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Tomando decisiones frente al miedo

Entrevistamos a Kim “KC” Campbell, coronel recién retirada de la USAF y escritora, sobre su reciente libro Flying in the face of fear, donde no solo narra su experiencia volando el A-10 Thunderbolt sobre Irak y Afganistán, sino las lecciones que le dejó tener que regresar a su base luego de haber sido alcanzada por un misil antiaéreo, que luego aplicó en su carrera y en su vida.

 

Por Santiago Rivas

 



El 7 de abril de 2003, Kim “KC” Campbell fue alcanzada por un misil antiaéreo a muy baja altura cuando picaba sobre un puente mientras apoyaba tropas propias desde su A-10 Thunderbolt sobre Bagdad. Con el avión apenas controlable, sin sistemas hidráulicos, rápidamente activó los controles manuales y pudo regresar a la base, para enfrentar otro desafío, el de aterrizar el avión en esas condiciones. En modo manual, el A-10 se vuelve un avión pesado y duro de controlar, mientras que Kim tampoco sabía exactamente el nivel de daños que había soportado su avión. Su primera acción fue controlar el A-10 mientras salía de la corrida de tiro, estabilizarlo, ubicarse y salir de la zona de peligro. Luego, con el líder de su sección, tratar de saber el estado de su avión y decidir si debía eyectarse o intentar volver a su base.

La experiencia, tanto en esos instantes como en la hora que duró el vuelo de regreso y luego el tener que intentar el avión en esas condiciones, marcó tanto su carrera como su vida y le enseñaron la importancia de enfrentar los miedos, así como el estar preparados para los peores escenarios. Tras volar más de 100 misiones de combate en Irak y Afganistán, además de luego ejercer posiciones de liderazgo en la US Air Force, en 2021 se retiró con el grado de coronel y en 2023 volcó sus experiencias en un excelente libro, Flying in the face of fear, que no solo es inspirador por la historia personal que narra, sino por las lecciones de liderazgo que deja para todo aquel que quiere “liderar con coraje”, como ella plantea en su libro.

Hablamos con Kim sobre su libro y su experiencia, que no solo son útiles para pilotos de caza, sino para cualquiera que debe atravesar situaciones difíciles y liderar equipos a través de ellas.

 


Pucará Defensa: ¿cómo surgió la idea de escribir tu experiencia en un libro?

Kim Campbell: Para mí, mucho se debe a las personas que estuvieron dispuestas a compartir sus historias conmigo a lo largo de los años. Recuerdo que cuando era un nuevo piloto de A-10 leí el libro Warthog, que es uno de los primeros libros sobre los A-10 y Tormenta del Desierto, y me encantó leer las historias. Fue fascinante. Y luego me encontré volando misiones en combate, terminé en una situación muy complicada sobre Bagdad cuando mi avión fue alcanzado por un misil tierra-aire y, en ese viaje de regreso, cuando tuve que tomar algunas decisiones realmente difíciles sobre aterrizar el avión o eyectarme, recordé las historias que había leído y que la gente había compartido conmigo, sobre pilotos que volaron en Tormenta del Desierto y volaban sus aviones después de ser alcanzados y haber sufrido daños en combate. Recuerdo esas historias y algunos momentos realmente difíciles, y creo que lo importante es que compartamos esas historias para que tal vez algún día en el futuro, en algún lugar, de alguna manera, podamos ayudar a los demás. Y eso es realmente lo que queda, el poder de las historias, el poder de compartir esas historias y las lecciones aprendidas.

 

PD: Entrando en tu historia del 7 de abril de 2003 cuando fuiste alcanzada. ¿Cómo fue el proceso de decisiones desde que sentiste que tu avión fue alcanzado en medio del ataque y también cuando ibas a aterrizar?

KC: En el momento en que mi avión fue impactado, recurrí por completo a mi entrenamiento, es esta situación en la que todo va mal. Es la emergencia que nunca piensas que te va a pasar. Y realmente recurrí a mi entrenamiento. Quiero decir, volví a hacer lo más importante, que era tener mi avión bajo control, lo cual fue un poco más difícil de lo que pensé que sería, pero conocía todos esos pasos. Hablo de “volar, navegar y comunicarse” (en inglés: aviate, navitage, communicate), que es algo que nos enseñan al principio de nuestro entrenamiento: tener el avión bajo control, luego ve a donde necesitas ir, que para mí en ese momento era llevar mi avión al lado oeste del río, donde estaban nuestras tropas y luego comunicarme, hablar con mi líder de sección para que me pudiera ayudar. Así que recurrí a la formación que tenía. El vuelo de regreso a casa, eso fue un poco diferente, porque realmente no tenía entrenamiento para eso. Realmente no tenía entrenamiento para volar una hora con un avión muy dañado y también tener que tomar la decisión de "¿aterrizo o me eyecto?" Es difícil tener entrenamiento para algo así, para tomar una decisión que tiene el potencial de ser de vida o muerte. Y creo que más que nada fue el apoyo de mi numeral, quién estuvo allí conmigo todo el tiempo que pasamos por tantos procedimientos de emergencia. Revisamos todas las listas de verificación. Y realmente trabajar juntos como un equipo, para hablar sobre este escenario desconocido de "¿aterrizo o me eyecto?" Quiero decir, ese fue realmente todo el proceso de pensamiento en el camino a casa. Yo, como mencioné, recordé a los pilotos que hubo antes que yo. Recordé lo que habían hecho, pero realmente tomé una decisión instintiva de cómo volar el avión y me sentí muy cómoda con la forma en que volaba. Después de una hora, sabiendo que potencialmente podría eyectarme en el último segundo, tomé la decisión de aterrizar el avión.

 


Luego de su primera misión de combate en Afganistán, con el Lt. Col. Mike O'Dowd.

PD: Debe haber sido una decisión muy difícil, porque cuentas en tu libro que antes solo un par de pilotos habían aterrizado el avión con reversión manual. Entonces, estabas tratando de hacer algo que no se había hecho muchas veces.

KC: Sí. Tres pilotos anteriores a mí habían intentado aterrizar en reversión manual y esas son las historias que conocía. El primer piloto murió cuando se estrelló al aterrizar, aprendimos muchas lecciones de esa experiencia en términos de cómo vuela el avión y las cosas que debes hacer y no debes hacer. Luego, el segundo piloto puso el avión en tierra, pero cuando perdemos todo el sistema hidráulico, que es lo que sucedió cuando mi avión fue alcanzado, no tenemos dirección ni frenado normal, por lo que se salió de pista. Todo es un poco diferente, así que estaba lista para eso. Sabía que tenía que estar preparada para salirme de la pista una vez que aterrizara. Y luego estaba esta tercera situación. El piloto pudo poner el avión en tierra, el avión había sufrido daños muy similares a los míos. Y así, conocía estas historias. Pero estaba nerviosa. Me sentí confiada en mi decisión debido a mi entrenamiento y preparación y todo el trabajo que habíamos hecho en el camino de regreso y me sentí cómoda con él. Pero siempre tuve esa sensación de nerviosismo, de que potencialmente podría estrellarme, podría morir por todo esto. Y realmente tuve que dejar ese nerviosismo a un lado y concentrarme en volar el avión.

 

PD: Es importante cuando hablas de la parte de volar, navegar y comunicar que, creo, es útil para todas las situaciones de la vida en las que estás en riesgo. ¿Cómo te entrenaron para eso?

KC: Sí. Creo que volar, navegar, comunicarse es priorizar. Es aprender a mantener la calma bajo presión. Y creo que cuando estamos en una crisis o simplemente nos sentimos abrumados por el cambio, un desafío o la adversidad, podemos recurrir a cómo nos centramos en lo que es más importante, y eso es “volar”, ¿verdad? ¿qué tenemos que seguir haciendo para no caer al suelo? Luego navegamos, asegurándonos de tener metas y objetivos claros, y nos comunicamos, comunicamos si estamos liderando un equipo, nos comunicamos con ellos, para que entiendan el plan. Si es individualmente y es algo que nos sentimos abrumados, nos comunicamos si necesitamos ayuda. Por lo tanto, lo encontré increíblemente poderoso en muchos sentidos para ayudarme a priorizar bajo presión. Mantener la calma bajo presión y seguir actuando cuando nos sintamos un poco abrumados.

 



PD: Y también, cuando hablas de tu numeral, y dedicas algunos capítulos a la cultura del numeral y cómo trabajas junto con tu numeral cuando eres un líder. Ya que eras el numeral piloto cuando comenzaste a volar el A-10 y luego como líder ¿cómo ves desde ambos lados trabajar juntos en una misión?

KC: Creo que sabes la importancia de lo que es el numeral (Wingman), que alguien te respalde, ¿verdad? Alguien está chequeando tus 6, el área detrás de nosotros donde no siempre podemos ver, esa es la idea de un numeral. Están ahí para que nos apoyemos mutuamente, para hablar cuando las cosas no van bien. O si ven una perspectiva diferente. Y mi compañero ese día fue todas esas cosas. Es decir, él era mi líder de sección. Yo estaba como numeral, pero él era mi compañero y me brindó orientación y apoyo, fue muy directivo por radio. Una vez le dije que me habían alcanzado, sabía que tenía que decirme cosas, como recordarme que lanzara más contramedidas desde el avión, porque el enemigo seguía disparándonos. Supo de inmediato que tenía que llevarme al lugar sobre nuestras tropas, por si tuviera que eyectarme, tendría alguna posibilidad de sobrevivir. Y entonces, él era esa persona para mí, me brindó apoyo, orientación, dirección. Me cubría las espaldas, estaba revisando las 6 en busca de amenazas. Entonces, creo que eso es importante en la aviación, pero luego en la vida, ¿verdad? Queremos un compañero. Queremos a alguien a nuestro lado que nos respalde. ¿Quién nos va a apoyar y animarnos?, ¿quién va a estar ahí si estamos sintiéndonos un poco abrumados? Ellos van a intervenir y nos ayudarán a ver el panorama general. Nos van a ayudar a tomar la mejor decisión posible. Por lo tanto, creo que un numeral es importante en la aviación, pero creo que también es importante en nuestra vida personal y profesional.

 

PD: Y desde el punto de vista del líder, ¿cómo crees que debes trabajar y preparar a tu numeral para que trabaje con vos?

KC: Creo que eso es muy importante. Para mí, esa misión ocurrió muy temprano en mi carrera, pero me enseñó mucho sobre la importancia de tener un buen compañero y construir esa cultura en un equipo, que sea una cultura del compañero (Wingman culture). Es como si quisieras que las personas del equipo entiendan el papel que desempeñan y sean realmente buenas en él. Pero también quieres que vean dónde encajan en el panorama general, por lo que se está creando una cultura de confianza. Se trata de crear una cultura en la que cada uno de nosotros cuente con el otro y se apoye mutuamente, pero también nos empujemos mutuamente a dar lo mejor de nosotros. Y es entender que todos los miembros del equipo tienen un papel fundamental que desempeñar. Por lo tanto, creo que desde una perspectiva de liderazgo es lo que realmente se manifiesta, crear este ambiente de confianza y apoyo y eso contribuye en gran medida a lograr el éxito de la misión.

 



PD: Una de las cosas de las que hablas mucho, también está en el título del libro, es sobre el miedo y cómo superas las situaciones, porque mucha gente piensa que si sos valiente, no tienes miedo. Pero en la realidad, como explicaste en el libro, es cómo manejas eso y cómo haces las cosas a pesar de tener miedo. ¿Cómo aprendes sobre eso? Cuando te alcanzaron, pero también en toda tu carrera, porque tuviste que lidiar con eso muchas veces en Afganistán e Irak.

KC: Creo que todos nos enfrentamos al miedo, queramos admitirlo o no. Siempre es un poco difícil para el ego admitir que tenemos miedo o estamos preocupados en una situación. Pero creo que cada vez que tienes ese miedo de no cumplir con las expectativas, miedo al cambio, a no ser lo suficientemente bueno, es el miedo a lo desconocido. Y si no quieres usar la palabra miedo, está bien, es nerviosismo, una preocupación, es estrés por algo. Es normal. Se trata de lo que haces en esos momentos. No es el miedo lo que importa, se trata de actuar frente al miedo. Se trata de hacer las cosas difíciles. En la vida y en el liderazgo. Se trata de tener conversaciones difíciles que realmente no quieres tener. Se trata de responsabilizar a los compañeros de equipo cuando es incómodo, es superación. Esos miedos y dudas que tienes, se trata de pasar a la acción. Y realmente miro hacia atrás en mi carrera y reconozco que hubo muchos momentos en los que sentí miedo, duda o preocupación, fue cruzar la entrada en la Escuela de la USAF, comprometerme a comenzar el entrenamiento básico. Fue entrar en mi primer escuadrón de caza, siendo la única mujer, desplegar por primera vez, estar en combate por primera vez y la presión que nos ponemos a nosotros mismos porque no queremos fallar. Tenemos que estar preparados, en la comunidad del A-10, para apoyar a nuestras tropas sobre el terreno, pero así es la vida, hay mucha presión sobre nosotros para que lo hagamos bien y tener éxito. Y entonces, sentir ese miedo, duda o preocupación, esa es la parte normal, lo difícil es tomar medidas y hacer algo al respecto.

 



PD: Y cómo gestionarlo en la misión. Te alcanzaron y, sobre todo a la vuelta, tienes todo el tiempo para pensar, y normalmente los momentos más duros en estas situaciones son antes de una misión y en esos momentos en los que tienes mucho tiempo para pensar.

KC: Sí, demasiado tiempo para pensar. Quiero decir, ciertamente estaba el miedo de estrellarme y todo lo que conlleva volar en ese momento. Aparté esos pensamientos. Utilicé una técnica llamada compartimentación en la que tenía que reconocer que no podía pensar en esas cosas en ese camino de regreso. Tenía que concentrarme en volar el avión. Creo que, para mí, cuando miro hacia atrás, ¿por qué tuve éxito en traer ese avión de regreso, por qué frente al miedo? Frente a todas estas cosas que podrían salir mal pude tener éxito y creo que se debe a todo el trabajo que puse para llegar a eso. Estaba realmente preparada para esa misión. A veces es difícil prepararse para los peores escenarios, yo había hecho el trabajo, entendía mi avión, había entendido los sistemas, estudié todo, practiqué, estas son cosas de las que hablamos en el briefing antes de ir a volar.  Tuve “chair flying” (vuelo en silla), que es una técnica de vuelo en la que simulamos que estamos en la cabina. Nos sentamos en una silla y visualizamos todo. Entonces, había practicado a través de la visualización algunas de estas cosas sucedieron. Y realmente había pensado algunos de los peores escenarios y, nunca piensas que te va a pasar a vos, pero había pensado en lo que haría en el peor momento. Entonces, creo que es el trabajo que pones por adelantado para estar listo para esos momentos difíciles. Y para mí, eso significa que, cuando me enfrento al miedo, lo he lidiado antes porque me he esforzado y estoy más preparada en ese momento para reaccionar.

 

PD: Hablaste en el libro sobre la planificación de las contingencias y la preparación. ¿Cuánta importancia tiene prepararse para todas las situaciones que pueden suceder y estar listo para actuar rápido cuando las cosas sucedan?

KC: Yo diría que no solo en la aviación, sino también en la vida. Cuando empiezo a sentir dudas sobre algo o me preocupo o estoy estresado por algo, voy a trabajar, para mí se trata de trabajar. Si quieres hacer cosas difíciles, si quieres estar listo en ese momento en el que algo sucede, cuando suceda la peor de las situaciones, ¿realmente vas a estar listo? Bueno, se trata de hacer el trabajo por adelantado. Se trata de estudiar, de hacer la investigación, de buscar lecciones aprendidas, de leer libros y hablar con personas que han estado allí, lo han hecho y luego se trata de visualizar, pensar en un escenario o practicarlo. Dependiendo de lo que sea, puedes practicar con un compañero de equipo, puedes practicar por tu cuenta, pero realmente asegurándote de estar listo para esas cosas difíciles. Quiero decir, para mí así es como supero el miedo en mi propia vida. Así es como estoy preparada para esos momentos difíciles, que a veces pensamos que nunca nos van a pasar.

 

PD: ¿Crees que actualmente se está preparando a los militares para entrenarse en este tipo de situaciones, para manejar el miedo? En muchas Fuerzas Aéreas el entrenamiento se centra en las partes técnicas, en cómo operar el avión y no tanto en manejar los miedos.

KC: A menudo entrenamos en las Fuerzas Armadas para la amenaza más probable y la potencialmente más peligrosa. Pienso en un ejercicio como Red Flag, en el que estamos poniendo estas situaciones de amenazas muy altas, trabajamos con nuestros aliados, trabajamos con las tropas sobre el terreno. Lo damos todo, tenemos estas misiones realmente difíciles y desafiantes y la idea es que te enfrentes a esas misiones desafiantes en un entorno de entrenamiento, relativamente seguro, y luego, cuando llegue el momento del combate, estés listo para ello. Y para profundizar un poco más en la pregunta que hiciste, he visto una mejora en el entrenamiento de la mentalidad y pensar en superar los miedos y lidiar con las cosas difíciles y cómo lo haces. Pero mucho de eso se basa en el entrenamiento para los peores escenarios que tenemos en un simulador y practicamos todas las emergencias que podríamos tener y para mí eso significa que en el momento simplemente recurres a tu entrenamiento y estás un poco más tranquilo porque dices "He visto esto antes, he hecho esto antes, puedo hacer esto".

 



PD: ¿Y cómo te preparas para la diferencia? Porque una cosa es cuando estás entrenando, a pesar de que hay algunos riesgos, no hay nadie disparándote, y cuando te despliegas por primera vez y sabes que las cosas son muy diferentes, que la gente está disparando y tratando de derribarte.

KC: Sí, simulamos eso lo mejor que podemos en el entrenamiento, pero nada te prepara para la realidad. Y hay un poco de eso. Haces todo lo que puedes en el entrenamiento y luego, cuando es la situación real, emparejamos a un líder de vuelo muy experimentado con un piloto sin experiencia, por lo que tienes a alguien que ha estado allí, que tiene la experiencia y sabe qué hacer. Pero ir a pelear por primera vez es un poco revelador, porque es algo que has visto en el entrenamiento, pero verlo por primera vez, escucharlo por primera vez, realmente pone las cosas en perspectiva y realmente pone la presión en términos de tu rendimiento. Y es una vez más recurrir al entrenamiento, hacer lo que has sido entrenado para hacer.

 

PD: Y en tu caso, en un avión de apoyo cercano es más difícil porque estabas apoyando a las tropas que estaban combatiendo en tierra. En tu libro hablas los mensajes que recibiste de las tropas sobre el apoyo que les dabas. ¿Cómo te motiva esto a ir y volar las misiones? Para ellos era muy importante tenerte volando por encima de ellos.

KC: Sí, absolutamente, creo, sabiendo que haces una diferencia, sabiendo que lo que haces salva vidas, o potencialmente lo ha hecho. Si no lo haces correctamente, sabes que tiene consecuencias desastrosas. Sin duda, pone presión, pero también es exactamente la razón por la que me esforcé. Es por eso que quiero estar lista para esos momentos, para que, cuando las tropas en tierra estén gritando pidiendo apoyo aéreo cercano, y se encuentren en la peor situación, yo sea el avión tranquilo y sereno que dice 'Te tengo. Te cubro las espaldas'. Y luego, después de una misión, recibir esas notas de las tropas y conocerlos en persona y saber que hemos marcado la diferencia, que hemos salvado vidas, que los hemos ayudado a regresar sanos y salvos con sus familias. Eso es increíblemente gratificante desde la perspectiva de tener una razón y un propósito para lo que haces y una razón para seguir trabajando duro.

 


Si bien inicialmente se intentó reparar el avión de Kim, finalmente fue canibalizado para usar sus partes como repuestos y terminó como monumento en la Base Aérea Seymour-Johnson, Carolina del Norte.

PD: Esto es importante porque se puede aplicar a todas las situaciones de la vida. Cuando sabes que puedes marcar la diferencia y puedes tener un impacto en otras personas.

KC: Sí, es encontrar tu por qué y tu propósito y saber que lo que haces importa, creo que en cualquier carrera o profesión o simplemente en la vida en general, cuando sientes que tienes ese propósito y encontraste algo que te apasiona, estás mucho más dispuesto a trabajar.

 

PD: Y en el lado humano, no solo cuando se vuela, sino también en tierra, como en los puestos de mando, hablas de ser humilde y de cómo tratar a tus subordinados.

KC: Sí. Nos enseñan la idea de ser humildes, accesibles y creíbles y es cierto, la credibilidad es clave. Tienes que ser creíble y capaz. Pero creo que los líderes con los que he trabajado, los mejores instructores en el avión, las mejores personas con las que he volado, también han sido humildes y accesibles. Porque creo que se trata de crear una conexión humana. Se trata de pedir ideas a tu equipo, de generar confianza y crear esa conexión. Se trata de permitir que la gente venga y hable contigo y comparta sus ideas contigo. Y creo que eso contribuye en gran medida a construir esa confianza, que luego crea conexión en un equipo y que te permite hacer cosas que normalmente no podrías hacer.

Cuando tienes esa credibilidad en un equipo, cuando tienes la humildad y la accesibilidad, ahora tienes un equipo que está más dispuesto a probar cosas nuevas, a salir de su zona de confort. Puedes desarrollar nuevas habilidades porque tienen este ambiente de confianza, puedes adaptar y ajustar tus tácticas, técnicas y procedimientos, mejorar la forma en que haces las cosas, porque tienes un ambiente de confianza y creo que eso es muy importante, porque, si no tienes esa confianza y no eres humilde y accesible, sabes que tu equipo puede no sentirse tan cómodo y te quedas atascado en la forma en que siempre has hecho las cosas. Te metes en este ambiente en el que te vuelves complaciente, y no puedes ser complaciente. Si quieres alcanzar el éxito, sabes que tienes que ir más allá de la forma en que siempre hemos hecho las cosas y tratar de hacerlo de manera diferente. Y así es como tenemos éxito, pero eso se basa en la confianza y en la forma de construir la confianza con humildad, cercanía y credibilidad.

 


Junto a su marido, también oficial de la USAF, durante la ceremonia en que ambos se retiraron de la fuerza. Foto Justin Pacheco.

PD: También hablas de aprender de tus errores y ver las oportunidades. Aprender sobre los errores, especialmente cuando estás en combate, a veces es difícil, cambiar la forma en que piensas o cómo se están haciendo las cosas.

KC: Sí, y claro, nadie quiere cometer errores. Pero la verdad es que cometerás errores en tu camino. Cometerás errores en algún momento, y todo depende de cómo respondas a eso. Entonces, en el mundo de los pilotos de combate, luchamos por la perfección sabiendo que eso no es una realidad, que no vamos a tener la misión perfecta. Y entonces volvemos e informamos de esos errores, hablamos de lo que hicimos bien, así podemos repetirlo. Pero realmente profundizamos en los errores que cometimos. Queremos saber cuál fue la causa raíz de ese error y cuáles son las lecciones que aprendimos. Y luego, lo más importante, ¿qué haremos de manera diferente en la próxima misión? Así evitamos que esos errores ocurran. Y la clave es que compartamos esas lecciones aprendidas. A veces no queremos hablar de los errores que cometimos porque nos resulta incómodo, pero creo que lo importante es que compartamos esas lecciones con el resto de nuestro equipo y elevemos el rendimiento del equipo. Elevamos el rendimiento de todos porque estamos dispuestos a compartir y aprender unos de otros.

 

PD: Ahora que publicaste el libro y también estás dando conferencias. ¿Cómo encuentras la respuesta de las personas que no están cerca de la aviación de combate ni relacionadas con las Fuerzas Armadas?

KC: Ha sido increíble conectar con personas de todo el mundo, de diferentes campos profesionales, diferentes trayectorias, diferentes historias de vida. Porque el liderazgo, el trabajo en equipo y la confianza se aplican sin importar en qué campo profesional, negocio o vida te encuentres, todo se aplica, todo es relevante. Es simplemente permitir que la gente lo escuche desde una perspectiva diferente, que escuche algo un poco diferente. Es la intención darles esa chispa diferente o esa nueva idea o una razón para seguir avanzando. Así que he disfrutado mucho de la experiencia. Ha sido muy divertido y me encanta conectarme con la gente y aprender sobre lo que hacen.

 



PD: Cómo fue volar el A-10, porque tenemos muchos pilotos de la región que nos leen y son fans del A-10. ¿Cómo fue tu experiencia pilotando el avión?

KC: Me encanta la A-10. Fue un avión muy divertido de volar. Quiero decir, lo volé durante casi 20 años y es un avión relativamente fácil y tolerante de volar. La parte difícil de volar el A-10 son todas las cosas que estás haciendo mientras vuelas. Son todas las tácticas, técnicas y procedimientos, hablar con las tropas en tierra y tomar decisiones críticas en cuanto al tiempo, todo mientras vuelas un avión monoplaza. Pero es un avión increíble, pienso en algunas de mis misiones favoritas, volar a bajo nivel sobre el terreno, son algunos de los recuerdos de volar el avión que más me gustaba. Era un gran avión para volar y muy fiable, muy duro. Claramente me salvó la vida en una situación realmente difícil. Entonces, soy muy parcial. Es mi avión favorito de todos los tiempos.

 

PD: Tu misión era bastante difícil, operar cerca de las tropas, identificar un objetivo, tus tropas, al mismo tiempo que volabas el avión. Tenías mucha carga de trabajo.

KC: Exactamente, la carga de trabajo puede ser intensa, especialmente en esas situaciones de alta amenaza en las que el enemigo te dispara. A las tropas sobre el terreno les están disparando, hay muchas cosas que hacer al mismo tiempo y todo vuelve a la priorización. ¿Qué es lo más importante? Es mantener la calma en esos momentos porque te has entrenado para hacerlo. Quiero decir, entrenamos exactamente para esto, por lo que los pilotos de A-10 son buenos en el apoyo aéreo cercano, porque nos entrenamos en casi todas las misiones y eso es lo que nos hace buenos en eso.

 

 

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