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Brasil suma poder en sus fuerzas submarinas con la recepción del submarino Tonelero y la botadura del Almirante Karam

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El pasado 26 de noviembre se llevó adelante en el Complexo Naval de Itaguaí (CNI), perteneciente a Itaguaí Construções Navais (ICN).al oeste de Río de Janeiro, una de las ceremonias mÔs relevantes en el programa Programa de Desenvolvimento de Submarinos (PROSUB) de la Marinha Brasileira, el cual consistió en la afirmación del pabellón del tercer submarino de la clase Riachuelo, el Tonelero (S42) y la botadura del cuarto y último ejemplar de la serie, el Almirante Karam (S43).

En el caso del Tonelero, la ceremonia implicó la transferencia de la nave desde el astillero al Sector Operativo de la Marinha, haciéndose el cambio de tripulación y la afirmación del pabellón brasileño en el buque.

Posteriormente se realizó la botadura del Almirante Karam, antes denominado Angostura, a cargo de la ministra CÔrmen Lúcia Antunes Rocha, Presidente del Tribunal Superior Electoral, el cual comenzarÔ sus pruebas de mar en breve, apuntando a que sea entregado a la Marinha Brasileira en 2026.


Las instalaciones de Itaguaí permiten la construcción de hasta cuatro submarinos simultÔneamente.
Las instalaciones de Itaguaí permiten la construcción de hasta cuatro submarinos simultÔneamente.

Tras ser botado, el submarino Almirante Karam realizarÔ una secuencia de pruebas en la que se someterÔ a pruebas de inmersión, navegación en superficie e inmersión a gran profundidad, ademÔs de pruebas de rendimiento de los sistemas principales y el uso de armas.

El primer submarino del PROSUB, el Riachuelo (S40), fue incorporado por la Marina de Brasil en septiembre de 2022, seguido por el HumaitÔ (S41), entregado en enero de 2024, y pertenecen a la clase Scorpène diseñada por la empresa francesa Naval Group. La empresa ademÔs es dueña del 49 % de ICN y el resto estÔ en manos de la empresa brasileña CNO.

En 2019 crearon el Consorcio Baia de Sepetiba (CBS) para hacer también mantenimiento, anticipando el final de la construcción de submarinos luego de la entrega del Almirante Karam y hasta el inicio de la construcción del primer submarino nuclear, que serÔ en la próxima década.

Los submarinos de esta clase tienen 72 metros de eslora, un diÔmetro del casco de 6 metros, con un desplazamiento de unas 2000 toneladas, capacidad para sumergirse hasta unos 300 metros y navegar a 22 nudos, con una autonomía de hasta 70 días, contando con una tripulación de 8 oficiales y 34 suboficiales. EstÔ equipado con seis tubos de torpedos, desde donde, ademÔs de torpedos como los F21 de Naval Group, se pueden lanzar misiles SM-40 Exocet y minas.


El submarino Tonelero, ya incorporado en la Marinha Brasileira, es el tercero de los cuatro clase Riachuelo.
El submarino Tonelero, ya incorporado en la Marinha Brasileira, es el tercero de los cuatro clase Riachuelo.

El programa PROSUB constituye el mayor proyecto de construcción de submarinos en América Latina y se espera que de un paso mÔs grande en el futuro con la construcción del submarino de propulsión nuclear Álvaro Alberto (SN10), el cual se encuentra en proceso de diseño y convertirÔ a Brasil en el primer país de América Latina en construir y operar submarinos nucleares.

Actualmente Brasil se encuentra trabajando en el diseño del reactor y todo el sistema de propulsión nuclear, ante lo cual desde Naval Group explicaron que ellos no participan de dicho proceso dado que el gobierno de Francia no autoriza la exportación de tecnología nuclear. Por este motivo Brasil estÔ desarrollando por su cuenta el nuevo submarino, aunque ha contado con apoyo de la Argentina, país que tiene mayor conocimiento en el desarrollo de reactores nucleares de pequeño tamaño.


El Arlmirante Karam es bajado al agua por el Synchrolift.
El Arlmirante Karam es bajado al agua por el Synchrolift.

Naval Group y sus submarinos para AmƩrica Latina

Actualmente, la empresa francesa Naval Group ya ha vendido dos submarinos de la clase Scorpène a la Armada de Chile y el diseño para la construcción de los cuatro submarinos de la Marinha Brasileira, habiendo ademÔs participado en su construcción, especialmente en el caso del Riachuelo. Sin embargo, actualmente hay una creciente demanda de nuevos submarinos en América Latina, donde las embarcaciones Tipo 209 estÔn cerca del final de su vida útil, sirviendo actualmente en las armadas de Chile, Perú, Ecuador, Colombia (que también opera Tipo 206) y Brasil, mientras que Argentina y Venezuela han dejado de emplear los ejemplares de esta clase, mientras que la Argentina también lo hizo con ARA Santa Cruz del tipo TR1700.


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En este sentido, la Argentina, que perdió su capacidad submarina con la pérdida del ARA San Juan en 2017, es el país con mÔs interés en adquirir submarinos en el corto plazo, y llamó la atención que en la ceremonia realizada ayer en varias oportunidades se destaque la presencia del embajador argentino en Brasil, Guillermo Raimondi, quien fue acompañado del secretario de asuntos militares del Ministerio de Defensa de Argentina, Marcelo Rozas Garay, y el Director General de Material de la Armada Argentina, contraalmirante Carlos Funes. Desde Naval Group, Laurent Mourre, director comercial para Grecia y América Latina, destacó el interés argentino, aunque la empresa no ha recibido un requerimiento de propuestas por parte de la Argentina. Esto contrasta con las declaraciones desde el gobierno nacional de que se estaba en proceso de compra de los submarinos. Sobre la posible participación de la industria local, Mourre explicó que actualmente el astillero Tandanor no tiene las competencias para producirlos y se necesitaría una gran inversión para poder hacerlo, lo cual haría que el programa demore mÔs tiempo, estimÔndolo en unos diez años para tener el primer submarino, contra unos 6 a 7 que demandaría tenerlo si se hiciera directamente en Francia. Por otro lado, destacó que el acuerdo sería un contrato comercial, donde el gobierno de Francia no participa del acuerdo, aunque destacó que la relación entre los dos países es muy relevante para esta operación. AdemÔs, explicó que la financiación es uno de los puntos centrales en la posible compra y el estado francés podría dar una garantía con condiciones asociadas para facilitar la financiación a la Argentina.

Esta financiación sería con un banco con el cual Naval Group ya trabaje y que conozca al país comprador.  

La Argentina actualmente apunta a incorporar tres submarinos convencionales, tomando en cuenta tanto el modelo ScorpĆØne de Naval Group como el Tipo 209NG de thyssenkrupp Marine Systems. A pesar de que es la primera prioridad de incorporaciones para la fuerza, dado el estado de las negociaciones es poco probable que se firme un contrato antes de 2027.



MÔs allÔ de la Argentina, Mourre destacó que Chile hoy tiene interés en dos unidades mÔs de la clase para reemplazar sus dos Tipo 209 y estandarizar la flota con submarinos clase Scorpène, mientras que se espera que en un futuro no tan lejano países como Perú, Colombia y Ecuador inicien el reemplazo de sus flotas de submarinos.

En diÔlogo con Mourre explicó sobre la versión de propulsión convencional de la clase Blacksword Barracuda que estÔ en desarrollo para la Armada de Holanda, desarrollados sobre la base del diseño del submarino nuclear Barracuda. Son submarinos considerablemente mÔs grandes que la clase Scorpène, con 3000 toneladas, lo que les brinda capacidad expedicionaria, al poder no solo operar por mucho mÔs tiempo, sino también embarcar un contingente mayor de fuerzas especiales que pueden ser insertadas por el submarino.



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