El Ejército del Perú es uno de los operadores más antiguos del AMX-13, habiéndolos utilizado durante más de 60 años. Con las diferentes modificaciones para usar misiles antitanque, esperan seguir usándolos en los próximos años.
Lewis Mejia Prada and Santiago Rivas
Los primeros 30 ejemplares, de los 108 tanques ligeros AMX-13 que en total Perú compró a Francia en dos momentos diferentes, fueron encargados en 1954 como parte de un ambicioso proceso de modernización militar.
Bautizado como AMX-13T-75-M51, es el modelo M51 de 14,5 toneladas, con una torreta oscilante tipo FL-10 y un cañón de 75 mm, operado por tres tripulantes: el jefe, el artillero y el conductor.
En ese momento, los peruanos contaban con una variopinta fuerza blindada compuesta por el ČKD checoslovaco (Českomoravská Kolben-Daněk)/Praga LTP (Lehky Tank Peruánský, Tanque Ligero Peruano); los M3A1 Stuart y M4A3 Sherman estadounidenses, recibidos de segunda mano a través del Programa de Asistencia Militar (MAP).
Algunas fuentes indican que el tanque deseado era el M41 Walker Bulldog, pero ante la negativa de Estados Unidos a entregarlos, se optó por el AMX-13, modelo que ya tenía Venezuela, país con el que Perú siempre tuvo excelentes relaciones y del que probablemente recibió buenas referencias.
Los nuevos vehículos llegaron al puerto del Callao en 1956, siendo asignados al Regimiento de Reconocimiento Mecanizado Nº 211 "Mariscal Castilla", y a la Compañía D del Batallón de Tanques "Uchumayo" Nº 211, con base en Arequipa.
Con estos nuevos elementos, el gobierno reorganizó la División Blindada como unidad estratégica, disolviendo los Grupos Blindados para reactivar los Batallones de Tanques y el Regimiento de Reconocimiento.
En 1959, como consecuencia de ciertas tensiones fronterizas con Ecuador, se ordenó la movilización de parte de los vehículos blindados hacia el norte, pero los AMX-13 no se unieron al despliegue.
Recién en 1960, cuando las tripulaciones habían adquirido un nivel aceptable de capacidades operativas, algunos de estos tanques tuvieron su oportunidad de acercarse a lo que podría ser su teatro de operaciones, cuando la Compañía D fue redesplegada para reforzar la 1ª División de Caballería, ubicada en el cuartel "Teniente Miguel Cortés" de la ciudad de Sullana (Piura).
En este ambiente cálido, con un clima casi ecuatorial, estos sistemas, parte del Escuadrón de Tanques Nº 51, cumplieron la misión de evitar la posible infiltración del vecino a través del puente internacional Perú-Ecuador sobre el río Alamor, o desde las localidades de Zapotillo y Macará.
Mientras tanto, los demás AMX-13 del renombrado Regimiento de Caballería Blindada Nº 211 "Mariscal Castilla" permanecieron en Lima cumpliendo con su programa normal de entrenamiento.
Hasta la madrugada del 18 de julio de 1962, cuando fueron movilizados desde su ubicación en la División Blindada, en el Fuerte Rímac, hasta el Palacio de Gobierno, para llevar a cabo el golpe contra el presidente Manuel Prado.
Precisamente, un AMX-13 se encargó de embestir las barras de hierro de la puerta principal que da a la Plaza de Armas, y luego de derribarla, dejar pasar una compañía de comandos de infantería y otros vehículos que tomaron el lugar muy rápidamente, neutralizando a los adormilados guardias sin causar bajas.
Para el ejercicio conjunto combinado "Ayacucho", organizada en las afueras de Lima entre el 6 y el 9 de diciembre de 1964, Estados Unidos, organizador y financista del evento, convocó a delegaciones militares de Argentina, Colombia, Estados Unidos, Paraguay, Venezuela y Perú, que presentaron su AMX-13 en sociedad.
Sin embargo, tiempo después, se expresaron dificultades debido al complicado acceso a ciertos compartimentos del motor y otros sistemas; y la preocupación por la potencia del cañón de 75 mm. para hacer frente a los blindados de los países vecinos.
Tanques equipados con cañones de 105 mm
La Dirección de Planes, Programas, Revisión y Análisis del Estado Mayor del Ejército inició, en 1966, el estudio para la adquisición de un nuevo lote, eligiendo el AMX-13T-105-M58 equipado con un cañón Giat CN105-57 de 105 mm.
Como resultado, el gobierno ordenó, en diciembre de 1967, la compra de 78 unidades a la Société Française de Materialriels D'Armament (SOFMA), a un costo de 14.499.155 francos franceses.
Entre otras modificaciones, el Modelo 58 incluía una torreta más pesada FL-12, una nueva ametralladora multipropósito coaxial FN Herstal MAG de 7,62 x 51 mm, que sustituyó a la Browning cal. 7,62 mm del AMX-13 modelo 51, así como un equipo de radio más potente.
Para agilizar la calificación del personal, en 1967 se envió un grupo de oficiales a seguir un curso con el Ejército Argentino, que también los tenía.
En julio de 1968, los tanques llegaron al puerto de Ilo (Moquegua) y fueron entregados al Batallón de Tanques Nº 212 "Coronel José de los Ríos" y al Batallón de Tanques Nº 213 "Coronel Ramón Zavala" de la recién activada 6ª División Ligera (Tercera Región Militar), con responsabilidad hasta la frontera con Chile y Bolivia.
Los AMX-13 ubicados en Lima pronto se vieron envueltos en los golpes de Estado de esos años y en el control de las revueltas internas, hasta la llegada del Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas, que en 1969 ordenó la modernización de equipos, personal y estrategias de la fuerza defensiva peruana.
Un Escorpión 1, un proyecto desarrollado por Casanave, manteniendo el cañón en la torreta con el soporte para cuatro misiles 9K11 Malyutka en los laterales. El tanque tiene los mismos montajes de ametralladora que los modificados en 2005 con misiles SS-11. Foto: Lewis Mejía.
Inmediatamente, todos los equipos, incluyendo el AMX-13 de los modelos 51 y 58, participaron en las maniobras conjuntas con la Armada y la Fuerza Aérea, destacando la de 1970 en el desierto de Pisco, con la 3ª División Blindada de Arequipa y la División Blindada de Lima.
En marzo de 1972 se conformó la Escuela Blindada, donde las nuevas tripulaciones de tanques comenzaron a entrenarse, realizando sus prácticas en un tancódromo ubicado en el desierto de Piedras Gordas, al norte de Lima.
Tiempo después, como parte de un proyecto de modernización de la fuerza blindada, se le ordenó preparar un prototipo para evaluar el reemplazo, en el Modelo 51, de la torreta F-10 y el cañón de 75 mm, por el F-12 con un cañón de 105 mm para estandarizar la flota.
Los trabajos fueron realizados por un equipo de ingenieros y técnicos militares en el Taller de Mantenimiento de Bases del Ejército (TMB) en la Avenida Grau de Lima, antecedente de lo que hoy es el Centro de Mantenimiento de Blindados (CEMABLIN), según el Informe Anual del Comandante General del Ejército de 1970.
Satisfechos con el modelo de prueba, se acordó que, inicialmente, se modernizarían 17 tanques, un proceso que lamentablemente duró hasta 1976 debido a varios factores, como la compra de los Uralvagonzavod T-55 soviéticos.
Ambos sistemas iban a trabajar juntos, como en la tarde del 5 de febrero de 1975, cuando desde el Fuerte Rímac partieron para someter a los vándalos que asolaban la capital, desprotegida por una huelga policial.
La situación en el país se estabilizó y los tanques regresaron a sus cobertizos. Hasta mayo de ese mismo año, cuando estalló la crisis en la frontera sur y fue necesario que el AMX-13 M-58 del Batallón de Tanques Nº 212 "Coronel José de los Ríos" se trasladara a la ciudad de Arequipa, iniciando entrenamientos intensivos con su homólogo local, el Batallón de Tanques Nº 213 "Coronel Ramón Zavala".
En agosto, listos y preparados para enfrentar una posible agresión de Chile, ambas unidades se dirigieron a sus áreas de reunión con anticipación cerca de la línea fronteriza.
Allí permanecieron atentos a cualquier novedad, hasta que semanas después las fricciones dieron paso a la mesa de diálogo diplomático, que derivó en su regreso a Arequipa.
Cuando llegaron los T-55 para ambos batallones, se ordenó transferir los viejos tanques a los Regimientos de Caballería Blindada Nº 3, 113 y 211 del Destacamento Tacna de la 4ª División Motorizada, y al Regimiento de Caballería Blindada Nº 123 del Destacamento Santa Rosa, que también recibió los últimos doce AMX-13T-75-M51 disponibles en el país.
Cuando estalló el conflicto en la Cordillera del Cóndor en enero de 1981, en la selva fronteriza con Ecuador, en la zona costera se alistaba la 1ra División de Caballería en Sullana con sus tanques de origen francés.
La tensión continuó hasta 1982, cuando regresaron a sus cuarteles para descansar, y también para prepararse para una modernización, que tuvo lugar en el período 1985 - 1989.
Modernización
En ella participó la Empresa de Mantenimiento de Vehículos Oruga Nº 514 del Servicio de Material de Guerra del Ejército, junto a la empresa argentina TENSA (Talleres Electromecánicos Norte Sociedad Anónima).
La modernización se aplicó a todos los AMX-13 disponibles: los modelos M51 con un cañón de 75 mm, los M51 que recibieron la pieza de 105 mm y los M-58 de 105 mm.
Incluyó el cambio del motor de gasolina SOFAM modelo 8Gxb refrigerado por agua por el diésel Deutz F8L-413F de 8 cilindros, refrigerado por aire, con una potencia máxima de 259 CV, necesario porque proporcionaba un menor consumo de combustible (mayor autonomía) y más seguridad frente al riesgo de incendio.
También se reemplazaron componentes asociados, como el embrague y el mecanismo del acelerador; y se incorporaron nuevas particiones delanteras, laterales y traseras para el motor, un nuevo sistema de suministro de combustible, carga eléctrica, mando y control eléctrico y protección contra incendios.
Para 1990, los planes de modernización de la fuerza blindada estaban en suspenso, ya que la guerra interna contra las bandas terroristas Sendero Luminoso y Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) había desatado una crisis total y estaba consumiendo todos los recursos.
La lenta recuperación de la economía en los años siguientes no favoreció a las Fuerzas Armadas, y así llegó enero de 1995 y un nuevo conflicto con Ecuador en la zona del Alto Cenepa para el que el Perú no estaba preparado.
En febrero, la escalada de acciones motivó una mayor movilización militar, y la 1ª División de Caballería de Sullana, con sus AMX-13, se desplegó en sus primeras áreas de reunión. Después de que la tensión se relajara, los tanques regresaron a casa, hasta agosto de 1997, cuando la situación diplomática volvió a ser más difícil y hubo una amenaza de guerra total que afortunadamente no se materializó.
Los últimos años del siglo XX y hasta mediados de la primera década del XXI no trajeron buenas noticias para las Fuerzas Armadas, y todos los planes de optimización quedaron congelados.
Con misiles
No fue hasta 2005 cuando se puso en marcha un proyecto para instalar los antiguos lanzadores de misiles guiados por cable Nord Aviation SS-11 en las torretas, que se canceló porque el sistema de control de tiro no podía integrarse a un precio y tiempo razonables.
En mayo de 2010 se hizo público el "Proyecto Alacrán" del Servicio de Material de Guerra del Ejército (SMGE), donde 24 carros de combate AMX-13 M-58 (los M51 fueron desactivados en 2009) iban a dejar de lado sus torres de artillería para recibir lanzadores para el misil antitanque 9M113 Kornet-E (AT-14 Spriggan).
El trabajo iba a durar entre ocho y doce meses, incluyendo una revisión completa de la carcasa blindada, todos los sistemas eléctricos, de cojinetes y de motor para restaurar el tanque a su rendimiento original.
La parte crítica fue la retirada de la torre FL-12 con el cañón de 105 mm, el sistema de recarga automática y la ametralladora coaxial, y la instalación de un montaje para dos, tres o cuatro misiles antitanque y otro para los órganos de puntería y guiado: la mira 1P45M-1 -para seguir el blanco, disparar y mantener el seguimiento del objetivo- y la mira térmica 1PN79-1, para ver y atacar objetivos durante el día y la noche, en todas las condiciones climáticas.
La autodefensa del AMX-13 Alacrán estaría en manos de una ametralladora Browning M-2 HB de 12,7 mm ubicada en un montaje izquierdo, mientras que en el interior de la torreta se instalaría una caja de control electrónico, entre otros cambios, para la selección y alimentación de los misiles, un almacén para cuatro misiles de reserva, un sistema de aire acondicionado y un sistema de iluminación de luz blanca para visión normal y verde para uso táctico en combate.
El Alacrán quedó paralizado en algunos prototipos, careciendo de la certificación de la Oficina de Diseño de Instrumentos KBP (Tula), que alegó la violación del contrato con Rosoboronexport de noviembre de 2008.
Los rusos aclararon que no iban a asumir ninguna responsabilidad por la calidad del material vendido si el Ejército Peruano realizaba alguna modificación o trabajo de cualquier tipo no previsto en la documentación técnica.
A pesar de eso, algunos Escorpiones marcharon en el desfile militar de julio de 2010 en el Campo de Marte en Lima por el aniversario de la independencia del Perú, donde se pudieron observar las modificaciones que convirtieron al AMX-13 en un cazatanques.
Frente a iniciativas de modernización puramente militares, la empresa privada local Diseños Casanave Corporation SAC presentó un diseño de modernización denominado AMX-13 Escorpión-1.
Básicamente, se trataba de la integración de dos rieles laterales de la torreta para el montaje de dos misiles 9K14-2M Malyutka 2M a cada lado, con ojiva de 4,2 kilogramos de antitanque de alto explosivo (HEAT) y capacidad mejorada contra blindaje reactivo.
Le siguió el Scorpion-2, que sustituyó a los misiles rusos por el sistema antitanque ucraniano Barrier R-2 (Luch, Ukroboronservice), con un alcance de 5.500 metros y guiado láser semiautomático.
La última propuesta de Casanave es el AMX-13 Scorpion-3, presentado en 2018 pero aún en fase de diseño, que especifica un vehículo de combate de infantería equipado con un cañón automático ZTM-1 de 30x165 mm y cuatro misiles antitanque con un alcance de 5.000 metros, aire acondicionado y un sistema de comunicación digital, entre otras innovaciones.
A pesar de todo, los AMX-13-105 siguen vivos. Entre 2020 y 2021, fueron vistos en diversos sectores de la frontera con Ecuador como parte del despliegue de bioseguridad para evitar el tránsito de personas durante el estado de emergencia por el coronavirus.
Una de las pocas unidades que cuenta con estos ya casi venerables carros ligeros de origen francés fue vista en abril de 2020 como parte del Regimiento de Caballería Blindada Nº 5 "Lanceros de Torata".
Hoy en día, aunque el sistema sigue vigente en el sistema de defensa nacional, varios ejemplares retirados han sido colocados en pedestales para ser exhibidos en diversas instalaciones militares, como el Cuartel General del Ejército.