prácticas para los planificadores estratégicos implican: (1) Desarrollo de capacidades híbridas que combinen elementos cinéticos y no cinéticos; (2) Inversión prioritaria en tecnologías duales (civil-militar) con aplicaciones multidominios; (3) Creación de estructuras organizacionales ágiles capaces de integrar actores estatales y no estatales; (4) Fortalecimiento de la resiliencia nacional como factor estratégico fundamental; (5) Implementación de sistemas de alerta temprana para detectar operaciones de guerra cognitiva

 

Limitaciones y futuras líneas de investigación

El modelo conceptual requiere validación empírica a través de estudios de caso específicos y simulaciones más detalladas, investigar mejores métricas para abordar la cuantificación precisa de las variables propuestas, especialmente en los dominios cognitivo y cibernético, donde las tradicionales resultan insuficientes.

Asimismo, resulta fundamental desarrollar marcos normativos y éticos para el empleo de estas capacidades emergentes, particularmente en lo relativo a la manipulación de la información y el uso de inteligencia artificial en operaciones militares.

 

Reflexión final:

En última instancia, pensar la fuerza futura implica reconocer que la competencia continua en el siglo XXI será ganada por aquellos Estados capaces de integrar de manera coherente y sostenible todas las dimensiones del poder nacional. La fórmula propuesta es solo una herramienta analítica, cuyo objetivo es una invitación a repensar fundamentalmente cómo conceptualizamos, organizamos y empleamos el poder militar en una era de competencia estratégica permanente.

El desafío clausewitziano de prepararse para "la guerra que viene" y no para "la guerra que fue" nunca ha sido más relevante. Las fuerzas armadas del futuro deberán ser simultáneamente más letales y más sutiles, más tecnológicas y más humanas, más especializadas y más adaptables. Solo aquellos que logren resolver estas aparentes paradojas estarán preparados para prevalecer en el complejo panorama estratégico que nos aguarda.

 

"En la guerra futura, la victoria pertenecerá no solo a quien posea las mejores armas, sino a quien mejor comprenda que la mente humana sigue siendo el terreno decisivo donde se libran todas las batallas."

 


[1] La cuarta revolución industrial se caracteriza por el empleo de tecnologías disruptivas (Inteligencia artificial, computación cuántica, biotecnología, robótica, nanotecnologías, entre otras) con capacidad para potenciar el conflicto a niveles difíciles de imaginar, ello conlleva la revisar las formas y procesos para enfrentar el conflicto futuro.

[2] Por ejemplo: cuentas falsas que difunden pánico durante crisis (ej.: "Ejército X está perdiendo" en una guerra).

[3] ej.: posiciones a favor o en contra de determinados aspectos, ira contra un gobierno, miedo a migrantes, etc. Al respecto una caso a considerar es estudio que mencionas fue realizado por investigadores de Facebook, Cornell University y la University of California, San Francisco (UCSF), y se publicó en la revista académica PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences) en junio de 2014.https://news.cornell.edu/stories/2014/06/news-feed-emotional- contagion-sweeps-facebook

[4] Ej.: El Informe del Comité de Inteligencia del Senado de EE.UU. (2019), revela que la Agencia de Investigación de Internet (IRA) rusa (vinculada al Kremlin) usó bots, trolls y cuentas falsas en Twitter para difundir mensajes divisivos sobre raza, inmigración y violencia policial. https://www.congress.gov/116/crpt/srpt290/CRPT-116srpt290.pdf

[5] La siembra de nubes (cloud seeding) es una técnica de modificación artificial del clima que busca aumentar las precipitaciones (lluvia o nieve) o suprimir el granizo. Se utiliza desde los años 1940, pero ha ganado relevancia recientemente por su uso masivo en países como China, Emiratos Árabes Unidos o India.

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