Por Paulo Bastos
El 1° de agosto, el Ejército Brasileño (EB) lanzó el aviso de consulta pública (“solicitud de información” / “solicitud de cotización” – RFI/RFQ) 02/2024, que tiene como objetivo estudiar el mercado nacional e internacional para el suministro de 78 vehículos blindados de combate de infantería (VBC Fuz), dentro del Programa de Fuerzas Blindadas Estratégicas del Ejército (Prg EE F Bld).
El objetivo de este proyecto, iniciado en 2019 por el GT Nova Couraça, es dotar a la Fuerza Terrestre de un nuevo sistema de armamento, el VBC Fuz, y de un vehículo de combate que, en un primer momento, debería complementar y luego sustituir, a los actuales Leopard y M60, modernizando la fuerza blindada del mismo modo que lo hará el VBC Cav 8X8 Centauro II BR con los mecanizados.
Desde entonces, la búsqueda de un sucesor de los actuales vehículos de combate se ha vuelto más urgente debido al precario mantenimiento de la flota Leopard 1A5 BR, principal vector, debido a las dificultades para mantener la cadena de suministro logístico, derivadas del conflicto con Ucrania. Esto significó que su proyecto de modernización fuera postergado, siendo reemplazado por uno de nacionalización de estos componentes.
Luego de realizar varios estudios y evaluaciones ya se han publicado tres versiones de requisitos, la última en abril de este año en la que, entre los requisitos operativos absolutos (ROA) se destacaron dos:
ROA 2: “Tener un peso inferior a 50 toneladas listo para el combate”
ROA 19: “Tener como armamento principal un cañón de calibre entre 105mm y 120mm”.
Sin embargo, con la publicación del aviso de consulta pública 02/2024, anexo V, hubo un cambio sumamente relevante:
“Tener una torreta equipada con un cañón de 120 mm como armamento principal…”.
Este cambio demostró una evolución de los requisitos presentados porque con la adopción del Centauro II, que está equipado con armamento de 120 mm, no tenía sentido que la fuerza blindada tuviera un armamento inferior para el tanque y esto fue ampliamente comentado en el artículo. “¿105 o 120 mm? El Ejército define el futuro de su Caballería”.
El problema es que el 7 de agosto se publicó la fe de erratas II, reemplazando el punto 1.4 del Anexo V por “Tener una torre equipada con un cañón de al menos 105 mm…” Algo muy significativo ya que invalida todos los estudios presentados por la Caballería en el momento del proyecto VBC Cav, donde se afirmaba categóricamente la preferencia por el calibre 120 mm por su mayor efectividad.
Al parecer, este cambio se debe a que pocas empresas presentan una solución con este armamento para vehículos de hasta 50 toneladas, concretamente la italiana Leonardo (que cuenta con la torreta HITFACT MkII, igual que el Centauro II) y la suiza Ruag; además del sistema Israelí Elbit con un proyecto en marcha. La belga John Cockerill, cuya torreta de 3105 (105 mm) equipa varios de los posibles candidatos, intentó en el pasado desarrollar una que permitiera una pieza de 120 mm, la XC-8, incluso disponiendo de una maqueta de madera presentada en LAAD 2015, pero no consiguió concluir el proyecto que, aparentemente, quedó abandonado.
A pesar de que el cambio aumenta el número de candidatos, permitiendo así crear una mayor base de conocimiento sobre lo que existe hoy en el mercado, se mantiene el uso de carros de combate (CC) de 50 toneladas, dentro del concepto MMBT (“medium main battle tank”), en una acción de choque. Es decir, en romper defensas enemigas bien posicionadas o incluso en enfrentarse a otros CC, sólo se justifica si cuentan con armas que permitan sacar al oponente fuera de combate a mayores distancias, ya que sus blindados tienen una protección menor dependiendo de su peso. También es impensable (al menos desde el punto de vista de los “soldados de caballería”) que la fuerza blindada tenga una potencia de fuego inferior a la fuerza mecanizada.
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