Reciente actualización de la Política de Defensa Nacional (PND), la Estrategia de Defensa Nacional (NDN) y el Libro Blanco de Defensa Nacional (LBDN) de Brasil.
- Ángel Rojo
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Por Angel Rojo
El 18 de noviembre de 2025, mediante el Decreto 12.725, el gobierno brasileño aprobó la versión más reciente de su marco superior de defensa —PND, END y LBDN— que orientará la planificación militar, de seguridad y política exterior del país durante el próximo cuatrienio.
La renovación periódica obedece a la lógica prevista por la Ley Complementaria Nº 97/1999, que exige revisar la política de defensa cada cuatro años.
Este nuevo ciclo incorpora elementos que reflejan la creciente complejidad del entorno internacional: competencia estratégica global, amenazas híbridas, tecnologías disruptivas, desafíos en el Atlántico Sur, la Amazonia y la seguridad cibernética. En consecuencia, el decreto no solo actualiza el marco normativo, sino que busca consolidar una doctrina de defensa adaptada a los desafíos del siglo XXI.
Este artículo analiza los contenidos y alcances del Decreto 12.725/2025, su contexto, sus implicaciones estratégicas, sus puntos fuertes y sus debilidades, con vistas a evaluar la coherencia entre aspiraciones doctrinarias y capacidad real de implementación.
Marco normativo y concepto institucional
El Decreto 12.725/2025 declara aprobadas —como anexos— la PND (Anexo I), la END (Anexo II) y el LBDN (Anexo III).
Dispone que todos los órganos y entidades de la administración pública federal deben considerar, en sus propios planes, acciones que contribuyan al fortalecimiento de la defensa nacional.
También establece que el Ministerio de Defensa coordinará la actualización de esos documentos desde 1.º de julio de 2026, lo que asegura continuidad institucional en futuros ciclos.
Finalmente, deroga los decretos anteriores (5.484/2005 y 6.703/2008), consolidando la nueva versión doctrinaria como marco vigente.
En ese sentido, la tríada PND- END-LBDN constituye el marco jerárquico superior de la defensa brasileña: la PND fija los principios y objetivos nacionales; la END traduce esos objetivos en estrategias y prioridades; y el LBDN es el instrumento de transparencia, planificación y rendición de cuentas.

Contenidos esenciales y prioridades estratégicas
Soberanía, territorio y ámbitos prioritarios
Entre los principios fundamentales de la PND figura la defensa de la soberanía, la integridad territorial y los intereses nacionales. Se destaca la Amazonia y el Atlántico Sur como áreas de especial atención estratégica.
Del mismo modo se reconoce la vastedad territorial de Brasil, la diversidad geográfica, demográfica y socioeconómica, así como la distribución desigual de población y desarrollo, lo que exige un enfoque diferenciado según regiones.
La “Amazônia Azul” —la zona marítima jurisdiccional brasileña— aparece explícita como prioridad para la Marina, junto a otras áreas críticas como la costa de Santos a Vitória, la Margem Equatorial, la Bacia da Foz do Amazonas, la Elevação do Rio Grande y las islas oceánicas.
Disuasión estratégica, proyección y defensa multidimensional
El documento reconoce la necesidad de dotarse de capacidades militares modernas, resilientes y adaptativas frente a amenazas asimétricas, cambios en el escenario internacional y competencia estratégica global.
Asimismo, la END supone una guía para el desarrollo de capacidades del Estado, incluyendo medios convencionales, cibernéticos, espaciales y tecnológicos, en un marco de defensa contemporánea renovada.
Fortalecimiento de la Base Industrial de Defensa (BID) y autonomía tecnológica
Un eje central del nuevo marco es impulsar la industria nacional de defensa como pilar de la soberanía estratégica. El decreto reafirma la BID como componente esencial del poder nacional e indica que las políticas públicas deben orientarse a promover su desarrollo, innovación y producción local.
La versión 2025 da un giro claro hacia la reducción de dependencias externas, estimula la innovación, la transferencia tecnológica y la cooperación con institutos de ciencia y tecnología, como parte de una estrategia integral de desarrollo nacional.

Gobernanza, transparencia y participación institucional
El decreto establece que la planificación de defensa no queda circunscripta al Ministerio de Defensa: todos los órganos federales deben incorporar la defensa nacional en sus planes.
Adicionalmente, la END y el LBDN buscan institucionalizar una gobernanza más participativa e integrada, implicando al Estado, al sector privado, a la academia y eventualmente a la sociedad civil —una modalidad propia de las doctrinas modernas de seguridad nacional.
El LBDN, por su parte, funciona como herramienta de transparencia y diplomacia: al difundir las capacidades militares brasileñas, sirve para fortalecer la confianza internacional y facilitar la cooperación.
Implicaciones estratégicas
Integración de defensa, desarrollo y política exterior
El nuevo marco refuerza la idea de que la defensa no es un ámbito separado, sino transversal: implica desarrollo industrial, protección ambiental, soberanía territorial, seguridad energética, infraestructura crítica, ciencia & tecnología, y proyección internacional.
De esta forma, la defensa se inserta en la estrategia del Estado hacia una autonomía estratégica: Brasil aspira a asegurar su posición regional y global sin depender exclusivamente de proveedores extranjeros.
Enfoque multidominio y adaptación a amenazas contemporáneas
La inclusión explícita de dominios no tradicionales —marítimo, espacial, cibernético, tecnológico— indica una visión moderna de la seguridad: no solo disuasión convencional, sino capacidad de respuesta a amenazas híbridas, guerra asimétrica, uso estratégico del espacio y defensa de infraestructuras críticas.
Este enfoque encaja con tendencias globales: muchos países redefinen su defensa a partir de capacidades multidominio, flexibles y tecnológicas.

Impulso a la industria nacional y cadenas productivas sensibles
Al reforzar la BID, el decreto legitima políticas industriales de defensa, inversión en I+D, transferencia tecnológica, offset, cooperación civil-militar. Si se implementa, puede dar impulso a varios sectores estratégicos: aeroespacial, naval, electrónica, defensa cibernética, transporte, infraestructura crítica.
Este tipo de decisión es clave para países con aspiraciones estratégicas: una industria propia permite reducir dependencias, controlar cadena de suministros y preservar soberanía tecnológica.
Transparencia, rendición de cuentas y legitimidad pública
Con el LBDN como instrumento de rendición de cuentas y transparencia, la defensa se presenta abierta al escrutinio nacional e internacional. Esto puede mejorar la legitimidad de inversiones en defensa, facilitar la cooperación externa y alinear la política de defensa con los valores democráticos.
Desafíos, tensiones y posibles limitaciones
Sin embargo —y aquí radica el análisis crítico—, la materialización de este ambicioso marco doctrinario dependerá de múltiples factores, algunos de ellos estructurales:
Financieros y presupuestarios
El discurso de la PND/END/LBDN exige recursos significativos: modernización de Fuerzas Armadas, inversión en industria, I+D, mantenimiento, desarrollo tecnológico, infraestructura. Brasil históricamente ha sufrido restricciones presupuestarias que limitan este tipo de ambiciones. Hay un riesgo real de que el marco quede como una “hoja de ruta aspiracional”, sin correspondencia entre objetivos y medios.

Capacidad industrial real
La BID ha sido tradicionalmente débil frente a demandas de alta tecnología. Reforzarla implica no solo presupuesto, sino también inversión sostenida en I+D, formación, transferencia tecnológica, asociaciones público-privadas, logística y mantenimiento. Sin un plan concreto de implementación, el riesgo de dependencia externa persiste.
Gobernanza y coordinación interministerial
El decreto prevé que todos los órganos federales integren la defensa en sus planes. Sin embargo, esa multiplicidad puede generar conflictos de prioridades, falta de coherencia, burocracia excesiva o dispersión de responsabilidades. La coordinación efectiva será clave — e históricamente, un desafío en Brasil.
Legitimidad social y equilibrio con otras políticas públicas
Dedicar recursos crecientes a defensa puede generar tensiones con otras áreas: salud, educación, medioambiente, desarrollo social. La narrativa oficial incluye protección de la población y soberanía, pero la sociedad debe percibir beneficios claros y proporcionalidad democrática.
Riesgo de ambigüedad estratégica
La amplitud doctrinaria —defensa territorial, Amazônia, Atlántico Sur, ciberespacio, BID, diplomacia, proyección global— puede resultar en un marco demasiado genérico. Si no se priorizan áreas concretas, hay riesgo de dispersión: “todo es prioridad” y nada se ejecuta con eficacia.
Comparación con versiones anteriores y continuidad doctrinaria
La PND/END anteriores (2005, 2008, 2012, 2016, 2020) ya definían soberanía, defensa territorial, protección de Amazônia, Atlántico y fronteras, BID, cooperación internacional y modernización militar.
Lo que cambia en 2025 es la ampliación del espectro estratégico, incorporando explícitamente dominios tecnológicos, cibernéticos, espaciales y de seguridad híbrida; un enfoque estructural hacia la industria nacional y la visibilidad internacional mediante el LBDN. Esto representa una evolución doctrinaria hacia una defensa multidimensional y moderna.

Recomendaciones para la implementación
Para que el Decreto 12.725/2025 no quede en mera declaración de intenciones, deberían considerarse los siguientes pasos:
Asignación presupuestaria sostenible y escalonada, acompañada de un plan plurianual claro que priorice proyectos estratégicos con retorno tangible.
Fortalecimiento de la BID mediante alianzas público-privadas, incentivos fiscales, programas de I+D nacionales, cooperación con universidades y centros de tecnología.
Desarrollo de capacidades humanas: formación técnica, especialización en nuevas tecnologías, ciberdefensa, espacio, logística, mantenimiento.
Mecanismos eficientes de gobernanza interministerial, con responsabilidades claras, supervisión, coordinación, evaluación de resultados y transparencia pública.
Comunicación social y legitimidad democrática: explicar a la sociedad los beneficios estratégicos, económicos y de seguridad; vincular la defensa con desarrollo sostenible.
Priorización realista de objetivos: dado que no todo puede financiarse a la vez, seleccionar objetivos estratégicos esenciales (p. ej. Amazônia Azul, ciberespacio, BID crítica) y avanzar por etapas.
Conclusión
El Decreto 12.725/2025 representa una actualización ambiciosa, moderna y coherente del marco de defensa nacional de Brasil. Con PND, END y LBDN alineados, el país se dota de un instrumento estratégico robusto para enfrentar los desafíos del siglo XXI, desde la protección territorial hasta la competencia tecnológica global.
Sin embargo, el éxito dependerá de la capacidad efectiva del Estado de dotar de recursos, institucionalidad, gobernanza y persistencia a una agenda que combina soberanía, desarrollo y seguridad.
Si se gestiona adecuadamente, Brasil podría emerger como una potencia estratégica respetada, con capacidad industrial propia, proyección marítima y aérea, y defensa adaptada a nuevas amenazas. Si no, el decreto podría quedar reducido a un documento simbólico, con promesas difíciles de cumplir.
Bibliografía / Referencias
Brasil. Decreto Nº 12.725, de 18 de noviembre de 2025. Presidencia de la República. (planalto.gov.br)
Ministerio de Defensa (Brasil). “Política e Estratégia Nacional de Defesa e o LBDN são aprovadas”. Nota oficial, 19 de noviembre de 2025. (Serviços e Informações do Brasil)
InvestDefesa. “A nova estratégia da defesa brasileira: o que muda para a BID?”. 2025. (InvestDefesa.org)
Defesa em Foco. “Governo federal aprova nova Política e Estratégia de Defesa”. 2025. (Defesa em Foco)
