El lanzamiento del programa Pillán II se ve como el punto de partida de la recuperación de la principal industria aeroespacial de Chile, que busca abrir nuevos mercados. Durante la visita que realizamos a sus instalaciones en Santiago hablamos con Leopoldo Porras, gerente comercial de la empresa, para conocer las distintas áreas y sus proyectos. En un próximo artículo, nos enfocaremos en el nuevo Pillán II.
Por Santiago Rivas
Enaer nació el 16 de marzo de 1984 en el seno de la Fuerza Aérea de Chile, con su sede principal en la Base Aérea de El Bosque, en la ciudad de Santiago, aunque sus orígenes se remontan mucho más atrás en el tiempo, en lo que había sido la Maestranza y Parque Central de Aviación, creada en 1920, que construyó, a lo largo de esa década y la siguiente, diversos tipos de aeronaves bajo licencia. El nacimiento de Enaer estuvo directamente ligado con el desarrollo del entrenador básico T-35 Pillán, nacido para reemplazar a los viejos T-34 Mentor en uso en la Fuerza Aérea de Chile, pero rápidamente la empresa se expandió a áreas como el mantenimiento, las modernizaciones y otros trabajos.
Con el fin de la producción del Pillán y de los contratos que la empresa tenía con Airbus y Embraer para la fabricación y ensamble de conjuntos estructurales, Enaer entró en una etapa de reducción de sus trabajos, centrándose principalmente en atender a la Fuerza Aérea de Chile, lo cual ahora apuntan a un cambio de estrategia para que la empresa crezca.
Así, en 2022 se lanzó oficialmente el programa Pillán II, que tiene como objetivo desarrollar un nuevo sistema de instrucción para la Fuerza Aérea de Chile, pero también para clientes del exterior, tanto entre los actuales usuarios del T-35 Pillán como en otros nuevos. Con este programa, la organización de la empresa también irá cambiando para adaptarse a las nuevas necesidades.
Hoy Enaer está organizada con una Dirección Ejecutiva y ocho gerencias, en donde la Gerencia de Proyectos Estratégicos está tomando relevancia ya que lleva adelante el proyecto Pillán II. Así, en un futuro cercano podría absorber las Divisiones de Ingeniería y Fabricación, que hoy dependen de la Gerencia de Operaciones.
Recientemente visitamos su sede central, en la Base Aérea de El Bosque, en donde dialogamos con Leopoldo Porras, gerente comercial de la empresa, quien nos fue explicando cómo trabaja hoy Enaer y todos los proyectos que están llevando a cabo. Porras explicó que, además de dicha sede, cuentan con instalaciones en Aeropuerto Arturo Merino Benítez, también en Santiago, incluyendo un hangar para pintura de aviones F-16, y donde se encuentra en proyecto la construcción de un nuevo hangar para aumentar la capacidad de mantenimiento, lo cual dependerá de futuros contratos que logre ENAER. También tienen personal de la empresa destacado de forma permanente en las Bases Aéreas Los Cóndores (en Iquique) y Cerro Moreno (en Antofagasta) realizando principalmente mantenimiento a los aviones F-16 Fighting Falcon, mientras que dan apoyo a otras unidades de la Fuerza Aérea de Chile, como en Puerto Montt y Punta Arenas.
Por otro lado, a lo largo de los años han trabajado en muchos otros países, tanto por la exportación del T-35 Pillán como realizando trabajos para otras industrias y operadores.
Trabajos certificados
Porras destacó que entre los trabajos realizados “es importante el premio al mejor subcontratista que nos dio Embraer, con quienes estamos teniendo reuniones, ya que estamos tratando nuevamente de trabajar con ellos”. Enaer trabajó con Embraer por varios años, produciendo componentes para la familia ERJ 145 (entregaron más de 1300 conjuntos, así como más de 200 conjuntos para Airbus, para los modelos CN235 y C295), recibiendo el premio al mejor subcontratista por cinco años seguidos hasta que se dejó de lado el trabajo por una decisión política/económica. Este premio se debió tanto a la calidad de los productos como al cumplimiento de los plazos.
“Las certificaciones que tenemos son tanto en el área de fabricación como en el área de mantenimiento, reparación y overhaul” agregó Porras y entre ellas tienen de Lockheed Martin para la fabricación de componentes de C-130, empleando planos provistos por el fabricante y con el holograma que indica que tienen calidad certificada. Desde el año 2003 también realizan todas las etapas de mantenimiento para los C-130, efectuaron la modernización de cabina de los aviones de la Fuerza Aérea de Chile, hacen tareas complejas como el cambio de rainbow fitting (unión de la parte externa del ala con el cajón central), y actualmente están instalando las nuevas hélices de ocho palas NP2000, lo cual ya se efectuó en dos aeronaves y están trabajando con el fabricante de las hélices para ver la posibilidad de instalarlas también en los P-3 Orion.
Además, tienen certificación ISO 9001, “pero las que nos llenan de orgullo es la AS 9100, y AS 9110, la primera es la enfocada a diseño y fabricación aeronáutica y la segunda en el área de mantenimiento, reparación y overhaul, enfocada a mantenimiento aeronáutico. Y tenemos también otras de distintas empresas, como Lockheed Martin, con la certificación de ser centro autorizado para mantenimiento de aviones C-130”, además de estar habilitados por la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) de Chile y la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) de Argentina. Con Lockheed también han producido partes para los aviones F-16, mientras que han producido otras de F-15 para otros usuarios.
En esta área de mantenimiento, reparaciones y overhaul (MRO), la empresa trabaja tanto con aeronaves civiles como militares, motores (tanto recíprocos como jets) y componentes, además de hacer trabajos especializados e ingeniería. En lo que son trabajos especializados resalta el trabajo de calibración de patrones y herramientas y están acreditados como custodios de patrones nacionales en la magnitud de presión y humedad, dentro de la Red de Calibración de Chile.
En lo que se refiere a aeronaves militares, trabajan con la gran mayoría de los modelos hoy en uso por la Fuerza Aérea de Chile, mientras que en aviones civiles se destaca el centro de mantenimiento para Airbus A320 en las instalaciones en el Aeropuerto Arturo Merino Benítez.
Para el exterior, actualmente están compitiendo para lograr el contrato del mantenimiento mayor para los KC-130H Hércules de la Fuerza Aérea Uruguaya, además de efectuar trabajos en la flota de Pillán en todo el mundo, como se detalla más abajo.
Modernizaciones y modificaciones
Estas son otras áreas importantes de Enaer, donde han realizado la modernización de cabina de los C-130 Hércules y los Casa C-212 de de la Brigada de Aviación del Ejército de Chile, así como trabajos de actualización de los blindados a rueda Mowag,del Ejército de Chile, donde realizamos algunos trabajos en apoyo al programa principal realizado por FAMAE.
También desarrollaron un soporte para el faro de búsqueda Night Sun y la torreta giroestabilizada Flir Star Safire para los Bell UH-1H, que ahora se espera certificar en el Bell 412.
En cuanto a los Twin Otter, hicieron una modificación en el piso de la cabina para instalarles una cámara vertical, así como la transformación de los aviones DHC-6-100 a lavariante-300, con cambio de motores incluido. Además, construyeron un tanque suplementario interno para dichos aviones para poder volar con seguridad entre Punta Arenas hasta la Base Marsh en la Antartida permitiendo tener 3 horas más de autonomía.
Otro trabajo significativo fue el reemplazo de toda la piel del ala de los Northrop F-5E/F de la Fuerza Aérea de Chile, trabajo realizado junto a Kellstrom Defense, que proveyó los utilajes para ubicar el ala. Esto implicaba la retirada la piel superior y la instalación de una nueva, lo cual demanda una enorme precisión, ya que cada uno de los miles de remaches debe encajar perfectamente en la estructura alar. Este trabajo le permitió a la flota de F-5 extender su vida útil por varios años más.
El T-35 Pillán
Este avión fue el primer producto de Enaer y tuvo un éxito considerable en los años 80 y 90, ya que no solo fue adoptado por la Fuerza Aérea de Chile, sino también por el Ejército del Aire de España, el Servicio Nacional Aeronaval de Panamá, la Armada de Ecuador y las Fuerzas Aéreas de El Salvador, Guatemala, Paraguay y República Dominicana, con un total de 139 aviones producidos que han volado más de 300.000 horas.
Mientras, para 2017 desarrollaron una modernización de cabina con la intención de instalarla en los aviones de la FACH, pero esto no prosperó ante la decisión de avanzar con el Pillán II. Sin embargo, la experiencia obtenida hoy les permite estar negociando con Panamá y Guatemala, que les han pedido una cabina digitalizada para sus Pillán. Así, ahora están desarrollando una nueva cabina para ofrecerla a dichos operadores y eventualmente a otros.
Hoy, dado que la flota de Pillán de la FACH está alcanzando el límite de horas de vuelo de la célula, se está realizando un trabajo para extender la vida de aquellas aeronaves que ya están llegando al límite, el cual implica una recorrida completa, el reemplazo de componentes y la puesta a punto de toda la estructura. Esto permitirá llegar con la cantidad de aeronaves que requiere la Escuela de Aviación de la Fuerza Aérea de Chile hasta la entrada en servicio del Pillán II.
Además, la empresa está recuperando al servicio los Pillán de la Fuerza Aérea Paraguaya, por lo que cuatro aeronaves actualmente se encuentran en El Bosque en proceso de inspección y transformación al modelo B(E) y se espera ir recibiendo los otros una vez que estos vuelvan al servicio. El trabajo incluye la pintura y una recorrida completa de todos los componentes, así como el cambio de algunos.
En un próximo artículo avanzaremos en la descripción del programa Pillán II, que incorpora un concepto totalmente nuevo en la formación de nuevos pilotos y apunta a volver a poner a Enaer entre las industrias aeronáuticas más destacadas de América Latina.
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