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Poder aeroespacial de Argentina: La necesidad de una vigilancia espacial adecuada con los intereses nacionales

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Por Alejandro Moresi

 

La actitud pacífica de empleo del espacio por parte de la Argentina, si bien es loable, no se condice con la situación espacial del siglo XXI, donde el espacio es un ámbito de competencia continua y por ende de un conflicto permanente, aunque silencioso.

La Argentina requiere de numerosos servicios espaciales destinados a fines pacíficos, función asignada por decretos a la CONAE (Comisión Nacional de Actividades Espaciales), por ende, la vigilancia del espacio desde la perspectiva de la defensa se limita a medios virtuales. A lo largo de este artículo se intenta crear conciencia de la necesidad de vigilar el espacio como un ambiente de conflicto en el que se debe convivir y es esencial a los intereses de la nación.

La cuestión espacial está experimentando cambios significativos, con una creciente participación de actores estatales y comerciales. Este aumento en la actividad no solo genera beneficios e innovación, sino también una mayor congestión, competencia y militarización (Swope, Bingen, Young, & LaFave, 2025).

Históricamente, el desarrollo de tecnologías espaciales estuvo ligado a la Guerra Fría, donde Estados Unidos y la Unión Soviética fueron pioneros. Hoy, la creciente dependencia de los activos espaciales para la seguridad nacional, la economía y la vida cotidiana ha incentivado a más países a desarrollar capacidades espaciales y también contraespaciales, estas últimas diseñadas para engañar, interrumpir, negar, degradar o destruir sistemas espaciales (Samson & Cesari, 2025).

 

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Características del conflicto espacial (Reesman & Wilson, 2020)

A diferencia de las representaciones en la ciencia ficción, un conflicto espacial se caracterizaría por:

  1. Operaciones no tripuladas y remotas: Los enfrentamientos serían librados por vehículos no tripulados, controlados desde tierra.

  2. Restricciones de la física orbital: Las operaciones están fuertemente limitadas por las leyes de la física. Los satélites se mueven a velocidades muy altas (entre 3 y 8 km/s) en trayectorias predecibles (órbitas). Cambiar estas trayectorias requiere tiempo y una cantidad finita de combustible (medido como Delta-V[1]).

  3. El espacio es inmenso: El volumen entre la órbita terrestre baja (LEO) y la órbita geoestacionaria (GEO) es aproximadamente 190 veces el volumen de la Tierra. Esto hace que las maniobras para alcanzar un objetivo sean lentas y deliberadas, pudiendo tomar días o incluso semanas.

  4. La información es clave: La guerra moderna se enfoca en la dominancia de la información. "Controlar el espacio" no significa ocupar un territorio, sino negar al adversario el uso de sus capacidades satelitales (comunicaciones, inteligencia, navegación) mientras se protegen las propias.

  5. Conciencia del Dominio Espacial (SDA): La capacidad de detectar, rastrear e identificar objetos en el espacio (conocida como SSA o SDA) es un habilitador crítico para cualquier operación contraespacial, tanto ofensiva como defensiva.

  6. Generación de desechos espaciales: Los ataques cinéticos (que implican impacto físico) generan una gran cantidad de desechos orbitales que permanecen en órbita durante años o décadas, amenazando a todos los satélites, incluidos los del propio atacante.

 

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Formas de conflicto (Samson & Cesari, 2025)

El conflicto en el espacio se lleva a cabo a través de una variedad de capacidades ofensivas y defensivas, a menudo denominadas "contraespaciales" o "antisatélite" (ASAT). Estas se pueden clasificar en las siguientes categorías:

1.      Armas cinéticas (ataques físicos): Son armas que utilizan la fuerza física para destruir o dañar un objetivo. Ellas pueden ser misiles lanzados desde tierra, mar o aire que interceptan y destruyen un satélite mediante el impacto directo, sin entrar en órbita, son ataques rápidos (minutos u horas de advertencia), pero generan una gran cantidad de desechos espaciales peligrosos. Entre los países que han demostrado esta capacidad se encuentran los Estados Unidos (prueba en 2008 con un misil SM-3), Rusia (prueba en 2021 con el sistema Nudol), China (prueba en 2007 con un misil SC-19), e India (prueba en 2019 con un misil PDV MK-II).

2.      Ataque co-orbital: Un arma es puesta en órbita y luego maniobra para acercarse al satélite objetivo y atacarlo, ya sea destruyéndolo con un impacto, desplegando un proyectil o usando armas de potencia dirigida y no destructivas de tipo cibernéticos.

Esta situación lleva a revisar la necesidad de la vigilancia espacial. En el plano internacional, se presenta el concepto de Conciencia Situacional Espacial (SSA) y considerando las necesidades de la Defensa Nacional se habla de Dominio Situacional espacial (SDA).

 

Conciencia Situacional Espacial

La Conciencia Situacional Espacial, o SSA (del inglés Space Situational Awareness), es un concepto para la seguridad y sostenibilidad de las actividades en el espacio. Se define como el conocimiento del entorno y de las actividades espaciales humanas. Su objetivo principal es monitorear la ubicación de los objetos en órbita, predecir sus posiciones futuras y advertir sobre posibles colisiones para evitar la generación de desechos espaciales peligrosos.

El proceso de SSA incluye tres actividades clave:

1.      Detección: Identificar la presencia de objetos en el espacio.

2.      Seguimiento y caracterización: Monitorear la trayectoria de esos objetos y entender sus características.

3.      Monitoreo y predicción del clima espacial: Analizar fenómenos como tormentas solares que pueden afectar a los satélites.

En resumen, la SSA es la base para operar de forma segura y sostenible en el espacio, permitiendo una mejor comprensión de las condiciones orbitales y la prevención de colisiones. Su enfoque es principalmente civil y de seguridad de vuelo.

La Conciencia del Dominio Espacial, o SDA (del inglés Space Domain Awareness), es la versión de la SSA para la seguridad nacional. El documento "Global Counterspace Capabilities" (Samson & Cesari, 2025) explica que la SDA agrega un énfasis en la detección y caracterización de amenazas a la definición general de SSA.

Esto significa que la SDA no solo se ocupa de saber dónde están los objetos (como en la SSA), sino que busca entender sus capacidades, limitaciones y, lo más importante, si representan una amenaza potencial para los activos espaciales propios. Entre sus actividades se encuentran:

1.      Monitoreo y catalogación de objetos: es una lista de objetos espaciales, sus ubicaciones en un momento dado y predicción de su ubicación futura (Space Surveillance o SST, según la definición de la Agencia Espacial Europea o ESA), es la habilidad de localizar objetos artificiales en órbita, determinar su posición y velocidades orbitales, y anticipar su destino futuro (EU STT, s.f.).

2.      Análisis activo y caracterización: es un análisis activo que permite la identificación, caracterización y conocimiento de las acciones futuras, capacidades y vulnerabilidades de un objeto, implica monitorear y comprender el ambiente espacial, mejorando la capacidad de detectar, rastrear e identificar objetos.

3.      Prevención de colisiones: análisis de las observaciones a lo largo del tiempo para generar predicciones sobre la ubicación futura de los objetos e identificar posibles colisiones o conjunciones entre ellos. Estas alertas a los operadores de satélites permiten responder y evitar posibles choques.

 

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Métodos y tecnologías de detección y rastreo

Para llevar a cabo estas operaciones, se utiliza una combinación de activos de detección e inteligencia:

1.      Sensores terrestres y espaciales: Utilización de radares terrestres, telescopios ópticos, y detectores sensoriales espaciales[2], el objetivo es detectar cualquier actividad satelital.

2.      Rastreo híbrido: El concepto de seguimiento híbrido implica el uso de múltiples sistemas sensoriales para la detección activa y pasiva de activos espaciales incluidos sistemas virtuales redes de información.

3.      Recopilación de inteligencia (ISR): La detección de satélites implica un esfuerzo continuo de recopilación a través de diferentes tecnologías Inteligencia Electrónica (ELINT), Inteligencia de Señales (SIGINT), e Inteligencia de Señales de Instrumentación Extranjera (FISINT). Estos datos se utilizan para clasificar el satélite, decodificar sus transmisiones y configurar su monitoreo continuo.

4.      Monitoreo de comunicaciones: Identificación de las comunicaciones y telemetría de los activos espaciales, con el hardware adecuado es posible escuchar o recopilar datos de muestra de las transmisiones inalámbricas.

5.      Detección suborbital: Uso de misiones de gran altitud (globos o aeronaves) para recopilar información ELINT y fotografías de activos orbitales, especialmente en regiones geográficas con menor precisión o disponibilidad de otros métodos de detección.

 

Operaciones de intercambio de información y sostenibilidad

La coordinación activa y el intercambio de información entre diferentes actores para garantizar la seguridad y sostenibilidad espacial, que es un objetivo fundamental de la SSA/SDA.

1.        Coordinación entre proveedores: Los proveedores de SSA/SDA deben coordinarse y compartir información para mejorar sus predicciones y evitar proporcionar información contradictoria a los operadores.

2.        Intercambio de datos operacionales: Los operadores de naves espaciales deben compartir información actualizada como datos de contacto, efemérides[3], planes de maniobra y características de la nave espacial (incluido tamaño, masa, dimensiones y capacidades de maniobra). Compartir los planes de maniobra permite incorporarlos en las predicciones de ubicación futura, mejorando la precisión de los análisis de conjunciones.

3.        Divulgación de información: Los datos y la información de la SDA deben hacerse públicos por defecto, siempre que sea coherente con las leyes y normativas nacionales, para contribuir a la seguridad y sostenibilidad espacial.

 

Rol estratégico militar de la vigilancia espacial

El cambio de SSA a SDA refleja la necesidad de una mentalidad más orientada a la defensa, dado que el espacio es visto cada vez más como un dominio de conflictos.

1.      Soporte a la defensa: La SDA es esencial para apoyar las operaciones militares en los dominios aéreo, cibernético, terrestre, marítimo y espacial.

2.      Control del espacio: La SDA apoya las capacidades de Contraespacio (Counterspace), que incluyen elementos ofensivos y defensivos. Las capacidades defensivas ayudan a proteger los recursos espaciales propios. El Control del Espacio es la capacidad de usar el espacio para los propósitos propios mientras se niega el uso a un adversario.

3.      Base de vigilancia y control espacial: La comprensión de la SDA permite a los operadores que alcanzar, preservar y predecir información sensible de lo que sucede en el ambiente espacial aún en un contexto de conflictos.

4.      Seguimiento de activos militares: A diferencia de los satélites civiles, los militares no anuncian públicamente su posición. Por lo tanto, el concepto de detección satelital es un factor importante para establecer una estrategia de detección robusta de lanzamientos y rastreo continuo de activos de toda naturaleza.

 

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Concluyendo

La importancia de la vigilancia del espacio se ha vuelo un aspecto clave para los intereses nacionales y la seguridad de la sociedad, a lo largo del presente artículo se han expuesto diferentes cuestiones sobre como ejecutar la vigilancia espacial y particularmente los conceptos de SSA y SDA que poseen diferencias en:

1.       Enfoque: La SSA tiene un enfoque orientado a lo civil, científico y de seguridad de vuelo, centrado en la prevención de colisiones accidentales y la gestión sostenible del entorno espacial. La SDA, en cambio, es un concepto de defensa nacional, orientado a identificar y caracterizar amenazas para proteger los activos espaciales en un entorno que se considera un posible dominio de combate.

2.       "Conciencia" vs. "Dominio": El cambio terminológico de "Situacional" (Situational) a "Dominio" (Domain) refleja un cambio de actitud. Mientras que la SSA busca entender la situación para operar de forma segura, la SDA busca entender el dominio espacial como un área de competencia, donde los actores en conflicto pueden perjudicar los intereses propios en el espacio exterior, por ello vigilar y detectar, permite minimizar riesgos acciones hostiles que afecten los propios intereses.

3.       Intención del análisis: La SSA analiza datos para predecir conjunciones (aproximaciones) y evitar colisiones. La SDA va un paso más allá, analizando las capacidades y la intención de los objetos espaciales de otros actores para determinar si son una amenaza. Por ejemplo, el documento "Global counterspace capabilities" (Samson & Cesari, 2025) menciona que una visión del espacio como dominio de competencia exige un cambio de mentalidad de SSA a SDA, ya que el entorno se ha vuelto agresivo.

En definitiva, se podría decir que la SDA es una evolución de la SSA hacia una mejor aptitud de la Defensa Nacional. Mientras que la SSA es el conocimiento fundamental para operar en el espacio, la SDA es la aplicación de ese conocimiento con un propósito de defensa y seguridad nacional.

Volviendo la vista a la República Argentina, hoy posee instituciones con mirada en el espacio exterior, la CONAE y la Defensa Nacional a través de la FAA y el Comando Aeroespacial ejerciendo la disuasión en el Aeroespacio[4].

La capacidad de vigilancia espacial de la Defensa Nacional se encuentra limitada al empleo de sistemas virtuales de uso gratuito o cedidos por acuerdos internacionales, sin intervención de sensores que correlacionen y verifiquen la información que se estudia, hoy en la Argentina se cuenta con una estación propia en Falda del Carmen, y con acuerdos internacionales que incluyen estaciones en San Rafael (ESA), Bajada del Agrio (China) y la discutida instalación de Leo Labs.

Ha llegado la hora de pensar en la Defensa Nacional al menos en la cuestión espacial desde una perspectiva realista, dejando de lado las cuestiones civiles, militares y acuerdos internacionales para comenzar a emplear las capacidades instaladas en el territorio soberano argentino de manera integrada más allá de las cuestiones sectoriales, se debe comenzar a trabajar para la protección de nuestros ciudadanos y los intereses nacionales al menos desde una vigilancia espacial lo más optimizada posible.

 


[1] delta-V es la medida de la capacidad de maniobra de una nave espacial y es el factor limitante clave en las operaciones orbitales, ya que cada acción tiene un costo que se deduce de su presupuesto total disponible (Reesman & Wilson, 2020)

[2] Se denomina así a satélites en órbitas superiores dedicados a observar y monitorear las órbitas inferiores

[3] información precisa sobre la ubicación orbital y trayectoria

[4] El aeroespacio desde la perspectiva de la Defensa Nacional, se entiende el ambiente de operaciones comprendido por la atmósfera y el espacio exterior sin solución de continuidad

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